"Este país quedó para los zamuros (buitres, aves de rapiña) del Gobierno y de la oposición", fue la sentencia que a manera de saludo me impactó de la Venezuela de este junio del 2023.
“¡Tú estás loco si te vuelves y te quedas, nojoda! ¡Ya era hora de que regresaras, pana! ¿Te creyeron venezolano en Chile y por poco te queman vivo, chamo?. A los chilenos los esperaremos en la bajadita cuando gane el alemán (José Antonio) Kast y vuelvan a arrancar hacia acá como hicieron los ricos cuando ganó Allende y los allendistas cuando les llegó Pinochet y como hacemos nosotros ahora. ¡Naguará!".
En Caracas se sigue diciendo que esa es la única ciudad del país de Simón Bolívar y que el resto no es más que “monte y culebra”. Claro que ahora parece ser que “todo lo bueno” se restringe a Las Mercedes, uno de los barrios caraqueños de alcurnia, territorio de relax y festejo de “los enchufados”, como llaman a los chavistas-maduristas que hacen gala del poder adquisitivo que han acumulado.
"Esto aquí está igual, está peor, está mejorando, está empeorando, esto está fino, pero solo para los enchufados, esto se fue a la mierda… ¿El clima? Está lluvioso y friiiiito, no como cuentan del calor de Santo Domingo”.
Estos son colofones de las bienvenidas de los pocos amigos que van quedando “in situ”, casi todos con planes de emigrar, a excepción de quienes siguen confiando en Maduro, que los hay y no son pocos y que no son comunistas, porque los propios comunistas venezolanos hace tiempo que denuncian ser perseguidos por el madurismo, de lo que parece no se enteran sino los comunistas chilenos que encaran a Maduro.
Estos “panas” que preparan maletas en Caracas cuentan de agencias de viaje que venden boletos a mitad de precio porque no bien el venezolano llega a su destino -donde pasa Migración tras mostrar el dinero suficiente para cubrir las dos semanas de turismo que proclama- anulan el viaje de regreso y lo mismo la reservación del hotel efectuada online, porque la idea es aparentar un viaje de placer que no es tal.
Otros igualmente migrantes, pero “pataenelsuelo”, sin ahorros, sin bolívares ni dólares, monedas que ahora son pan corriente por igual –noviazgo monetario bolivariano imperialista–, caminaron por miles por las carreteras de los países de la región con la esperanza damnificada y cansados desde hace mucho y avisados del desprecio, humillación y hasta la agresión de los vecinos igualmente cansados del deambular de los "cónchalevale sicarios y ladrones”, que son solo unos pocos aunque con gran poder de representación de todos, que ya suman cerca de ocho millones en total.
Es difícil entender que el sueldo de un médico sea de 25 dólares en un hospital público o que la pensión no pase de los 6 dólares. Unos y otros buscaron otras fuentes de ingresos al margen del Estado, carcomidos cada hora por un frenesí inflacionario solo comparable al Ecuador que cerró el siglo XX.
Tras la mayor crisis económica que vivió Ecuador en 1999, el entonces presidente Jamil Mahuad tomó una de las medidas monetarias más radicales en la historia del país: confiscó los dólares de los depositantes y Ecuador adoptó la dolarización que propuso poco años antes Abdalá Bucaram. Ambos presidentes salieron huyendo del palacio presidencial de Carondelet de Quito.
En la Venezuela actual, los dólares circulan junto a los billetes, las papeletas de millones de bolívares que valen prácticamente nada, como la gasolina en los tiempos de Carlos Andrés Pérez y Hugo Chávez.
Al llegar este junio al aeropuerto de Maiquetía, en la costa más cercana a Caracas, las bienvenidas al pequeño puñado que regresa en avión incluyen preguntas de rigor sobre el motivo del viaje de vuelta endulzadas con cierto humor y complicidad, como la del agente de Migración que no tutea, porque es andino, gocho educado y no caribeño: “¿Dice usted que solo viene para visitar a su suegra? Me hace reír este capocho”.
En la despedida, porque de verdad fue una breve visita a la suegra, que convalece de una cirugía de fémur, la revisión del equipaje la realizan soldados de las fuerzas bolivarianas ante los ojos del pasajero, pero debe hablarse en plural porque son varias inspecciones adicionales a las consabidas previas a la sellada del pasaporte.
También el escanear el cuerpo de cada pasajero que se va es obligatorio y con las manos en alto, las piernas abiertas y contra la pared. Órdenes dadas con gestos y señas. Ya en la puerta de embarque, una última revisión en una terminal donde pocos llegan y muchos salen.
Los cuarenta dólares acordados con el taxista para que te suba del aeropuerto a Caracas, y los otros cuarenta para que te baje, confirman que por ahí también hay cambios, porque con ochenta dólares hace unos pocos años un amigo microempresario pagaba la nómina y no apenas unos vinos degustados con varios amigos en un flamante local nuevo cercano a Parque Cristal, en Chacao, otro municipio caraqueño de alcurnia.
Ni hablar de los 5 mil dólares preferenciales que CADIVI de Chávez te permitía gastar en Europa o para que fueras a “raspar cupo” a Panamá con tarjeta de crédito propia, monto que al regreso podías pagar luego en bolívares con solo una quincena.
Volver a Venezuela tras años de éxodo y volver a irse
El endurecimiento de las restricciones migratorias en la región y las secuelas de la pandemia en la oferta laboral provocaron el retorno de miles de venezolanos. La investigadora Anitza Freites, de la Universidad Católica Andrés Bello, estima que ya podrían estar de vuelta entre el 3% y 6% de los siete a ocho millones que se han ido y que se siguen yendo, según los últimos datos de Acnur. La inmensa mayoría que regresa lo hace por tierra; no pocos a pie.
El Gobierno de Maduro reportaba para finales de 2022 apenas 31 mil retornados con el llamado Plan Vuelta a la Patria que desde la pandemia ha dispuesto algunos vuelos para el regreso de venezolanos y con ello ha alimentado la narrativa sobre la recuperación del país del que todos se iban.
En la despedida de Caracas de esta semana se escuchan comentarios sobre unos agricultores detenidos por protestar contra la escasez de gasolina que por estos días afecta al país que llegó a producir 3 millones de barriles diarios.
“Bien detenidos están”, espetó la ahora parlamentaria y anteriormente ministra de Prisiones Iris Varela, aquella que formó con disciplina militar bolivariana a los reos en los penales.
Los agricultores encarcelados se grabaron cuando desechaban su cosecha a punto de pudrirse porque no llegaron a los mercados debido a la escasez de combustible, constante que se asegura cambiará tras las elecciones del 2024.
Menos gasolina
De refinar 1,3 millones de barriles diarios, casi la mitad de la producción, se estima que Venezuela ahora refina 135 mil barriles diarios (el 10%), caída que comenzó en 2013, mucho antes de las sanciones internacionales a las que se les achaca el descalabro. Esta producción no alcanza para cubrir la demanda interna y, además, no son pocas las deudas energéticas que tiene Venezuela con China y Cuba, por ejemplo.
Venezuela se confinó el año 2020 por la pandemia y también por la escasez de combustible, paralización que el Gobierno aprovechó para ajustar el precio de la gasolina, subsidiada por décadas. Tres años después, ni los ingresos por la venta del combustible -que pasó de prácticamente nada a 50 centavos de dólar el litro- ni los atenuados castigos internacionales han redundado en mejoras.
Tampoco las licencias que EEUU ha dado a algunas de sus petroleras, como Chevron, para operar pese a sus sanciones, han logrado saldar deudas que se acumulan y abultan con la admitida corrupción que solo en los últimos meses y solo en torno a la petrolera PDVSA ya suma un desfalco de 20 mil millones de dólares, monto similar a la reserva monetaria internacional que exhibía Venezuela hace unos años.
Filmados botando vegetales podridos
La Fiscalía aliada del Gobierno de Maduro no ordenó la persecución de los responsables de la escasez de gasolina. El titular del Ministerio Público, el fiscal general Tarek William Saab –inverso multiplicativo de su colega dominicana– acusó a los agricultores filmados botando vegetales podridos del delito de boicot, tipificado con 12 a 15 años de prisión para quienes “conjunta o separadamente desarrollen o lleven a cabo acciones, o incurran en omisiones que impidan de manera directa o indirecta la producción, fabricación, importación, acopio, transporte, distribución y comercialización de bienes, así como la prestación de servicios”.
Los 17 estados (provincias) de Venezuela que viven de la actividad agrícola están afectados por la escasez de combustible de la que solo se salva buena parte de Caracas, porque la capital no es monte con culebras aunque los zamuros comen carroña y otros de la misma especie aguardan pacientemente que algo de sobras le dejen los que ahora están en el techo.
La brutal crisis venezolana y haitiana de los últimos años es tan diferente y tan igual, contradicción aparente donde cada día se pierde otro poco de fe en el Estado y sus instituciones, donde la justicia por mano propia y la injusticia con mano ajena se va imponiendo de diferente manera, aunque no faltan quienes confían en el vuelco vía elecciones.
Al margen del oficial Consejo Nacional Electoral, la oposición venezolana, tan variopinta que va desde los comunistas que se dicen perseguidos hasta los “escuálidos” amigos del chileno Kast y del brasileño Bolsonaro, celebrarán este 2023 unas primarias donde se espera que olviden por un momento sus permanentes rencillas internas para tener posibilidades frente a Maduro.
La favorita en la oposición es la radical María Corina Machado
Hace unos años, en tiempos de Chávez, la oposición contaba con su propio poder electoral, obviamente no oficial, una instancia llamada Súmate cuyo rostro visible -por cierto, representante de la belleza venezolana- era María Corina Machado, que paulatinamente fue ganando presencia tras llamar ladrón a Chávez en su propia cara, visitar a Bush Jr. en la Casa Blanca y haber aceptado hace relativamente poco tiempo ser representante alterna de Panamá ante la Organización de Estados Americanos (OEA).
Lo de Panamá le valió a Machado ser destituida de su cargo como legisladora cuando el presidente del Congreso en aquel momento, y desde siempre el número dos de Maduro, Diosdado Cabello, la acusó de violar la Constitución y traicionar a la patria. En el mismo hemiciclo, un chavista le quebró la nariz a la opositora radical.
María Corina ha sido permanente protagonista en las jornadas pacíficas o violentas del anticomunismo más proclive a la militancia religiosa, cara de la misma moneda de cuando se supo que Chávez padecía del cáncer que finalmente lo mató, condición que desató durante meses una oleada de rezos públicos que proyectó la idea de que Venezuela abandonaba el Estado laico para instaurar una suerte de variable caribeña de Estado confesional antiimperialista. ("Con qué se come eso", a decir del ya fallecido chavista histórico José Vicente Rangel),
Este mismo lunes 26, un diputado pidió a la Contraloría General información sobre el estatus político de la Machado, ya inscrita para participar en las primarias de octubre, con el fin de aclarar si está o no habilitada para competir en las elecciones en caso de que sea la abanderada de la variopinta oposición, tan urgida de democracia tradicional, como lo prevén las encuestas y de lo que hoy mismo dió cuenta el diario ElPaís de España.