El Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) ha sido informado hoy por las autoridades ucranianas de que hay tropas rusas cerca de la central nuclear de Zaporiyia, la más grande del país, y volvió a advertir de que hay que evitar acciones militares que supongan un riesgo de seguridad.
La fuerzas rusas están ya operativas cerca de Zaporiyia, en el sureste de Ucrania, pero aún no han entrado, señala el OIEA en un comunicado en el que se remite a la información facilitada por el Ministerio de Exteriores ucraniano.
Ucrania ha informado al organismo atómico de la ONU que sus quince reactores, repartidos en cuatro ubicaciones, siguen funcionando de forma segura.
El director del OIEA, el argentino Rafael Grossi, ha asegurado que sigue con mucha preocupación el "potencial impacto" del ataque ruso en la seguridad de las plantas nucleares en Ucrania y ha insistido en que es muy importante que no se pongan en riesgo esas instalaciones.
"Un accidente en las instalaciones nucleares de Ucrania podría tener graves consecuencias para la salud pública y el medio ambiente", ha advertido.
Las fuerzas rusas ocuparon la semana pasada la antigua planta de Chernóbil, donde en 1986 tuvo lugar el accidente más grave de la historia de la industria nuclear.
El OIEA indica que, según los datos del regulador nuclear de Ucrania, los niveles de radiactividad en la planta son bajos.
El OIEA informó ayer de que un almacén de residuos nucleares en Kiev fue alcanzado en la noche del sábado al domingo por misiles, sin que se produjeran daños y sin que se detectaran por ahora fugas radiactivas.
Esta agencia celebra este miércoles en Viena una reunión extraordinaria centrada en la situación en Ucrania.
Rusos y ucranianos volverán a negociar en la frontera polaco-ucraniana
En el quinto día de la ofensiva militar rusa contra Ucrania, mientras continúan las acciones armadas y Rusia queda cada vez más aislada por las sanciones occidentales, la primera reunión de negociadores de ambos países celebrada en la frontera bielorruso-ucraniana dejó entrever un leve rayo de esperanza, pues ambas partes aseguraron haber encontrado puntos de acuerdo que les permitirán volver a sentarse en unos días.
"Encontramos algunos puntos en los que podemos pronosticar posiciones comunes y lo más importante es que acordamos continuar con el proceso de negociación", dijo a los periodistas el jefe de la delegación rusa, el asesor presidencial Vladímir Medinski.
La próxima reunión se llevará a cabo en unos días en la frontera polaco-bielorrusa. Hay un acuerdo correspondiente", anunció Medinski.
Ambas partes coincidieron en que la reunión de unas cinco horas en la región bielorrusa de Gómel, en la frontera con Ucrania, para buscar un cese de hostilidades, permitió identificar algunos puntos para poder avanzar.
El asesor de la oficina presidencial de Ucrania, Majaíl Podolyak, señaló que en esta primera ronda de conversaciones para discutir asuntos relacionados con un alto el fuego en Ucrania y el cese de hostilidades "las partes han esbozado unos temas prioritarios sobre los que se vislumbran ciertos avances", en un vídeo difundido en Telegram.
No se han dado detalles sobre estos puntos de acuerdo y tras este encuentro, las partes se retiraron para mantener consultas en sus respectivas capitales y poder cerrar la fecha exacta de la segunda ronda.
En tanto, el presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó a su homólogo francés, Emmanuel Macron, en conversación telefónica, que la solución del conflicto con Ucrania solo sería posible si se toman en cuenta los "legítimos intereses de Rusia en materia de seguridad, incluyendo su soberanía de Crimea", anexionada ilegalmente en 2014, así como la "desmilitarización y desnazificacion" del Estado ucraniano, así como su estatus neutral.
Esta primera jornada de negociaciones ruso-ucranianas coincidió con un fuerte recrudecimiento del aislamiento al que Occidente está sometiendo a Rusia y de la tensión entre ambos bloques, con el embajador ruso ante la ONU repitiendo que la posible entrada de Ucrania en la OTAN es una "línea roja" que Moscú no puede tolerar.
El cierre del espacio aéreo europeo a aviones de compañías rusas, que ha llevado a numerosos Estados a pedir a sus ciudadanos que salgan inmediatamente del país antes de quedar atrapados, impidió al ministro de Exteriores, Serguéi Lavrov, viajar a Ginebra para dos reuniones de la ONU.
Y las fuertes sanciones financieras, con la exclusión de algunos bancos rusos del sistema de pago internacional Swift, llevó al desplome del rublo.
Mientras las delegaciones negociaban, las hostilidades no cesaban sobre el terreno. El portavoz del Ministerio de Defensa ruso, Ígor Konashénkov, aseguró que Rusia ha logrado "el dominio del aire sobre todo el territorio de Ucrania" e informó de la pérdida de cinco aviones por Ucrania y de que las fuerzas rusas destruyeron 8 carros lanzamisiles antiaéreos Buk-M1 y varios radares.
"Desde el comienzo de la operación, las Fuerzas Armadas de la Federación de Rusia han golpeado 1.114 instalaciones militares ucranianas, 31 de ellas puestos de mando y nudos de comunicaciones", añadió.
El portavoz castrense desmintió además que los civiles en Kiev estén atrapados: "Hacemos un llamamiento a la población de Kiev. Todos los habitantes pacíficos pueden abandonar sin impedimentos la capital de Ucrania por la carretera Kiev-Kasilkov. Esa dirección está abierta y es segura", dijo, y subrayó que las tropas rusas atacan únicamente objetivos militares.
Pero el asesor del Ministerio del Interior de Ucrania, Antón Gueráschenko, denunció que decenas de personas murieron hoy y centenares resultaron heridas en un ataque ruso con misiles contra barrios residenciales de Járkov, ciudad ucraniana a unos 35 kilómetros de la frontera con Rusia.
En su canal de Telegram publicó varios vídeos con imágenes desgarradoras de transeúntes muertos y del impacto de unos quince misiles en un sector de la ciudad.
Según un sondeo difundido hoy por el oficial Centro Ruso de Estudios de Opinión Pública (VITSOM, por sus siglas en ruso), el 68% de los rusos apoyan la decisión de llevar a cabo la "operación militar especial" de Rusia en Ucrania.
Y una cuarta parte (26%) de los encuestados considera que el objetivo de la operación es la defensa de la población rusoparlante del Donbás, en el este de Ucrania.