La semana laboral va de lunes a jueves, o empieza el martes y concluye el viernes, con ocho horas diarias de trabajo que en cuatro días arroja un total de 32 horas. Son 3 mil 300 los trabajadores del Reino Unido de 70 empresas que en este segundo semestre de 2022 están realizando una prueba con este nuevo ritmo de trabajo y sin pérdida de salario.

Este es el estudio en marcha más grande de la semana laboral de cuatro días, pero no es el primero ya que Microsoft Japón lo aprobó en 2019 y desde entonces verificó que así la productividad aumentó en un 40%.

En el Reino Unido la prueba de seis meses de duración busca mantener el 100% de la productividad y el 100% del salario, pero trabajando un 20% menos, equivalente a todo un lunes o un viernes.

Los investigadores, que anunciarán los resultados en 2023, evaluarán además los efectos de una semana laboral de cuatro días en la calidad de vida de cada uno de los 3,300 empleados, una vez que se ha verificado que la semana laboral estándar de cinco días, de 8am a 4pm o de 9 am a 5pm, ya está desactualizada y no cumple el propósito que inicialmente cumplió.

El piloto inglés está siendo coordinado por 4 Day Week Global, en asociación con el grupo de expertos Autonomy, 4 Day Week Campaign e investigadores de la Universidad de Cambridge, la Universidad de Oxford y el Boston College.

Evaluación del bienestar y la productividad

Al promover un mejor equilibrio entre el trabajo y la vida personal, el piloto inglés también ofrece talleres, tutoría, trabajo en red y una evaluación del bienestar y la productividad.

Además de Microsoft Japón, y siempre con el objetivo adicional de mejorar la salud mental y el bienestar de sus empleados, una creciente lista de empresas en EEUU y Nueva Zelanda ya han implementado el cambio.

En EEUU

Por ejemplo, la empresa tecnológica Bolt, con sede en Chicago, a partir de este año y de forma permanente cambió a una semana laboral de cuatro días tras una prueba piloto de tres meses que, según su director ejecutivo, Ryan Breslow, hizo que los empleados sean más conscientes de su tiempo y, además, a efectuar un trabajo "a un nivel superior".

También en el estado de Virginia, y asimismo después de un programa piloto efectuado en 2020, la ciudad de Morgantown ha cumplido su primer año de semana laboral de cuatro días, aunque con un total de 40 horas, lo que supone jornadas de trabajo de 10 horas diarias.

El cambio no se prevé que sea masivo ni llegue pronto a EEUU luego de que la Legislatura de California rechazó en mayo último la nueva semana laboral en el estado que se planteó para empresas con más de 500 empleados.

En Nueva Zelanda

En una búsqueda rápida en Google sobre pruebas pilotos anteriores a la pandemia de coronavirus se descubre que en octubre de 2018 los casi 250 empleados de Perpetual Guardian, una compañía que administra fideicomisos, testamentos y gestión de patrimonio, puso en marcha una semana laboral de 32 horas con cuatro días durante los meses de marzo y abril de ese año, manteniendo el salario.

En todo el país hubo un registro de niveles más bajos de estrés, niveles más altos de satisfacción en el trabajo y un mejor sentido de equilibrio entre lo laboral y la vida personal.

El fundador de la empresa, Andrew Barnes, dijo que el personal puede optar por una semana de cuatro días, y que ya se han hecho consultas legales para que se garantice que el nuevo sistema se ajusta a la legislación y a las condiciones laborales de Nueva Zelanda.

«Para nosotros, se trata de que nuestra empresa obtenga una mayor productividad gracias a una mayor eficiencia en el puesto de trabajo… no es un inconveniente», explica. «Una buena actitud es un requisito para que todo funcione, todo el mundo tiene que comprometerse y tomarse esto en serio para crear un modelo viable a largo plazo para nuestro negocio».

El ministro de Relaciones Laborales de Nueva Zelanda, Iain Lees-Galloway, calificó de «muy interesantes» los resultados de la semana laboral de cuatro días, en especial que un 78% del personal dijo poder equilibrar su trabajo y sus compromisos en el hogar y que los niveles de estrés de los trabajadores disminuyeron en siete puntos porcentuales.

Factores como la estimulación, el compromiso y la sensación de empoderamiento en el trabajo mejoraron significativamente y, en general, la satisfacción con la vida aumentó en cinco puntos porcentuales, resultados que animan al ministro Iain Lees-Galloway a pedir más pilotos para una posterior decisión generalizada.