Se trata de tres mujeres civiles -Emily Damari, Doron Steinbrecher y Romi Gonen- liberadas tras 471 días de cautiverio, en canje por 90 presos palestinos, según el acuerdo alcanzado entre Israel y Hamás.
Según medios palestinos, la entrega a la Cruz Roja por parte de las Brigadas al Qasam, brazo armado de Hamás, se ha producido en una céntrica plaza de Ciudad de Gaza.
Son las primeras rehenes liberadas como parte del acuerdo de alto el fuego entre Israel y Hamás, que entró en vigor en la mañana de este domingo, tras un retraso de casi tres horas.
Cuando las fuerzas israelíes reciban a las secuestradas y confirmen su identidad, 90 presos palestinos (mujeres y niños) serán liberados, la mayoría en Cisjordania ocupada, pero 14 de ellos en Jerusalén Este.
La oficina del primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, celebró la entrega de las tres rehenes a las fuerzas israelíes y aseguró que el Gobierno está comprometido con el retorno de todos los secuestrados.
"Triunfo del espíritu humano"
El Foro de Familias de los Rehenes y Desaparecidos, que representa a la mayoría de familiares de los israelíes retenidos en Gaza, también celebró la noticia y dijo que la vuelta de Emily Damari, Doron Steinbrecher y Romi Gonen es "un momento de esperanza y triunfo del espíritu humano".
En la primera fase del pacto, Israel y Hamás han acordado un alto el fuego de seis semanas, en las que se producirá un intercambio gradual de 33 rehenes israelíes por más de 1.900 presos palestinos.
Durante esas seis semanas tendrán lugar además las negociaciones para una segunda fase de la tregua, en la que se completaría la liberación de todos los secuestrados israelíes en Gaza y se sentarían las bases del fin de la guerra.
Sin embargo, altos cargos israelíes como el ministro de Exteriores, Gideon Saar, han recordado que el alto el fuego es temporal y que la guerra no acabará hasta que Israel no cumpla todos sus objetivos militares, que pasan por eliminar completamente a Hamás.
El presidente israelí, Isaac Herzog, visitó este domingo el Muro de las Lamentaciones en Jerusalén, el lugar más sagrado del judaísmo, para rezar por la liberación de las tres rehenes y la del resto de secuestrados israelíes en Gaza.
La ayuda a la Franja de Gaza termina su larga espera
Centenares de camioneros rompieron en vítores cuando a media mañana de este domingo recibieron la orden de subir a sus camiones y cruzar el paso fronterizo de Rafah para transportar la ayuda humanitaria hacia la Franja de Gaza a través de los pasos de Al Auya y Kerem Shalom.
El alto el fuego entre Israel y el grupo islamista palestino Hamás entró en vigor hoy a las 11.15 hora local (9.15 GMT), momento en el que arrancaron los motores de sus camiones, parados desde hacía días en el arcén, y empezaron a desfilar hacia las puertas metálicas con rumbo hacia el siguiente punto de control, donde autoridades israelíes estaban listas para supervisar la entrada de suministros básicos de alimentación, sanidad e higiene, además de combustible.
Una larga espera
Muchos de los conductores llevaban semanas durmiendo en las cabinas de sus vehículos ante la posibilidad de una tregua inminente, compartiendo té o café para hacer más amena la espera. Said, uno de los conductores que guarda su lugar en la fila, se muestra emocionado por el momento.
“Llevamos toda nuestra vida en esta carretera, desde antes de la guerra. Esperamos que Dios les alivie su vida”, dice a EFE este hombre de mediana edad y oriundo de la península del Sinaí, que antes del 7 de octubre ya trabajaba como conductor de una organización humanitaria que trasladaba ayuda al enclave palestino hasta que Egipto cerró el acceso el pasado mayo tras la ocupación israelí del lado palestino.
Mohamed es otro conductor que espera también su turno para entrar mientras los primeros camiones cruzan ya el puesto de control y un militar egipcio retira la valla que les impedía el paso.
“Desde que recibimos la noticia hoy estamos muy contentos porque los judíos nos lo hacían todo difícil”, explica a EFE en referencia a las trabas que imponían arbitrariamente las autoridades israelíes al otro lado y que, en ocasiones, les obligaban a dar media vuelta y regresar sin haber descargado los bienes.
Él también llevaba semanas esperando a que este momento se hiciera realidad para “ayudar al pueblo hermano palestino”. Ahora desea que entren todos los camiones cuanto antes y que la tregua no acabe nunca.
Según datos facilitados por las autoridades egipcias en la frontera de Rafah, hasta el momento han cruzado el paso unos 260 camiones con alimentos y productos sanitarios, otros 12 con combustible diésel y cuatro cisternas con gasolina.
La mayor parte de los camiones están cargados con alimentos no perecederos como arroz, legumbres, pasta y aceite, además de bidones con agua, enseres como mantas y edredones, material sanitario y combustible.
“En el camión tengo combustible para el uso de las panaderías, los hospitales y las ambulancias. 59.000 litros”, comenta Mohamed, que conduce uno de los al menos 50 camiones cisternas que entrarán al enclave palestino durante este periodo de alto el fuego.
Sin vía directa a Gaza
A pesar de la alegría que supone para estos hombres poder cumplir con su cometido y entregar la ayuda, temen que su distribución tarde más de lo habitual, ya que antes deben pasar por el cruce israelí de Kerem Shalom.
Al menos así lo comenta un tercer conductor, que prefiere no compartir su nombre: “Estos camiones se dirigen a Kerem Shalom. No entran a Gaza. Descargamos y entregamos los bienes a los organismos de la ONU y la Media Luna Roja Palestina y volvemos (a Egipto) con los camiones vacíos”, un testimonio que también corrobora Said.
Por su parte, Mohamed desea que no se repita el rechazo de bienes en la frontera. “Antes tuve que permanecer un mes entero con gasolina aquí. Cada vez que llegaba donde los israelíes me decían ‘No, no queremos’ y me hacían volver de nuevo”.
Estos son los primeros camiones de ayuda que pasan de Rafah tras hacerse efectivo el acuerdo de alto el fuego, el cual estipula que unos 600 camiones con ayuda serán ingresados a diario a Gaza, de ellos 50 con combustible.
El paso de Rafah era el principal camino para los suministros de Gaza y el único que no estaba bajo control de Israel. Por allí pasó la poca ayuda que pudo ingresar al territorio durante los primeros meses de conflicto hasta que en mayo del pasado año las tropas israelíes ocuparon la zona y bloquearon su uso.