Comunidad desalojada del barrio Freddy Beras Goico, Los Alcarrizos.

El sociólogo colombiano, Gustavo Wilches-Chaux, en su ensayo titulado “Vulnerabilidad Global” define la vulnerabilidad educativa como “la falta de contenidos o asignaturas que contribuyan a reducir la vulnerabilidad de los alumnos frente a los riesgos humanos o naturales que son amenazas.”

Con esto Wilches-Chaux plantea que cuando el sistema sistema educativo no contempla la enseñanza de temas asociados a: las amenazas naturales o antrópicas, desastres, riesgo, vulnerabilidad, gestión de riesgo, cambio climático y cualquier otro tópico que tenga relación con la incidencia de fenómenos naturales en distintos territorios, provoca que la población sea incapaz de responder eficientemente ante estos.

Siendo un país que, además de estar “en el mismo trayecto del sol”, también estamos en la ruta de fenómenos atmosféricos. Y estar en esta ruta, hace que el paso de vaguadas, tormentas, huracanes, sea parte de nuestra vida.  Se hace necesario, en este sentido, provocar que el espacio de la escuela sea un instrumento para integrar a la vida de las personas, la presencia de estos fenómenos, que aprendamos a reaccionar, a responder, a actuar ante los diversos tipos de emergencia. A integrarnos en los procesos institucionales, que se implementan, para mitigar o para mejorar nuestras acciones en el momento de las respuestas.

Se dice que “no hay peor crimen que la ignorancia”, y que nuestros niños, niñas y jóvenes no sepan la importancia que tiene la gestión de riesgo o por qué cada año las tormentas, por poner un ejemplo, son más intensos, los hace vulnerables. El proceso educativo tiene que servir para que reconozcamos las situaciones que pueden poner en peligro la existencia, para que podamos tener herramientas que ayuden a confrontar la incertidumbre. Comprender la realidad incentiva la creatividad y contribuye al ejercicio de ese yo colectivo que es central a la hora de gestionar las acciones frente a amenazas.

La geografía tiene que hablarnos de las características de nuestra ubicación, Tiene que explicar el porqué de los huracanes. Tiene que hacernos comprender, junto a las ciencias sociales, las razones del cambio climático.  Las matemáticas deben ayudarnos a digerir las estadísticas y a convertirnos en personas que luchen y exijan acciones rotundas y certeras frente a estos riesgos.

El currículum escolar dominicano, tiene que integrar informaciones tan importantes como cuáles son las diferentes alertas meteorológicas, cómo actuar frente a cada una, qué nos toca como ciudadanos y ciudadanas. Eso debe ser parte de los aprendizajes, así como lo es saber quiénes fundaron la patria.

La escuela tiene un papel fundamental en el desarrollo mental y social de las personas. La transformación debe iniciar desde los centros educativos. Vamos a transformar la acción educativa para que deje de ser pasiva frente a las amenazas que nos visitan cada año. Actuemos para combatir la vulnerabilidad educativa. Hagamos que todos y todas seamos parte de la solución.

Katherine Almanzar/De la Comisión de Vivienda y Hábitat del Foro Ciudadano