La edición en español del New York Times publicó bajo el título "Australia introduce el derecho laboral a ‘desconectarse’" un reportaje que da cuenta de que en ese país los jefes que llamen a sus subalternos fuera del horario de trabajo expondrán a la empresa a castigos económicos.

Si se aprueba la legislación, que ya se aprobó en el Senado, las empresas podrían enfrentar multas por penalizar a los empleados que no respondan a comunicaciones relacionadas con el trabajo fuera del horario establecido, dice el trabajo firmado por Natasha Frost y Isabella Kwai, una redactora en  Melbourne y la otra en Londres.

A continuación un extracto del texto periodístico sobrre tal novedad laboral.

Cuando estén fuera del horario laboral y el jefe los esté llamando por teléfono, los trabajadores australianos —que ya figuran entre los más descansados y satisfechos del mundo— podrán pronto tocar la opción “rechazar” para entregarse mejor al dulce llamado de la playa.

En lo que significó un nuevo refuerzo contra el flagelo del exceso de trabajo, el Senado australiano aprobó el jueves un proyecto de ley que podría otorgarles a los trabajadores el derecho a ignorar llamadas y mensajes fuera del horario laboral sin temor a represalias. Ahora el documento regresará a la Cámara de Representantes para su aprobación definitiva.

El proyecto de ley, que se espera sea aprobado en la Cámara con facilidad, permitirá a los trabajadores australianos rechazar comunicaciones profesionales “no razonables” fuera de la jornada laboral. Los centros de trabajo que castiguen a los empleados por no responder a ese tipo de demandas podrían ser multados.

“No se debe penalizar a alguien que no cobra 24 horas al día si no está conectado y disponible las 24 horas del día”, declaró el primer ministro Anthony Albanese en una rueda de prensa el miércoles.

La disposición es una enmienda de última hora a un paquete de cambios legales propuestos para reforzar los derechos de los trabajadores. La legislación, que incluye protecciones para los trabajadores temporales que deseen convertirse en fijos y nuevas normas para quienes hacen trabajos independientes, como los repartidores de comida a domicilio, había sido muy debatida.

Derecho ya reconocido en Francia, Alemania, Italia y Bélgica

Australia sigue los pasos de países europeos como Francia, que en 2017 introdujo el derecho de los trabajadores a desconectarse de los empleadores mientras no estén de servicio, una medida emulada después por Alemania, Italia y Bélgica.

El Parlamento Europeo también ha pedido una ley en toda la Unión Europea que alivie la presión sobre los trabajadores a responder a las comunicaciones fuera del horario laboral.

“El mundo está conectado, pero eso ha creado un problema”, declaró Tony Burke, ministro de Trabajo y Relaciones Laborales, en una entrevista concedida el martes a la radiotelevisión pública australiana.

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Los acuerdos de trabajo remoto se volvieron comunes durante la pandemia, lo que difuminó aún más una línea ya difusa entre el mundo del trabajo y el del hogar.Credit..Matthew Abbott para The New York Times

“Si tienes un trabajo en el que solo te pagan por las horas exactas que trabajas, algunas personas se encuentran ahora en la situación constante de tener problemas si no revisan sus correos electrónicos”, añadió Burke. Es razonable que los empleadores se pongan en contacto con sus trabajadores para hablar de turnos y otros asuntos, dijo, pero los trabajadores no deberían estar obligados a responder estos mensajes durante sus horas no compensadas.

Sindicatos a favor, empresarios y derecha en contra

Los sindicatos y otros grupos industriales llevan mucho tiempo defendiendo que los empleados tienen derecho a desconectarse, pero el tema cobró relevancia durante la pandemia, cuando el cambio generalizado al trabajo remoto hizo que se difuminaran aún más los límites entre la vida doméstica y la vida laboral.

Los detractores de la nueva norma, entre ellos organizaciones empresariales y legisladores de la oposición, la han calificado de precipitada y de ser una extralimitación del gobierno, expresando su preocupación de que pueda dificultar el trabajo de las empresas.

“Esa legislación generará costos significativos para las empresas y se traducirá en menos puestos de trabajo y menos oportunidades”, declaró mediante un comunicado Bran Black, consejero delegado del Consejo Empresarial de Australia.

“Ninguna de las medidas está diseñada para mejorar la productividad, el empleo, el crecimiento y la inversión, los ingredientes de una economía próspera”, señaló Michaelia Cash, senadora del Partido Liberal, de oposición y de derecha. Y añadió: “Los trabajadores ya tienen protecciones legales contra horarios laborales irrazonables”.