Bassem Fayez Mowat, un expreso, mira el interior de la famosa prisión subterránea Branch 215 que fue dirigida por la inteligencia militar siria en Damasco.
Reuters
Bassem Fayez Mowat, un expreso, mira el interior de la famosa prisión subterránea Branch 215 que fue dirigida por la inteligencia militar siria en Damasco.

Un mundo hermético que pocos de afuera han podido ver con sus propios ojos.

El corresponsal del Servicio Árabe de la BBC Feras Kilani tuvo acceso al secreto y subterráneo lugar temido por los sirios, donde eran detenidos y torturados por el antiguo régimen. Este es el relato de lo que vio.

En el sótano del cuartel general de las agencias de inteligencia de Siria encontramos una espeluznante parte de la red del servicio de espionaje que, durante décadas, mantuvo al brutal gobierno de los Assad en el poder.

Vemos fila tras fila de pequeñas celdas, cada una con una gruesa puerta de acero, que se usaban para albergar a los presos.

Al mirar dentro de una de ellas, observamos que mide apenas 2 metros de largo y uno de ancho, con manchas oscuras en las sucias paredes.

El único rayo de luz que penetra aquí proviene de las pequeñas rejas en lo alto de los muros que permiten filtrar una pizca de sol.

Una estrecha celda con las paredes manchadas
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Los detenidos podían permanecer recluidos durante meses en estas celdas estrechas.

Los detenidos podían estar recluidos aquí durante meses mientras eran interrogados y torturados.

Se encuentran bajo el nivel de la calle, en el congestionado distrito de Kafr Sousa, en el centro de Damasco, donde el cuartel general está localizado.

Todos los días, miles de sirios comunes y corrientes pasaban por ahí, en sus rutinas cotidianas, a sólo unos metros de donde sus compatriotas estaban siendo detenidos y torturados.

En uno de los corredores, las fotos destrozadas del ahora depuesto presidente yacen desparramadas en el piso junto a montones de archivos que las agencias de inteligencia del país usaban para monitorear las actividades de millones de personas.

Después de ser recluidos temporalmente aquí, los prisioneros eran trasladados a centros de detención de largo plazo, como la infame prisión Saydnaya en las afueras de la capital.

Esta instalación es sólo una parte de una gran red administrada por el antiguo gobierno de Siria.

Afiches rasgados de los líderes sirigos cuelgan en una pared desarreglada
BBC
La fotos rasgadas de los antiguos dirigentes de Siria todavía cuelgan en las paredes.

Muerte, tortura y vigilancia

La organización humanitaria independiente de monitoreo Syrian Network for Human Rights (SNHR) registró 15.102 muertes causadas por las torturas en las prisiones del país, desde el inicio del levantamiento contra Bashar al Assad en 2011 hasta julio pasado.

SNHR estima que más de 130.000 personas seguían bajo arresto o detención forzada hasta agosto de este año.

Amnistía Internacional afirma que el antiguo gobierno sirio usó la tortura y las desapariciones forzadas como medios para reprimir la disidencia durante décadas.

La ONG describe a las agencias de inteligencia de Siria como "exentas de responsabilidades".

Feras Kilani mira una pila de libros en un cuarto oscuro
BBC
Las pilas de documentos podrían contener información que serviría en futuros juicios contra los implicados en torturas y desapariciones.

A unos cientos de metros caminando desde el cuartel general de la seguridad del estado, llegamos al Directorio General de Inteligencia, otra sección de la red de agencias de espionaje.

Los opositores del gobierno de Al Assad alegan que esta es una de las organizaciones que solían espiar cada detalle de la vida cotidiana de los ciudadanos.

Adentro, encontramos un cuarto con servidores de computadora, los pisos y las paredes están inmaculadamente blancos y fila tras fila de unidades de almacenamiento de datos negras zumban calladamente.

La mayoría de Damasco sufre cortes de electricidad, pero parece que estas instalaciones son tan importantes que tienen su propia fuente de energía.

Además de los sistemas digitales, también hay una enorme cantidad de registros en papel. Todos parecen estar intactos.

Los archivos están metidos dentro de armarios metálicos maltrechos que forran la pared de un cuarto. En otro, hay cuadernos de apuntes apilados hasta el techo.

Da la apariencia que los que trabajaban aquí no tuvieron oportunidad de destruir nada antes de huir cuando vieron que el régimen se desplomaba a su alrededor.

Los registros se remontan a años atrás, nada se eliminaba. Incluso encontramos cajas con cartuchos de bala usados adentro.

En busca de justicia

Minas terrestres en una caja
BBC
Había hasta minas terrestres dentro de una caja.

En otra sección hay armas, incluyendo morteros y minas antipersonales.

Nos acompaña un combatiente de HTS, el grupo miliciano islámico que ha tomado el control de Damasco. Le pregunto qué hacen esas armas aquí.

Responde que durante el período de cooperación rusa con el régimen de Al Assad "todas las instituciones del estado se convirtieron en centros para combatir y oprimir al pueblo de Siria".

La montaña de documentos y archivos computarizados que yacen en el Directorio General de Inteligencia podría jugar un papel clave en cualquier juicio futuro contra los responsables de la detención y tortura de los ciudadanos sirios.

El líder de HTS, Ahmed al Sharaa, también conocido como Abu Mohammed al Jolani, anunció en un comunicado reportado por la agencia Reuters que todo aquel que haya participado en la tortura o matanza de los detenidos durante el antiguo régimen serían perseguidos y atrapados, y que los indultos estarían fuera de consideración.

"Los buscaremos en Siria, y les solicitamos a los países que entreguen a aquellos que huyeron para que podamos hacer justicia", expresó en un mensaje publicado en Telegram.

El cuartel general de las agencias de inteligencia de Siria en Damasco
Getty Images
El cuartel general de las agencias de inteligencia de Siria queda en el concurrido distrito de Kafr Sousa, por donde la ciudadanía pasaba a diario sin conocer los horrores que ocurrían allí.

Pero las consecuencias del colapso de la red de seguridad siria podrían extenderse más allá de las fronteras del país.

También encontramos una serie de archivos vinculados a Jordania, Líbano e Irak.

Si estos documentos se vuelven públicos y revelan vínculos entre individuos destacados en esos países con los servicios de seguridad de Al Assad, podrían generar ondas sísmicas a través de toda la región.

A medida que se revelen más partes del antiguo aparato de seguridad de Al Assad, las consecuencias podrían ser enormes.

Línea
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