El Ministerio Público (MP) en Santiago afirmó este miércoles que, además de las imputaciones por estafa y extorsión que sustentan la solicitud de medida de coerción contra Sucre Rafael Rodríguez Ortiz, presunto cabecilla del grupo desarticulado con la Operación Discovery, el imputado también deberá afrontar un proceso por tentativa de asesinato y secuestro.
"Algo importante que se ha presentado en el día de hoy: unos resultados de la Policía Científica, de la Policía Nacional, que determinan que las armas de fuego, inclusive fusiles que fueron incautados en los allanamientos del pasado 2 de marzo, han dado como resultado positivo hechos de intento de asesinato, así como secuestros, y en la próximas horas el Ministerio Público estaría solicitando medida de coerción contra Sucre Rafael Rodríguez Ortiz, líder y cabecilla de esta estructura criminal”, dijo el fiscal Claudio Cordero.
La autoridad del MP en Santiago habló tras el receso de la medida de coerción por estafa y extorsión que se lleva cabo desde el lunes contra 39 imputados en la Operación Discovery.
El proceso fue recesado este miércoles, hasta el próximo viernes a la 1:00 de la tarde. La razón del receso estuvo motivada por lo avanzado de la hora para continuar la lectura de la solicitud de la medida de coerción.
Según abogados de la defensa, hasta pasadas las 5:00 de la tarde de este miércoles apenas se había leído lo concerniente a dos de los 39 imputados, unas 50 o 60 páginas de un total de 298.
Los abogados también se quejaron de que no se empieza a la hora pautada y que, por esa razón, no da el tiempo para completar lo programado, además de que la coerción se conoce en una sala que no se puede usar a diario.
Hoy algunos de los imputados reiteraron su inocencia y denunciaron que algunos de ellos habían sido maltratados. Alegaron que el Ministerio Público actúa sin sustento a la hora de las imputaciones. No obstante, la Fiscalía ha insistido en que tiene centenares de pruebas como soporte para este caso.
En contra de Rodríguez Ortiz y 38 encartados más se han compilado más de 350 elementos de pruebas vinculantes, los cuales lo sitúan en el centro de la estructura mafiosa que se apropió de millonarios recursos económicos mediante la estafa, la extorsión, la sextorsión y el chantaje a ciudadanos estadounidenses.
El Ministerio Público reiteró que se trata de una estructura que operó bajo el esquema de call centers clandestinos en los que captaba a sus víctimas, principalmente ciudadanos estadounidenses de hasta 96 años de edad, a quienes, bajo presión y terror psicológico, chantaje, extorsión y engaños, despojaban de cuantiosos recursos económicos.