Los manifestantes denunciaron la relación entre la crisis climática y las desigualdades sociales, según los organizadores.
"Hemos querido hacernos cómplices del dolor de la población de Valencia porque somos parte de la clase trabajadora de Valencia", explicó a EFE Mónica Gortaire, portavoz de una de las asociaciones convocantes.
También pidieron los participantes medidas para frenar lo que describen como 'necropolíticas' urbanísticas que priorizan los intereses del mercado inmobiliario, lo que agrava la crisis ambiental y excluye a las poblaciones más desfavorecidas.
Esta manifestación, que comenzó a convocarse en 2017, sirve para recordar a Lucrecia Pérez, cuyo asesinato, el 13 de noviembre de 1992, se reconoció como el primer crimen racista cometido en España.
Así, los convocantes incidieron en la necesidad de combatir los discursos de odio y la desinformación impulsada por la ultraderecha, pues esto, a su juicio, genera división, violencia y confusión.
Esta protesta forma parte del Otoño Antirracista y Anticolonial, una serie de actividades organizadas en varias ciudades para denunciar y visibilizar las estructuras coloniales y racistas que persisten en la actualidad.