El Big Papi, David Ortiz, fue exaltado la noche de este martes al Salón de la Fama de Cooperstown de las Grandes Ligas, al superar a candidatos como Scott Rolen, Roger Clemens y Barry Bonds, y convertirse así en el cuarto criollo en alcanzar tal distinción, logro cosechado antes por Juan Marichal (1983), Pedro Martínez (2015) y Vladimir Guerrero (2018).
El bateador designado de los Medias Rojas de Boston, que ostenta el récord de las Ligas Mayores de más cuadrangulares (485) y carreras producidas 1,569) de por vida, logró la distinción de hoy en su primer año como elegible para la inmortalidad, gracias a la mayoría de los votos de los miembros de la Asociación de Escritores de Béisbol de América (BBWAA, por sus siglas en inglés).
Ortiz logró un 77,9 % de los votos, según los resultados dados a conocer por MLB en la elección de la BBWAA que dejó en el segundo lugar con 66 % al siete veces Jugador Más Valioso y líder histórico en jonrones en las Grandes Ligas, Barry Bonds. El siete veces ganador del premio Cy Young, Roger Clemens, obtuvo el 65,2 % de los votos de los cronistas estadounidenses.
En sus 20 años de trayectoria, David Ortiz se retiró en 2016 con un promedio de bateo de .286, 2,472 hits, incluyendo 541 jonrones y 632 dobles; 1,768 carreras remolcadas, OBP de .380, Slugging de .552 y OPS de .931. Con los Medias Rojas ganó tres Series Mundiales, convirtiéndose en una de las máximas figuras en la historia del club, y fue seleccionado al Juego de Estrellas en diez oportunidades.
Ortiz será exaltado el 24 de julio próximo junto a Buck O’Neil, Minnie Miñoso, Tony Oliva, Gil Hodges, Jim Kaat y Bud Fowler, todos seleccionados por los comités de las eras del béisbol.
UN CAMINO A LA GLORIA
Originalmente firmado por los Marineros de Seattle, Ortiz llegó a las Grandes Ligas con los Mellizos de Minnesota, donde jugó los primeros seis años de su carrera, antes de que cometieran el peor error en la historia de la franquicia, al dejarlo en libertad tras la temporada 2002.
Esto permitió que el poderoso bateador zurdo se mudara a los Medias Rojas de Boston donde escribiría un legado, que hoy lo ha catapultado como un inmortal de Cooperstown.
Su llegada a los Medias Rojas tuvo como intermediario a su compadre y también inmortal del béisbol de liga grande, Pedro Martínez, quien recomendó a la gerencia bostoniana sumarlo al equipo para la campaña de 2003.
El impacto de David no tardó en sentirse en los Medias Rojas y en todo el béisbol.
En la temporada de 2004, tras una serie regular en la que bateó para promedio de .301 con 41 cuadrangulares y 139 carreras remolcadas, Ortiz se ganó su sobrenombre de Big Papi, al ser la figura central en una de las más memorable remontadas en la historia del béisbol.
Boston regresó de un déficit de 0-3 ante su principal rival, los Yanquis de Nueva York, para conquistar la Serie de Campeonato de la Liga Americana, al batear para promedio de .387 con tres jonrones y 11 carreras remolcadas, logrando el premio al Jugador Más Valioso.
En esa Serie de Campeonato de 2004, Ortiz disparó un jonrón de dos carreras en la décimo segunda entrada del cuarto duelo, para dejar en el terreno a los Yanquis, y al día siguiente volvió a vestirse de héroe, al fletar un imparable por el medio del terreno en el décimo cuarto episodio, para vencer nuevamente a Nueva York, camino a la Serie Mundial, en la que barrieron en cuatro partidos a los Cardenales de San Luis.
Eso significó el fin de la "Maldición del Bambino", un período de 86 años en el cual los Medias Rojas no pudieron coronarse campeones en las Grandes Ligas.
En su carrera de 14 años con patirrojos, Ortiz llevó al equipo a conquistar tres títulos de la Serie Mundial (2004, 2007 y 2013), esta última marcada por el atentado al Maratón de Boston, donde tras regresar a juego, el dominicano pronunció un discurso que levantó la moral de todo el estado de Massachusetts, convirtiéndose en un símbolo de fortaleza para la ciudad.
En el "Clásico de Otoño" de 2013, Ortiz tuvo una línea ofensiva de .688 con dos jonrones y seis impulsadas, para ser elegido Jugador Más Valioso, al vencer en seis juegos nuevamente a los Cardenales de San Luis.
En su carrera de 20 años lideró la liga en jonrones en la campaña de 2006, con 54 palos de vuelta completa, fue dos veces líder en bases por bolas recibidas (2005 y 2006), mientras encabezó el circuito en porcentaje de embasarse (2007), slugging (2016) y OPS (2016).
Además, lideró la Liga Americana en carreras empujadas en tres ocasiones (2005, 2006 y 2016), incluyendo su última campaña como jugador, en la que también recolectó el mayor total de dobles (48), logrando una de las temporadas de despedida más impresionantes en la historia del béisbol.
Miembro del club de los 500 jonrones (541) y de los 600 dobles (632), Ortiz conquistó siete bates de plata como bateador designado, asistió a 10 Juegos de Estrellas y quedó entre los primeros 10 al premio Jugador Más Valioso de la temporada en siete ocasiones.
El 'Big Papi' dejó una huella en el terreno de juego que desde hoy vivirá en la inmortalidad del béisbol.