Cada semana dedico uno o dos días a caminar por la ciudad de Santo Domingo con recorridos que implican cruce de varias avenidas, calles, callejones de Oeste a Este o de Sur a Norte.

Lamentablemente el Distrito Nacional es muy hostil para las personas que caminan o “andan a pie”. Muchas personas no cuentan con recursos para pagar transporte publico o se movilizan desde las paradas de Metro, autobuses o carros públicos hacia sus trabajos y otras actividades caminando. Estos recorridos son riesgosos,  la ciudad no ofrece las condiciones para caminar y las intervenciones urbanísticas que se realizan priorizan facilitar el tránsito vehicular no el del “ciudadano -ciudadana de a pie”.

Algunos de estas barreras urbanísticas para las personas transitar por nuestra ciudad son:
  • Alta contaminación ambiental debido al continuo corte indiscriminado de los árboles o su mutilación. Muchos países promueven el modelo de “Ciudad Verde” “Ciudad saludable” “Ciudad salvaje” nosotros caminamos en sentido contrario hacia una ciudad vehicular y altamente contaminada. Mientras encontramos ciudades en la región con árboles de más de 400 años, nuestros árboles centenarios han desaparecido y no contamos con árboles suficientes con el flujo de oxígeno requerido para nuestra salud.
  • Ocupación de aceras por distintos tipos de negocios y torres de apartamentos. Siempre que camino por cualquier calle de residenciales y áreas comerciales del Distrito Nacional aun en zonas “exclusivas” tengo que caminar por la calle porque me encuentro con aceras privatizadas por los negocios que venden vehículos (Dealers), talleres de mecánica, colmados, torres de apartamentos, instituciones educativas que han extendido sus parqueos hacia las aceras. Las aceras no funcionan para peatones sino para vehículos y negocios.
  • Contenes de los paseos de avenidas con alturas de difícil acceso. Cruzar las avenidas Winston Churchill, Rómulo Betancourt, Abraham Lincoln, Tiradentes, entre otras…, es prohibitivo para personas adultas mayores y con alguna condición de discapacidad. Los contenes no fueron construidos tomando en cuenta su movilidad.
  • Violaciones continuas de vehículos de todo tipo a las normas de tránsito y violación del derecho al paso de peatones. Cruzar las calles en intersecciones y avenidas
  • Deficiencias en la iluminación y señalización de las calles y avenidas.
  • Cerco y encerramiento de algunos parques públicos convirtiéndolos en espacios sin libre acceso para la población caminante y de riesgo de atraco y violencia. La tendencia desde hace unos años de convertir los parques públicos en áreas cerradas sin libre acceso es una violación de su naturaleza. Los parques deben ser los espacios de acogida a quienes caminan y buscan un espacio para descansar, compartir independientemente de su condición socioeconómica, identidad de género, edad, y condición de discapacidad.
  • Barreras físicas para las personas con condiciones de discapacidad y adultas mayores. Definitivamente los procesos de intervención urbanística que se han desarrollado y se desarrollan actualmente en la ciudad de Santo Domingo no están orientados a facilitar el acceso y la movilidad de las personas tomando en cuenta su condición socioeonómica (personas en pobreza extrema, situación de calle y diferentes estratos) edad (incluyendo a personas adultas mayores y niñez) , condición de discapacidad (motora, visual, auditiva, entre otras) e identidad de género.

La ciudad de Santo Domingo como otras ciudades del país requieren de una revisión de su planificación urbana tomando en cuenta que la mayoría de la población del país son ciudadanos y ciudadanas “de a pie”.  Desarrollar programas que favorezcan la siembra de árboles frutales (que favorecerían no solo a mejorar la oxigenación sino también a la salud alimentaria) con participación de grupos de personas de diferentes edades. Estos programas favorecerían a disminuir los niveles de contaminación y hostilidad urbana que atentan contra la salud de las personas. Igualmente, regular y controlar la privatización/ocupación  de las aceras por negocios y torres así como mejorar el acceso para las personas con condiciones de discapacidad y adultas mayores.

Se promueve en el ámbito internacional y en la región la disminución del uso de vehículos de motor para reducir la emisión de dióxido de carbono lo cual pudiera lograrse si se ofrecen condiciones en la ciudad para caminar, montar bicicleta, patines o monopatín. Se requiere que se priorice al peatón y se desarrollen campañas de educación ciudadana que favorezcan cambios en las conductas hacia el respeto de las normas de transito y sobre todo de ceder siempre el paso a las personas que caminan y transitan a pie , bicicletas o patines.

Nuestra ciudad debe pasar de ser una ciudad donde se invierta en favorecer la movilidad vehicular a una ciudad donde la inversión este dirigida a convertirla en amigable, saludable, arborizada,  que priorice a los grupos más vulnerables y al ciudadano/a de a pie.

Este articulo fue publicado originalmente en el periódico HOY