El fraude en el Ejército de Chile que investiga la Justicia, que tiene procesados judicialmente a los últimos tres comandantes en jefe, cada día suelta un detalle de escándalo de signo mayor.
El general Óscar Izurieta, el último excomandante encarcelado desde la semana pasada (además en un regimiento que lleva el nombre de su padre, otro ex jefe del Ejército) confesó que parte del dinero público robado por él y sus antecesores iba para el exdictador Augusto Pinochet, sus familiares, para él mismo y también para periodistas para que no publicaran informaciones perjudiciales a la imagen de la institución castrense.
Las confesiones oficializadas ante una jueza -autorizada por la Corte Suprema a dedicarse exclusiva y únicamente a este caso- llevaron a esta a ordenar que le sean embargados al general Izurieta bienes por el equivalente a lo robado, unos 8 millones de dólares.
Izurieta se suma a los otros excomandantes en jefe del Ejército procesados por este mismo caso "MilicoGate": los generales Juan Miguel Fuente-Alba y Humberto Oviedo. El primero está sometido a proceso por defraudar un monto de más de 3 mil 500 millones de pesos chilenos (US$ 4.3 millones) y el segundo por una suma superior a los 4 mil 500 millones (US$ 5.6 millones).
“La seguridad nacional se ve afectada por autoridades que son permeables al dinero y eso lo ven nuestros vecinos (Argentina, Bolivia y Perú), que saben que a nuestros altos cargos les gusta el dinero, con eso podrían comprar documentación de guerra y grandes secretos de nuestro país por unos miles de millones”, acota el ex capitán de Ejército y abogado Rafael Harvey.
Se despojó de todos sus bienes
Pero en las últimas horas, el Consejo de Defensa del Estado reveló que el alto mando militar "se despojó de todos sus bienes" el año pasado, antes de ser procesado. Realizó separación de bienes y repartió diversos inmuebles con sus dos hijas y su cónyuge, debido a "razones de salud" no acreditadas.
El sometido a proceso por malversación de caudales públicos y falsedad de documento militar afirmó que en el cuidado del dictador Pinochet "se destinó una cantidad importante de recursos de gastos reservados", dinero proveniente del cobre, el llamado "sueldo de los chilenos".
Incluso, "a veces la señora del general Pinochet" Lucía Hiriart, recientemente fallecida, llamaba al general Izurieta solicitando "alguna ayuda económica" y este reconoce que se la entregaba o "los recursos se los enviaba con alguien", afirmó la jueza Romy Rutherford.
Según reporta La Tercera PM, la jueza -quien investiga de forma exclusiva las aristas asociadas al fraude en el Ejército- detalló que Izurieta indicó ser parte del desvío de dineros que tenían como fin actividades de inteligencia, asegurando que en su testimonio detalló que "en sus primeros años parte de los recursos de gastos reservados iban al general Pinochet y su familia", afirmando que el dictador "gastaba mucha plata, porque era una persona que mucha gente hubiese querido que muriera antes de su muerte natural".
El procesamiento plantea también que "estos altos gastos" se debían a que, por la intención de cuidar a Pinochet, había que "tener personal a su disposición, como médicos, enfermeros, escoltas", aunque ello se descarta porque todos ellos recibían el pago respectivo y legal como miembros formales del aparato estatal.
En esta línea, el medio antes citado afirmó que el vínculo con esta familia fue con la Comandancia Guarnición del Ejército de la Región Metropolitana, donde "se encargaban de mantener todo el sistema de escolta, de salud y de apoyo de la gente que custodiaba y atendía al general Pinochet", indicó el relato del ex comandante.
Según el investigado, se partió con "una cantidad gigantesca de personal", siendo disminuido con el pasar de los años, aunque aún así "con este fin se destinó una cantidad importante de recursos de gastos reservados". Pese a esto, le aseguró a Rutherford que todas estas medidas de seguridad y cuidado estaban "amparadas en el decreto supremo que avalaba custodiar a los ex comandantes en jefe".
En este procedimiento también se incluyó la declaración del exsecretario general del Ejército Andrés Avendaño, quien aseguró que con el dinero de gastos reservados también se llegaron a pagar hasta detalles funerarios relacionados "con la muerte del general Pinochet".
Lobby comunicacional
En otra parte de sus declaraciones, el general Izurieta comentó que los gastos reservados fueron también utilizados para realizar actividades con editores, periodistas y columnistas, asegurando que "tenían el fin de relacionarse de buena manera con los editores generales de los distintos medios de comunicación y anticipar informaciones" que pudieran afectar la "imagen" del Ejército.
También le afirmó a Rutherford que él lideró una idea para crear un modelo de regalos para matrimonios de militares, un formato que clasificaba los regalos "con las letras 'A', 'B' y 'C', según la persona que se casaba o quien enviaba la invitación. El regalo 'A' era una cuchillería que costaba 90 mil pesos aproximadamente y de ahí hacia abajo".
Por otra parte, según detalló La Tercera PM, el ex uniformado explicó que recibía entre 70 y 72 millones (alrededor de 91 mil dólares) en gastos reservados en un sobre con dinero en efectivo, mientras que él solicitaba seis millones de pesos más (US$ 7 mil 500) y que "todo ese dinero nunca lo depositó en su cuenta corriente ni en su tarjeta de crédito" para no dejar rastros, indicó la jueza.
Finalmente, Izurieta reconoció haber recibido dineros de gastos reservados en su calidad de ex comandante en jefe por un monto adicional de 800 mil pesos mensuales (mil dólares) desde abril del 2010 hasta julio de 2017. Ese dinero sí se depositaba en sus cuentas bancarias.
Pese a todo, pidió ser liberado bajo fianza y casi lo logra este miércoles: la Corte Marcial le denegó -por tres votos contra dos- al también otrora subsecretario de Defensa (2010-2014) la libertad bajo fianza, por lo que deberá permanecer detenido en el Campo Militar Peñalolén "General de Ejército Óscar Izurieta Molina", cuyo nombre honra, paradójicamente, a su padre, quien también fue comandante en jefe del Ejército entre 1958 y 1964, una década antes del comienzo de la dictadura de Pinochet .