Unos 250 trabajadores de la caña de azúcar de origen haitiano se manifestaron este martes frente a la sede del Gobierno dominicano para exigir el pago de sus pensiones que, según denunciaron, se les están negando a pesar de haber trabajado en los ingenios azucareros del país durante décadas.
Al grito de "¡Pensión para los cañeros!", como se denomina a los trabajadores que trabajan y viven en los ingenios azucareros, denunciaron la discriminación y el racismo que, según ellos, sufren los viejos empleados de las plantaciones de caña.
"Hay un problema serio con el presidente Luis Abinader", afirmó el coordinador de la Unión de Trabajadores Cañeros, Jesús Núñez, recordando que el mandatario les prometió en 2020 que "se iba a hacer justicia con los cañeros", pero solo se ha reconocido la pensión a los trabajadores dominicanos y no a los haitianos.
Es el caso de Alexander Raimon, de 69 años, que tras 47 trabajando en un ingenio de La Romana (este) se encuentra sin un subsidio para su retiro.
"Yo he dado mi vida en la caña" y ahora "no tengo pensión, no tengo seguro médico, no tengo dinero, estoy enfermo" y "me dan 45 días para salir de mi casa", relató.
Megáfono en mano, el coordinador de los cañeros denunció las condiciones de explotación que sufren estos trabajadores y leyó una carta dirigida al presidente Abinader de la que hicieron entrega en el Palacio Nacional.
En la misiva, además de reclamar su derecho a percibir la pensión, afirman que la subida de salario anunciada la semana pasada por el mandatario se trata de "un engaño y una burla".
La semana pasada, el Gobierno anunció un acuerdo para subir el salario mínimo de los cañeros, pasando de 198 a 400 pesos (de 3,5 a 7 dólares) por jornada laboral de ocho horas, un salario que el presidente Abinader calificó como "digno" y "justo".
Los trabajadores explicaron que no perciben un salario fijo establecido y se les remunera por las labores que realizan, de manera que el anuncio de la semana pasada "no es válido".
Por ello, exigieron el pago de un jornal de 580 pesos por el corte de caña, así como la reducción de la jornada a ocho horas, ya que actualmente es de 14 horas al día, lo que supone "una violación al Código de Trabajo, a las leyes y a la Constitución de la República", apunta la carta.
Además, el coordinador de los cañeros señaló que es necesario "humanizar" las condiciones de vida en los bateyes, que en su mayoría "no tienen electricidad, no ha centros médicos, no hay aceras, no hay contenes, no hay escuelas", en definitiva, a su habitantes "no se les da una vida digna", lamentó.