Las pinturas y esculturas de la colección del difunto cofundador de Microsoft, Paul G. Allen, alcanzaron el récord de US$ 1 mil 500 millones en Christie’s Nueva York el miércoles por la noche, convirtiéndose en el mayor venta en la historia de la subasta.

Ese fue el monto que la casa de remates Christie’s esperaba con la venta de la fabulosa colección denominada Visionary que reunió Paul Allen, en un mercado ajeno a un mundo sacudido por las crisis.

Nunca tan conocido como su socio Bill Gates, con quien fundó Microsoft en 1975, Paul Allen fue un millonario con muchas pasiones: desde el arte hasta la cultura pop, desde Jimi Hendrix a Nirvana o la icónica serie Star Trek, de la que exponía objetos en su museo en Seattle, su ciudad natal.

"Cinco padres del arte moderno -Seurat, Monet, Cezanne, Gauguin y Van Gohg-, cada uno representado por una obra maestra es algo que no se volverá a ver, y todas procedentes de una colección privada: es algo que ocurre una vez en la vida", dijo la semana pasada a EFE Max Carter, vicepresidente de Christie’s para arte de los siglos XX y XXI.

El pase de prensa en el que habló Max Cartert contó en esta ocasión con una presencia llamativa de personal de seguridad en cada una de las salas, medida extraordinaria tomada por Christie’s ante la reciente sucesión de ataques en distintos museos por parte de activistas climáticos.

No solo hay impresionistas en la colección de Allen -cuya venta irá íntegramente destinada a proyectos filantrópicos aún por definir-; hay también piezas icónicas de Lucian Freud, Francis Bacon, Georgia O´Keeffe, Gustav Klimt, Paul Klee, Wiliam Turner, Pablo Picasso, Salvador Dalí, Diego Rivera y Edward Hopper, por citar solo a los más conocidos.

Antes de desembarcar en Christie’s para su destino final, la colección de Paul G. Allen -que además incluye piezas de Botticelli, Donatello o Jan Brueghel el Joven- viajó por Europa y Asia, donde la casa de subastas los ha mostrado en Hong Kong, Taipei y Shangai.

"Los compradores asiáticos representan desde hace cinco años entre el 25 % y el 30 % de nuestras ventas -dijo Carter- y su interés está cada vez más diversificado, pero lo que más les atrae por el momento es el impresionismo, los pintores premodernos y en general las obras de grandes maestros".

UNA CLASE DE HISTORIA

Las obras que Allen adquirió a lo largo de su vida (1953-2018) cuentan por sí solas no solo la historia del arte, sino la Historia en general: hay una obra de Klimt (El bosque de Birch, 1902) que fue requisada a sus dueños por el régimen nazi, y tuvo que esperar hasta 2006 para ser devuelta al estado austriaco.

Otras obras fueron en su momento atesoradas por icónicos multimillonarios americanos, antes de venderlas para multiplicar su valor: así, Maternité II de Gauguin (pintada en 1899) estuvo en manos de David Rockefeller, mientras que una de las pinturas de Venecia que Turner hizo inspirándose en Canaletto fue propiedad durante décadas del banquero JP Morgan.

Como suele ser habitual, las "joyas de la corona" son las telas impresionistas y de sus epígonos: entre las pinturas que se esperaba que rondaran o superaran los 100 millones de dólares están Les poseuses de Seurat, una de las cumbres del puntillismo, La montagne Saint-Victoire, una de las obras más reconocibles de Cezanne o Huerto con ciprés, de Van Gogh.

El afán casi obsesivo que representan los impresionistas en el mercado del arte contemporáneo lo justificó Carter por su disponibilidad ya relativa: "Cuanta menor es la disponibilidad a medida que se van vendiendo las obras en el mercado, más va subiendo su precio de mercado", pero reconoció que en el futuro inmediato todavía van a dominar el gusto de los coleccionistas. como se veirifcó este miércoles.

El récord fue en realidad de US% 1 mil 506 millones

La subasta de la colección de arte de Paul Allen, cofundador de Microsoft, logró un récord de 1.506 millones de dólares este miércoles en la casa Christie’s de Nueva York, donde los compradores pujaron con brío y multiplicaron los valores estimados de prácticamente todas las obras.

La colección de Allen, que abarca unos 500 años de la Historia del Arte, se ha dividido en dos jornadas y esta primera noche se ofrecieron 60 piezas de alto valor que, sumadas, superaron con creces los 922 millones recaudados en mayo en la venta de la colección Macklowe, hasta ahora la más cara de la historia.

Las obras más codiciadas fueron las de los grandes maestros impresionistas y el mejor ejemplo fue “Les poseuses, ensemble” de Georges Seurat, una imagen intimista realizada con su característica técnica del puntillismo, que se vendió por 149,24 millones, 5 veces el máximo precio alcanzado por el artista.

La marca de los 100 millones de dólares la superaron también un Cézanne (“La Montaigne Sainte-Victoire”, 137 millones), un Van Gogh ("Verger avec cyprès", 117 millones), un Gauguin (“Maternité II”, 105 millones) y un Klimt (“Birch Forest”, 104 millones), todos ellos estableciendo nuevos hitos para sus firmantes.

Pese a su precio menor, destacaron asimismo un retrato de familia de Lucien Freud (86 millones), una de las famosas escenas de un puente de Claude Monet (64 millones), un cuadro abstracto y colorido de Jasper Johns (55 millones) y una escena de los canales de Venecia, de Edouard Manet (casi 52 millones).

Desde el inicio de la venta se vio a los interesados pujar sistemáticamente hasta pulverizar los récords de casi todos los artistas, planteando la incógnita de si tuvo más peso la calidad de los tesoros que ha dejado Allen o la voluntad de hacer cumplir su deseo de que la recaudación vaya dirigida a causas filantrópicas.

La concentración de los presentes -estaban allí los principales marchantes de Nueva York e incluso el magnate Francois-Henri Pinault, según The New York Times- se vio interrumpida solo al final, cuando tras el último martillazo fue anunciada la recaudación superior a 1.500 millones y hubo un estallido de aplausos.

La expectación por la subasta se aplicó también al público, que los últimos días estuvo esperando en fila para entrar en la sede de Christie’s, en el centro Rockefeller, y ver las cerca de 150 obras desde Botticelli a Hockney que reunió el empresario, fallecido en 2018 y considerado un "visionario", también en el arte.

La colección de Allen se convirtió en la más cara antes de terminar la venta y seguirá creciendo en valor este jueves, cuando se subasten las 95 piezas restantes, que parten con precios estimados muy inferiores a los de este miércoles, desde un mínimo de 3.000 dólares hasta unos 3 millones de dólares máximo.