Muchos de los países de América Latina están acostumbrados a la inflación. O mejor dicho, su gente, sus poblaciones por generaciones, han vivido con la inflación en sus cabezas, depreciando sus salarios y pulverizando sus ahorros. Década a década. Y ahora, Estados Unidos, la mayor potencia económica del mundo también está experimentando las consecuencias de un período inflacionario: el mes pasado el índice llegó a superar el 0.5% mensual, acumulando más de un 7% anual.

Las razones que esgrimen los expertos para explicar este fenómeno en EE.UU. son las mismas que se argumentan para entender la situación en América Latina: malas políticas monetarias e impresión de dinero.

La pandemia de COVID-19 presentó las condiciones ideales para probar esta teoría una vez que los países de todo el mundo comenzaron a inyectar billones de dólares en sus economías. Muchos países, incluido EE. UU., imprimieron dinero para cumplir con los requisitos de estímulo para sus ciudadanos.

Aunque muchos explican que una inflación grande como la sufrida por Estados Unidos en 2021 es una señal de que la economía se está recuperando nuevamente después de la caída pandémica, la realidad, tal como explican muchos especialistas, es que la impresión de dinero fiduciario lleva a la inflación y/o a la disminución del valor del dinero con el tiempo.

Los gobiernos esperaban que una política monetaria expansiva, mediante la cual los bancos centrales aumentaran la cantidad de dinero disponible para las personas, mantendría las economías en movimiento en medio de cierres prolongados de ciertas secciones de la economía. Pero lo cierto es que al imprimirse una gran cantidad de dinero, el valor de ese dinero baja.

Es entonces donde activos con suministro limitado, como oro, plata, petróleo, bienes raices, acciones y bitcoins, suben su precio.

Bitcoin tiene un límite fijo de 21 millones de monedas que se pueden crear. Este suministro limitado permite que sea una moneda deflacionaria y resista a la inflación.

También, al limitar la rapidez con la que puede crecer el suministro de criptomonedas -mucho menor a la velocidad con que se inyectan dólares al mercado- el dólar tiene que depreciarse mucho en relación con las criptomonedas. Por lo tanto, es inevitable que el precio de las criptomonedas aumente -en relación al dólar, por ejemplo.

Sin embargo, aumentar la cantidad de dinero en la economía, con un paquete de estímulo, por ejemplo, no garantiza por si solo un aumento en los niveles de precios, por ende, la inflación. Hay una serie de otros factores a considerar.

Expertos coinciden en que si aumenta la oferta monetaria, pero la gente no gasta ese dinero rápidamente, la inflación puede permanecer equilibrada, tal como sucedió durante la pandemia. El gasto de los consumidores cayó en todo el mundo durante los períodos de aislamiento, y países como EE. UU., India, Japón y Alemania informaron grandes bajas en el gasto de los hogares. La gente “acumuló dinero” y esa inyección de dólares no se vio reflejada en los precios simplemente porque la gente no estuvo gastando esos dólares.

Po su parte, Venezuela y Argentina son economías inflacionarias donde los niveles de precios crecen rápida y excesivamente provocados por un aumento en la oferta monetaria o una escasez de oferta en relación con la demanda.

En Venezuela, por ejemplo, imprimir dinero provocó incrementos asombrosos en los precios de los alimentos en el período 2020-21, con índices de inflación superiores al 6000% anual.

Argentina, que ha tenido una crisis económica larga y complicada plagada de obligaciones de deuda astronómicas e inestabilidad política, tiene acostumbrados a sus ciudadanos a luchar por sus ahorros y a convertir sus pesos argentinos en activos o divisas más sólidos.

Curiosamente, la pandemia tampoco ha estimulado particularmente la inflación en Argentina. A mediados de 2020, la inflación en Argentina había alcanzado un mínimo de dos años. Pero los índices de inflación se dispararon cuando la actividad económica empezó a recuperarse y crecer en el último trimestre de 2021.

Es así que, sumado a las dificultades para compar divisas extranjeras por el tristemente “cepo” reinstaurado por el gobierno de Mauricio Macri y mantenido durante la actual gestión de Alberto Fernández, la gente esta comprando bitcoins como cobertura contra la inflación, actual y futura y muchos ciudadanos eligen BTC como moneda para cobrar sus sueldos.

Actualmente, en el mundo, Bitcoin heredó muchos de los mismos argumentos que hicieron del oro una cobertura de inflación preferida, como la escasez y la portabilidad, y podría decirse que casi todos los expertos del ecosistema cripto coinciden en que bitcoin es aún mejor que el oro.

 

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