Este Viernes Santo, la iglesia Católica condenó el panorama desgarrador por la que siguen pasando las mujeres, al ser maltratadas, vejadas, humilladas, golpeadas y tratadas como objeto sexual, en medio de una sociedad que las hace "invisibles" al no valorar sus aportes en todos los ámbitos.

“Hoy, al contemplar la situación de la mujer, el panorama sigue siendo desgarrador; en muchas sociedades ser mujer es una condena para vivir maltratada, vejada, humillada, golpeada o…simplemente usada para el sexo o la pornografía”, dijo Ofelia Pérez, directora general de las Altagracianas, al leer el tercer Sermón de las Siete Palabras.

Durante el sermón, destacó que el ser de la mujer se pierde en una sociedad injusta que promueve por los medios y redes sociales, el valor del cuerpo tanto cuanto puede producir placer.

Al leer el sermón, la hermana Pérez, manifestó que las mujeres que trabajan y aportan al desarrollo científico, social, político, religioso y económico se vuelven invisibles; de ellas no se dice nada.

“Tampoco se publica la estadística del número de mujeres que estudian en nuestras universidades e Institutos de Estudios Superiores, ni de las mujeres que se incorporan al mercado laboral, sin abandonar el trabajo en la casa, la atención a los hijos y al marido”, expresó al leer el sermón “Mujer, ahí tienes a tu hijo. Hijo, ahí tienes a tu madre”.

Dijo que la mujer madruga para cargar el agua y barrer la calle antes de tomar la guagua, el tren o el motoconcho para irse a producir el sostenimiento de la familia, ¿Quién mira a las mujeres que dan a luz en nuestros hospitales o aquellas que esperan en una silla que se desocupe una cama?

Durante el sermón, la hermana Ofelia Pérez dijo que resulta escandaloso la cantidad de adolescentes embarazadas, pero más terrible es la imposición del silencio de la acosada y violada por aquellos que deben protegerla.

La hermana se cuestiona ¿Quién se apiada del dolor de la madre que ve a su adolescente sin futuro porque las drogas, los cigarros electrónicos o las jucas le carcomen el cuerpo y el cerebro?

Igualmente pregunta ¿Cuándo vamos a reconocer que las mujeres representan el mayor número de las organizaciones políticas, empresariales, religiosas y sindicales, pero cuando se trata de dirigirlas, la mujer está relegada?

Destacó que desde la cruz, Jesús mira a la mujer y la invita a recuperar su dignidad al mirarse en María, la Madre de Jesús.

A continuación el sermón íntegro de la hermana Ofelia Pérez:

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