Víctor Martínez, uno de los principales lideres comunitarios dominicanos de la ciudad de Providence, Rhode Island, Estados Unidos, a 62 años del vil asesinato de su padre y dos hermanos sigue clamando a la justicia dominicana una investigación que conduzca al hallazgo de los restos de sus familiares, ultimados a tiros por Ramfis Trujillo, el 4 de junio de 1961, horas antes de su huida hacia el exilio.
El tiempo transcurrido no ha podido borrar de su mente la infausta noticia de aquel trágico día que se enteró de la muerte de su padre, el teniente (E.N.) Manuel Núñez Núñez y los hermanos, los sargentos: Wenceslao Taveras (Martín) y Jorge Taveras.
Su mente se resistía a creer que solo por ser custodia del general José René Román Fernandez (Pupo), secretario de las Fuerzas Armadas, sus familiares pagaran con sus vidas la sospecha de conocer la conjura en la que estaba involucrado Pupo Román quien fue delatado por unos de los conjurados.
Desde que se enteró del triple asesinato, ejecutado directamente por Ranfis Trujillo, como doliente tenía la ilusión de enterrar a sus familiares.
Empero, la tragedia fue más desgarradora al no recibir los cadáveres de sus familiares para darle cristianas sepulturas.
Al indagar en círculos militares sobre el destino de los cadáveres se les informó que luego de aplicarles terribles torturas, fueron fusilados por Ranfis quien ordenó desaparecer sus restos.
Desde entonces, Víctor Martínez, no ha descansado en la búsqueda de los restos de sus familiares. En ese largo viacrucis le ha dirigido cartas a la mayoría de los gobernantes que han pasado por la presidencia desde el ajusticiamiento de Trujillo Solicitándoles la designación de una comisión que abra una investigación sobre el destino final de los restos insepultos de su padre y hermanos.
Igual gestiones ha realizado con el Ministerio Público, las Fuerzas Armadas, el Museo memorial de la resistencia y otras instituciones defensoras de los derechos humanos recibiendo de ellos la indiferencia y el olvido.
La última gestión la hizo con el llamado gobierno del cambio de presidente Luis Abinader encontrando igual proceder lo que ha aumentado su incertidumbre pues se había hecho la esperanza de que con el ascenso de nuevas autoridades al poder la impunidad se iba a sepultar en el país.
Su incertidumbre fue mayor cuando se enteró que en la revista ”La Venda Transparente” , del fotógrafo Raifi Genao, fue publicada una imagen de tres cadáveres desnudos, no identificados, arrojados por las aguas tempestuosas del Mar Caribe que al verlo eran semejantes a los de sus familiares.
De inmediato, tomo el teléfono y se comunicó con el referido fotógrafo quien al ser cuestionado sobre el origen de la foto y el lugar donde fue tomada se mostró muy interesado en contribuir con el angustiado doliente sin satisfacer en ese instante sus inquietudes. Empero quedaron en mantener la comunicación abierta pero que jamás se progresó, a pesar de las reiteradas llamadas telefónicas del doliente.
Indagando por otras fuentes, el autor de este trabajo se enteró que la foto en cuestión fue descubierta por Genao en los archivos fotográficos del Palacio Nacional cuando este era el director grafico de ese departamento durante el gobierno del expresidente Antonio Guzmán. O sea que Genao no tenía información sobre quien tomo la foto ni del lugar donde aparecieron los cadáveres. Mas bien, la publicación de la imagen abre una gran interrogante sobre si esos son los restos de los mártires del 4 de junio de 1961, facilitando, a su vez, la apertura de una exhaustiva investigación para dar con el destino de los cadáveres.
La obsesión de Víctor Martínez por encontrar los restos de su padre y sus hermanos lo ha conducido a construir un Panteón en el Cementerio Cristo Salvador, con tres nichos y sus lapidas, en espera de sus restos.
La historia de la tragedia que le ha tocado vivir a interesado a cineastas que trabajan en una película que será exhibida en los próximos meses en los Estados Unidos y en República Dominicana.
En esa lucha incansable de denunciar al mundo el viacrucis que le ha tocado vivir publicó un libro intitulado El panteón vació que ha impactado a los lectores. Y en reconocimiento al martirologio sufrido por sus familiares, sus nombres están esculpidos en bajo relieves en un banco del Parque Memorial de la Resistencia Heroica de Los Palmeros.
Por todo ello, Víctor Martínez es un ejemplo de perseverancia que algún día deberá ser reconocido por las instituciones que deben velar por el respeto a los Derechos Humanos y por la aplicación de una justicia sin compromisos con el pasado de intolerancia y escarnio.
Como el crimen no prescribe, a 62 años, de este triple asesinato, Víctor Martínez sigue luchando contra la impunidad, la injusticia, la indiferencia y el olvido.