En una apuesta por el impulso cinematográfico, el director Damian Lee se sumergió en la visión de la Ley 108-10 en 2011, obteniendo la aprobación de la Dirección General de Cine (DGCine) para un presupuesto de RD$ 38.4 millones a la filmación de “A Dark Truth”. Este caso ejemplifica uno de los 354 largometrajes que, entre 2011 y 2022, se rodaron en República Dominicana, sumando un total de RD$ 16,750.1 millones en presupuestos aprobados.
HBO, Lantica Media, Caribemotion, Cuarzo Producciones y Atlantic Productions, son algunas de las casas productoras internacionales que acogieron durante los últimos 13 años a República Dominicana.
La Ley 108-10 es clara: es un apoyo a la industria nacional y crea los incentivos para captar inversión extranjera directa a filmar largometrajes como “Nyad” (2023), “Suriname K” (2022) y “Road House” (2023). Esta acción sucede por los incentivos establecidos por el Estado dominicano para posicionar el país como destino fílmico en América Latina y el Caribe y atraer producciones con mayor presupuesto.
Es el Artículo 39 que establece que el 25% del crédito fiscal será devuelto a los extranjeros, pero con un gasto mínimo de US$ 500,000.
“Cada proyecto que se hace en el país tiene que pasar con fiscalización, es decir, la Ley 108-10 es la más fiscalizada. Es la industria que pasa por más auditorías, más que el alcohol, el tabaco, las bebidas energizantes y los dulces”, hizo hincapié el cineasta Frank Perozo.
“Esto se debe a que las personas quieren hacer las cosas correctamente, no quieren tomar dinero al Estado”, resaltó.
Su pensamiento quedó confirmado en el análisis de las estadísticas de la DGCine que establecen que sólo en 2011, seis largometrajes contaron con un presupuesto de RD$ 253.1 millones, en 2012 fue de RD$ 184.2 millones y 2013 cerró con RD$ 129.3 millones por cuatro filmes. Mientras, en 2014 solo el programa de telerrealidad “Survivor Turkey” se grabó en el país y contó con un monto de RD$ 155 millones.
De acuerdo con los datos, para los siguientes períodos, el presupuesto presentó un crecimiento fluctuante. En 2015 fue de RD$ 273.9 millones; 2016, RD$ 2,034.9 millones por 40 audiovisuales y 2017 unos RD$ 990.7 millones.
Entre 2018 y 2019, el presupuesto pasó de RD$ 3,221.3 millones a RD$ 970.5 millones, lo que significó una diferencia de RD$ 2,250.8 millones. Esta disminución se debió a que en 2018 se filmaron 50 y en el año siguiente 46, pero, además, dependerá de la magnitud del proyecto.
El 2020 cerró con RD$ 1,253.4 millones, el 2021 ascendió a RD$ 5,895.4 millones y en 2022 se situó en RD$ 1,261.1 millones, datos que pueden cambiar al momento de la entidad estatal actualizar los largometrajes que “aún están pendiente a validar gastos”.
Ante esta acción, el productor de “¿Quién manda?” (2013), comentó que la legislación ha funcionado durante los últimos años. “Se ha demostrado a través del tiempo que es una ley que ha funcionado y más de 20,000 personas están beneficiándose”, dijo.
Desde directores como Doug Liman, Tom Cunningham, Guillermo Navarro hasta Ben Watts, llevaron a la pantalla grande internacional las locaciones dominicanas. “Nosotros trabajamos con entretenimiento, poniendo el país en alto las diferentes playas extranjeras, locaciones y destinos… Estamos hablando del turismo, representamos el país y enseñamos nuestra cultura a través de la pantalla grande”, consideró.
Un empuje a la industria nacional
“Para mí, tú puedes tomar hasta el 25% del impuesto que paga una empresa multinacional y dirigirlo al cine y se te entrega un certificado por aportar a la industria”, comentó el cineasta. Esto se debe a que el Artículo 34 establece las bases para el cine dominicano y señala que el presupuesto de un largometraje varía entre RD$ 70 millones y RD$ 80 millones.
En 2017 aplicaron 36 películas al ítem por un presupuesto de RD$ 1,978.9 millones, en 2018 por RD$ 1,668.2 millones (31 filmes), 2019 por RD$ 2,373.6 millones (44 audiovisuales), 2020 por RD$ 1,574.4 millones (32 producciones). Además, el 2021 cerró con RD$ 2,300.1 millones por 47 producciones y 2022 unos RD$ 1,002.3 millones por 21 películas.
“La ley de cine va a ir facilitando, no solamente que se desarrolle un equipo técnico a nivel mundial, sino que los actores puedan trascender en otros mercados, que directores puedan entrar en diferentes plataformas”, acotó Perozo.