Navidad suele ser la época del año que trae consigo, alegría, felicidad, fiestas, reuniones con amigos y familiares, pero también genera preocupaciones, estrés, ansiedad, tristeza, duelo, presión social, estrés financiero entre otros factores que pueden afectar la salud mental.

De acuerdo con la terapeuta familiar y directora de la Unidad de Psicología Especializada (UPSE), Saray Espinal, la presión social “autoimpuesta” por cumplir con las expectativas familiares y sociales de las fiestas o las compras y el gasto excesivo de estas fechas pueden generar alteraciones emocionales.

Además, la presión social por cumplir con expectativas culturales y personales se incrementan durante las fiestas decembrinas, considerando que muchas personas se imponen a armar el arbolito, pintar y decora la casa, comprar regalos y organizar eventos no presupuestados pensando en el “¿Qué dirán?”.

De igual forma, asisten a todas las actividades navideñas, frecuentan encuentros con amigos o familiares por “compromiso”, pasando desapercibido el tiempo de descanso, lo cual puede generar estrés, advirtió Espinal.

El exceso de estímulos propios de la navidad, mucho alcohol, decoraciones excesivas, muchas comidas al día, poco tiempo de descanso e hipersensibilidad ante un derroche de emociones propias de la época, comentó.

Agregó que la presión social también se ve reflejada en esta época al mostrar en las redes sociales viajes, gastos y felicidad, aunque ninguno de estos representa la realidad de la mayoría de las personas. En adición a esto, podrían experimentar estrés financiero por los gastos no presupuestados o no habituales.

Por otro lado, Espinal destacó que en algunos casos las festividades navideñas pueden propiciar en algunas personas sentimientos de nostalgia por los que ya no están -fallecidos- o por familiares que residen en otros países, favoreciendo así la soledad, pensamientos negativos, tristeza y depresión emocional.

“El camino de reparación emocional después de una pérdida implicaría ir haciendo ajustes para adaptarnos a vivir sin la persona que se fue, e incorporando nuestras vidas a formas cada vez más funcionales y adaptativas”, comentó.

Espinal señaló que para las personas que están viviendo una pérdida, la Navidad se puede convertir en una tortura, al traer a la memoria momentos vividos con anterioridad. En estos casos, las redes de apoyo, amigos y familia pueden colaborar propiciando apoyo y empatía, así como buscar ayuda psicológica especializada.

De acuerdo con el psicólogo clínico Luis Vergés Báez, cuando las personas enfrentan la muerte o ausencia de un ser querido, lo más importantes es procesar la experiencia de pérdida, es decir, aceptar el hecho como parte de la vida, sin que esto signifique que se disfruta.

Añadió que durante las fiestas decembrinas, las personas también enfrentan “depresión estacional”, porque se encuentran vulnerables ante la posibilidad de vivir recuerdos dolorosos de pérdida, frustración y desesperanza.

El psicólogo subrayó que algunas personas detonan en ciertas épocas del año más que en otras, y aseguró que el estrés y la ansiedad son parte de la vida.

Detalló que en esta época del año, los principales desafíos emocionales van desde procesar las experiencias de pérdidas de seres queridos que fallecieron recientemente, manejar las frustraciones por los logros propuestos que no se obtuvieron en el año que termina, hasta superar el estrés acumulado por los distintos conflictos enfrentados durante el año.

Asimismo, entiende que otros factores como el estrés financiero, el duelo y la soledad, son temas reservados que en algunas ocasiones son ventilados en el transcurso del año, debido a que las personas no suelen ver asociación entre estos problemas y su salud mental.

Impacto de la Navidad en la salud mental

En otro orden, Espinal entiende que la navidad compone ciertas actividades festivas de origen religioso relacionadas al nacimiento de Jesús y cultural también normalizando fiestas, reuniones familiares y comunitarias.

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Saray Espinal, Neuropsicóloga, Terapeuta Familiar y directora de la Unidad de Psicología Especializada (UPSE).

Explicó que para algunas personas Navidad es un tiempo de regocijo y el común denominador suele ser la alegría, mientras que, otras personas que no son religiosas no comparten las referidas razones y otras no están vinculadas con sus familiares o comunidades por lo que estas fechas no son totalmente agradables.

En ese sentido, indicó que en esta época se debe prestar atención a las emociones que generan estas temporadas, ya sea estrés, ansiedad, tristeza, soledad, expectativas para el año venidero, así como alteraciones financieras debido a los gastos incurridos en las fiestas.

Asimismo, recomendó a las personas modificar los pensamientos que causan dolor o angustia, evitando las suposiciones, aceptando lo que no se puede cambiar y ser responsables de lo que sí, a la vez que valoren su capacidad de aceptación y lucha diaria.

"Es primordial tener presente que durante la Navidad hay muchas personas pasando momentos difíciles, por eso hay que ser comprensivos, solidarios y empáticos con los demás", expresó Espinal.

La directora del UPSE resaltó que durante las festividades navideñas incrementa el flujo de personas que busca asistencia sobre salud mental en la institución, sobre todo en las áreas de psicología clínica y psiquiatría.

“Entiendo que la salud mental es “La Cenicienta” de la historia. Todos desean hablar sobre ella, pero es tradicionalmente marginada y poco valorada en relación con otras áreas de la salud”, comentó Espinal.

De su lado, el psicólogo Vergés Báez entiende que la salud mental debe ser cuidada no tan solo en navidades, sino en todas las épocas del año, ya que es el activo humano más determinante en la calidad de vida de una persona.

Subrayó que se debe prestar atención a las tentaciones típicas que ofertan estilos de celebración que podrían ser nocivos, en el caso específico de las navidades.

En adición a esto, exhortó mantener un clima social propenso a la comunicación y fortalecimiento de los vínculos familiares, así como la evaluación de los logros del año que termina y los propósitos para el año entrante.

Vergés Báez explicó que la presión social es parte de la vida y por tanto debe ser aceptadas como parte de los retos de tolerancia y mejora. En ese sentido, recomendó aprender a identificar cuáles son los temas que las personas suelen ejercer presión sobre los demás, y delimitar cuáles de estos son significativos en sus vidas.

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Luis Vergés Báez, psicólogo clinico.
Foto: © Edgar Hernández

Asimismo, instó a aprender a actuar en función de las prioridades y ser firmes para actuar conforme a los valores, principios y propósitos de las personas.

Sobre la asistencia a los problemas de salud mental en el país, el psicólogo Vergés Báez manifestó que en los centros de atención se abordan los temas acordados con los participantes en función de la realidad particular de cada uno y la aplicación de los protocolos.

Resaltó que en República Dominicana es posible un mejor abordaje para la salud mental, reconociendo que se hacen esfuerzos de promoción y concienciación.

Asimismo, sugirió aumentar la creación de Centros de Atención Comunitaria, así como mejorar la respuesta para personas con trastornos que deambulan en las calles, indicando que será de gran ayuda que la seguridad social contemple más cobertura para la asistencia de problemas de salud mental.

En tanto que, la psicóloga Espinal indicó que en República Dominicana como en otros países del mundo ha mejorado el enfoque y la sensibilidad de la gente sobre estos temas, pero falta mucho por hacer y esto se evidencia en las altas tasas de violencia de género, delincuencia y el incremento en el uso de sustancias controladas y alcohol.