La Fundación Popular, a través de la Fundación Francina, entregó en la región del Cibao 30 bastones blancos de seguridad al Centro de Capacitación para Ciegos (CECAPCI), con lo que asciende a mil 850 las personas con discapacidad visual beneficiadas con las entregas realizadas en todo el país.

"Los bastones blancos son una herramienta esencial para la inclusión social y la autonomía de las personas con discapacidad visual. Según el último censo de 2010, se estima que la población total con discapacidad en el país alcanza al 12.3% de los dominicanos y, de esta cifra, alrededor del 33% padece una discapacidad visual", se explicó en un comunicado.

Se informó que el aporte a CECAPCI apoya los Objetivos de Desarrollo Sostenible número 10, sobre reducción de las desigualdades, y número 17, al fomentar las alianzas para el desarrollo sostenible.

El acto de entrega a la señora Ana García, presidenta del CECAPCI, y un grupo de sus colaboradores se llevó a cabo por parte de Francina Hungría, directora y fundadora de la Fundación Francina; María Povedano, vicepresidente ejecutiva de Gestión Humana, Transformación Cultural y Sistemas y Procesos, y Elías Dinzey, gerente general de la Fundación Popular.

Povedano, en nombre del Grupo Popular, explicó que esta contribución forma parte del programa “Popular para todos", la iniciativa de inclusión para personas con discapacidad en la organización financiera, ya sean empleados o clientes.

Precisó que “Popular para todos" busca impulsar una cultura inclusiva en el Banco Popular Dominicano y el resto de filiales que componen el Grupo Popular como casa matriz, promoviendo un trato igualitario, fomentando la contratación de personas con discapacidad y adaptando la oferta de servicios y productos para mejorar la experiencia de estos usuarios financieros.

Mientras que Dinzey rememoró que desde 2015 la Fundación Popular ha establecido un vínculo de colaboración con la Fundación Francina Hungría, sumándose a sus esfuerzos de mejorar la calidad de vida de las personas con discapacidad, incrementando los niveles de inclusión mediante la eliminación de barreras arquitectónicas y sociales que impidan su desenvolvimiento autónomo.

En tanto, Hungría valoró la repercusión positiva de esta nueva entrega de bastones blancos, cuyo uso genera habilidades esenciales para normalizar la participación activa de las personas ciegas en la sociedad.