PEDERNALES, República Dominicana (Fotos: Luis E. Acosta).- El 23 de junio de 2021, en el marco de un vistoso acto celebrado cerca del viejo muelle de Cabo Rojo, el presidente Luis Abinader dio el palazo de inicio del Plan de Desarrollo Turístico de Pedernales.
Hubo discursos esperanzadores y explicativos sobre las perspectivas de esta provincia del extremo más austral del territorio dominicano como destino turístico con desarrollo integral.
Hablaron los ministros de Turismo, Obras Públicas y de la Presidencia, David Collado y Deligne Ascención; el director ejecutivo del plan, viceministro de Turismo, Carlos Peguero; el director ejecutivo de Alianzas Público-Privadas, Sigmund Freund, y el mismo mandatario.
Y allí se formalizó el anuncio sobre la construcción de las carreteras Enriquillo-Pedernales, Pedernales-Puerto Escondido y vías de acceso a los atractivos turísticos. Viejas demandas de esta comunidad fronteriza con Haití.
Hacía dos meses que la constructora Andalar Internacional, del magnate mediático Juan Ramón Gómez Díaz, había echado a andar sus tractores en dirección este-oeste, tramo Enriquillo-Oviedo. Poco antes había instalado su campamento de operaciones en la salida del municipio de Juancho.
El 15 de abril, Luis Gómez, administrador del proyecto por la compañía, dijo que Obras Públicas entregaría el diseño durante la semana.
“Eso viene en grande, pensamos poner tres o cuatro frentes de trabajo y te puedo adelantar que no van a haber curvas; el presidente no quiere ver una curva ahí, se van a economizar como 10 o 12 kilómetros. La semana que viene vamos a estar fajados en lleno. Antes era de boca, pero es un presidente que quiere y lo ha ordenado”.
Días después fue notoria la paralización de las actividades. Gómez lo admitió al ser preguntado. La causa -según él- fue la resistencia de dueños de parcelas a ceder parte de sus propiedades para la ampliación porque exigían que la comisión evaluadora de Obras Públicas les pagara primero.
El compromiso del Gobierno: a más tardar en 2024, lograr la ampliación y la eliminación de unas 70 curvas a lo largo de 74 kilómetros de la vía Enriquillo-Pedernales, para disminuir distancia y riesgo de siniestros de tránsito.
COMO LA TORTUGA
Cinco meses han pasado desde que los tractores de Andalar comenzaron a abrir trochas. Y tres, desde el acto oficial que agitó las emociones de los pedernalenses.
En el tramo Enriquillo-Oviedo la obra está activa. Y en Cabo Rojo arrancaron con el desmonte para la vía de acceso a La Cueva y Bahía de las Águilas.
Gómez dice que tienen 30 camiones “tirando material, trabajando mucho”.
Pero una fuente vinculada a los mismos camioneros, en Juancho, afirma que la empresa trabaja a un 30% de su capacidad, aunque corrobora el dato de la cantidad de vehículos contratados.
“Tienen una pizarra ahí y los van rotando; son 34. Hay unos 30 camiones y la compañía tiene cuatro volteos de ella… Están trabajando todos los días, menos sábado y domingo. Lo único es que no están trabajando al 100%; están como si fuera a un 25%. Van lentos, muy lentos”, confió la fuente.
En el municipio Pedernales también creen que el ritmo de trabajo es lento. Tanto que no terminarían en el plazo establecido.
Se preguntan por qué no trabajar desde Pedernales hacia Enriquillo, si no hay inconvenientes con propietarios y se trata del tramo que exige una intervención más profunda. El representante de la empresa privada dice que había algunos inconvenientes medioambientales, “pero ya están resueltos con el presidente Abinader”.
Willy Medina Cuello, chófer de los sindicatos de Camioneros y Autobuses, en Pedernales: “Según yo veo los equipos que están trabajando ahí, al ritmo que va, no creo que lleguemos a ninguna parte".
"En cuatro años -prosiguió- no creo que se termine porque es mucho el trabajo. Hay que meterle mano dura, porque cuando se quiere hacer una obra de verdad, se le meten todos los equipos y el personal adecuado”, añadió.
Willy Alexander Perdomo, chófer ruta Pedernales-Barahona, dice a su vez que “va un poquito avanzada porque le han dado desde La Colonia hasta El cajuil… Si le ponen mucho interés, se puede hacer en un año. Nos gustaría que avancen rápido porque la carretera está en muy malas condiciones, demasiado hoyos… Uno se coge tres horas de Barahona a Pedernales, y eso se podría hacer en dos horas o menos”, calculó.
Imbert Heredia, gerente de la Empresa de Transporte de Pedernales, habla firme: “Mira, desde mi óptica, en cuanto al avance de esa carretera, del 1 al 10, yo le doy un 2″.
"Va muy lenta. Quizás el presupuesto no está fluyendo para que puedan avanzar. Si sigue a ese ritmo, el presidente no la podría inaugurar. Además, la empresa está perdiendo de vista la seguridad de las personas que transitamos por allí. No hay protección en los sitios donde ellos están trabajando, hay riesgos de accidentes”, alertó.
El trabajador social Erick Pérez Hernández critica el retraso de los trabajos de construcción y los riesgos de accidentes por la falta de señalización y protección de las áreas intervenidas. “Sobre todo, en las noches es un gran peligro”, apuntó.
El presidente provincial del Partido Revolucionario Moderno (PRM), Confesor González, percibe lentitud en el proceso y considera que deben abrirse varios frentes de trabajo para activar la economía local y cumplir con la entrega en el tiempo establecido.
“Es importante mantener informada a la población sobre el avance de los trabajos. Se trata de una obra importante y la población está empoderada”, adviertió.
DE LOMA EN LOMA
En la zona agrícola de sierra Baoruco el panorama es patético. Los Arroyos, La Altagracia, Aguas Negras y Mencía son comunidades de gente tranquila y hospitalaria. Sus tierras, una excelente fuente de producción de aguacates Hass, café, cebolla, papá, zanahoria y otros renglones. Aguas Negras tiene su río, aunque poco conocido; y Mencía, su simbólico Mulito, atractivo turístico.
Pero han vivido huérfanos de la atención sostenida del Estado. Por tal desprecio, desde los ochenta, las colonias se despoblaron. Unos residentes vendieron tierras y viviendas “a precio de vaca muerta” y se marcharon; otros, pausaron y bajaron al pueblo y otras provincias esperanzados en regresar cuando la vida sea menos dura. Solo resistieron algunos valientes parceleros. Familias haitianas cruzaron la frontera y ocuparon el vacío.
“No era para menos, pero ahora ese panorama está cambiando, la producción está buena. Muchos regresan; incluso Mencía, que fue la más afectada por el despoblamiento, tiene un renacer y eso debe saberlo el Gobierno. Nosotros nos merecemos ser prioridad”, ha referido el agricultor de La Altagracia, Luis Díaz Corcino.
Buena producción; sin embargo, bajarla al pueblo es una odisea. La carretera hasta Los Arroyos es una maravilla para los aventureros; cerca de 40 kilómetros de culebrero y riesgos que emocionan. Pero es un pandemonio para los productores.
Díaz Corcino, en tono incómodo: “Desde Mencía hasta La Altagracia son cinco kilómetros y está imposible de transitar. En muchas ocasiones nos han prometido reconstruirla y nos dejan esperando".
"No tenemos policlínica y cada vez que tenemos que sacar un enfermo es imposible. Igual pasa cuando tenemos que bajar los camiones de aguacates. Se han producido accidentes. La Altagracia es la capital del distrito municipal José Francisco Peña Gómez. Da pena lo que pasa con nosotros”, manifestó.
Dicen lo mismo en Los Arroyos. La carretera parece un despeñadero. Los camiones de media cama cargados de las cosechas bailotean de una orilla a otra. Los diestros chóferes solo se cuidan de un vuelco o un deslizamiento que les tire a un precipicio. Parece ficción.
Más cerca del municipio, a menos de 10 kilómetros, hacia el nordeste: Las Mercedes, misma de la explotada mina de bauxita y de los productores de caprinos y yuca de la mejor calidad. Las mismas penurias.
Mencía, Aguas Negras, La Altagracia, Los Arroyos y Las Mercedes, presas de abandono oficial, fueron declaradas Reserva Fiscal Minera Ávila, mediante el decreto 430 de 2018. Se les considera fuentes no sólo de bauxita, sino de las mundialmente apetecidas Tierras Raras.
Más hacia el norte, por el Aceitilllar cuyos pinares y bosques latifoliados ahora arden, aún no se ven rastros del inicio de los trabajos de construcción para conectar con Duvergé, provincia Independencia, e integrar la Región Enriquillo.
Resultó imposible obtener la reacción de Obras Públicas.