Con un “Dios mío, Dios mío, ¿Por qué me has abandonado?”, en referencia a las palabras de Jesús, tomadas del salmo 22, el padre Luis F. Rodríguez Simé, vicario adjunto de la Pastoral del Distrito Nacional Norte, reflexionó este Viernes Santo sobre la deshonestidad, prácticas alejadas de la justicia y antivalores en los que vive la sociedad dominicana, en especial, indicó el sacerdote, "empezando por quienes dirigen los destinos de nuestra nación".

"Hoy, es más fácil comunicarnos desde los antivalores que, desde los valores, parece ser, que ese,
es el lenguaje que se entiende con mejor facilidad", sostuvo el religioso durante la lectura de la Cuarta Palabra, como parte del tradicional Sermón de las Siete Palabras.

Asimismo, cuestionó que en la actualidad, parte de los dominicanos y dominicanas "se entiendan mejor" con los demás cuando operan bajo antivalores como la injusticia, el latrocinio o siendo "delincuente que serio".

Advirtió, sin embargo, que "la cruz y la maldad de los hombres solo podrá atacar al portador de la verdad misma. La honestidad es vivir y actuar en la verdad, sin variaciones ni vacilaciones".

"Podemos preguntarnos, ¿de dónde vienen todas esas injusticias? De nuestro propio corazón. Una
sociedad más justa se forja en el corazón del hombre. De nuestra propia conversión vienen cambios
para bien de los demás. Cada injusticia es un pecado. San Pablo llama al pecado “injusticia”. Cada
pecado me aleja de Dios, Dios no me abandona, somos nosotros los que abandonamos a Dios, y
al abandonar a Dios forjamos un ambiente injusto, deshonesto, donde no se respeta al otro", señaló.

Lamentó la situación de las tantas familias que "asumen para sí la carga de los extravíos de los suyos" y acompañar a los suyos en los momentos más sombríos de sus vidas sin avergonzarse ni escandalizarse, "tomando el trago amargo de su vía crucis existencia".

"La honestidad – agregó – está también en quienes no reniegan de los suyos aún en sus caídas y agravios".