Con el visionado de Red Rocket, de Sean Baker, me pasa una sensación similar a la que experimenté en otras obras de su filmografía como Tangerine y El proyecto Florida. De entrada, es una comedia que goza de una actuación solvente de Simon Rex, pero cuya narrativa a menudo permanece estancada en una rutina que, poco a poco, lastra su discurso sociopolítico sobre el desempleo, la explotación sexual y el oportunismo como parábola de los fallos del sueño americano.

La trama sigue la vida de Mikey Davies, un indigente de mediana edad que, luego de brillar como una estrella del porno, regresa a su pequeña ciudad natal de Texas, donde se aloja en la casa modesta de su esposa Lexi y, en medio de la desesperación, trabaja como traficante de drogas en las calles para escapar de la indigencia; pero cuyos hábitos lo llevan a tener una relación con una adolescente de 17 años llamada Strawberry, a la que conoce en un restaurante de donas.

En general, la narrativa tiene un arranque que me resulta interesante por la manera en que Baker opta por mostrar a Mikey como un derrotista sin empleo ni futuro, absorbido por el egoísmo, atrapado por la gloria del pasado y las oportunidades perdidas, que deambula por las avenidas sin rumbo, mientras intenta escapar del hoyo en el que se encuentra metido al tratar de convencer a la muchacha de las donas para que ingrese a la industria pornográfica como actriz (con la idea de él mismo ser su agente).

El problema es que siento que los personajes que me presenta solo están ahí para cumplir una función descriptiva y, entre otras cosas, sus acciones se reducen a diálogos algo artificiales que rellenan el vacío de desarrollo, en cada una de las situaciones rutinarias que nunca se desvían de la reiteración agendada. De esta manera, mi interés se pierde cuando veo que la existencia de Mikey se distribuye entre las mañanas en las que toma un café y se fuma un cigarrillo; la venta de drogas a los obreros de la construcción; las discusiones con la esposa malhumorada; los paseos en el coche del vecino al que le cuenta sus hazañas como maestro del porno; el idilio consensuado con la chica de 17 años que lo vuelve loco.

Todo luce demasiado colocado y cómodo para que el protagonista resuelva los conflictos con gratuidad, algo que, desde el horizonte de circunstancias, solo sirve para acentuar comentario sociopolítico que interroga las miserias del sueño americano y el capitalismo, entendido como la mentalidad oportunista de un adicto al autoengaño y a las excusas que ve en la chica joven la oportunidad de oro para salir del abismo económico y regresar a la industria que lo desechó por sus vicios personales. Su texto demoniza una cara de la moneda capitalista y, además, cuestiona cómo la industria porno perpetúa ciclos de abuso y explota a jovencitas para venderlas como productos de consumo masivo; aunque su abanico discursivo, en ocasiones, queda en un lugar demasiado obvio que no responde sus propias interrogantes.

La actuación de Rex, por lo menos, es algo orgánica cuando ejerce la mirada, la verborrea y la pericia física para interpretar a un manipulador carismático que, en su ambigüedad moral, anhela recuperar su carrera en el negocio de la pornografía aprovechándose de la ingenuidad de una muchacha menor de edad, a pesar de que el guion desperdicia su potencial en algunas escenas previsibles.

Baker suele encuadrarlo sobre una puesta en escena en la que, por lo regular, hace uso de la elipsis, el plano panorámico, la textura del color, la iluminación natural, el leitmotiv de NSYNC y los espacios sórdidos del entorno industrial de Texas para dimensionar las inquietudes intrínsecas del personaje central. Su estética de realismo sucio posee cierta solvencia. Pero, desafortunadamente, me arroja a una zona de indiferencia en la que no consigo conectar con las vicisitudes de esos seres marginales que retratan el lado agridulce del sueño americano.

Ficha técnica
Título original: Red Rocket

Año: 2021
Duración: 2 hr. 10 min.
País: Estados Unidos
Director: Sean Baker
Guion: Sean Baker, Chris Bergoch

Música:
Fotografía: Drew Daniels
Reparto: Simon Rex, Bree Elrod, Brenda Deiss, Suzanna Son

Calificación: 6/10