Moradores del paraje El Roblito, de Padre Las Casas, pidieron la intervención del ministro de Educación, Ángel Hernandez, para que a la escuela de la comunidad le sea asignado un código oficial.
“Esta escuela tiene 12 años de construida, y ni las autoridades de Padre Las Casas ni de Azua han movido una paja para resolver esa situación”, explicó Cristian Ferreras, padre de varios alumnos.
La escuela de El Roblito está enclavada en medio de una cadena de montañas entre Constanza y Padre Las Casas y recibe estudiantes de varias comunidades de la cordillera Central, entre ellas La Fortuna y El Palero.
Según el mapa de pobreza que se inventaron las autoridades de los gobiernos para sus discursos, es uno de los puntos más degradados económicamente de la región sur.
La escuela de El Roblito fue construida con una inversión de 2,988,024 e inaugurada en enero de 2012. Sustituyó una iglesia prestada por la Congregación de las Hermanas Apostólicas de Cristo Crucificado, institución que, en ausencia total de autoridades en la zona, tuvo que pagar los primeros maestros y llevar los materiales educativos. Desde entonces ha operado sin código oficial.
Debido a esa situación, el centro escolar depende de la escuela de Los Rodríguez para los suministros y las gestiones administrativas, informó Ferreras.
Según Maribel Delgado, una madre de la comunidad, los estudiantes de la escuela de El Roblito deben conformarse con “la sobra de la comida y de materiales que recibe la escuela de Los Rodriguez”, otro paraje de la zona alta de Padre Las Casas.
Yessica Pinales, moradora de la comunidad, estudio en ese centro sin código escolar y hoy sus hijos están estudiando en las mismas condiciones. “Esto tiene un solo nombre: se llama olvido”, dice Pinales.
Los padres de los alumnos han enviado varias cartas a las autoridades del Distrito Educativo 03-02 de Padre Las Casas, del que depende ese centro, sin que hayan recibido una respuesta satisfactoria.
La última fue entregada en las oficinas de Juan Jose Mejía, ex dirigente de la Asociación Dominicana de Profesores (ADP) y actual director del Distrito Educativo 03-02.
“Esta escuela -dice la misiva- tiene 14 años de construida y no ha sido reconocida por las autoridades. Por esta razón, señor Mejía, nuestros hijos no puede recibir una educación digna”.
Los moradores de El Roblito le recordaron al director del Distrito Educativo 03-02 el compromiso que ha hecho en varias ocasiones de gestionar la asignación del código. “Nuestras voces han quedado en el aire”, se quejaron.
La última vez que se comprometió, recordaron, fue el día 18 de enero de este año, cuando fue a hacer un discurso en la inauguración de una escuela construida en la comunidad con el apoyo económico de la Fundación ProEducado, integrada por un grupo de ciudadanas dominicanas residentes en Suiza.
Los padres y alumnos de la escuela de El Roblito se quejan amargamente que cuatro gobiernos y un montón de funcionarios municipales y regionales han ignorado el reclamo de asignar el código a la escuela. Por tanto, sienten que el ministerio de Educación nuevamente los engañó.