La Delegación Permanente de la República Dominicana ante la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco), reflejó la riqueza cultural del país, durante la Semana de América Latina y del Caribe, en la sede del organismo multilateral.
Durante el septenario cultural, se puso en circulación el libro del historiador dominicano Frank Moya Pons, “Historia del Caribe”, traducido al francés, con el auspicio del Banco de Reservas.
La presentación del texto estuvo a cargo del delegado permanente del país ante el organismo multilateral, Andrés L. Mateo, quien dijo que “hablar de Frank Moya Pons, es referirse a uno de los más ilustres historiadores del Caribe, cuya obra narra la historia general de dicha región, con un relato novedoso y didáctico”.
Igualmente, el libro “El violín de la adúltera”, del también escritor, Andrés L. Mateo. En esta décima edición, su autor describe el ambiente con palabras tan precisas que nos hacen viajar en el tiempo y detenernos en la Voz Dominicana, e incluso oír las teclas de las maquinillas, las botas del general Arismendy y la fusta rozando sus pantalones de kaki, u oler el perfume de Ligia Monsanto".
En colaboración con la Oficina de Turismo en París, la Delegación Dominicana exhibió un colorido stand, reflejando un pedacito del país caribeño, donde los visitantes pudieron, incluso, sentarse a jugar “una manita de dominó”.
La Ciudad Colonial, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, también estuvo presente con las fotografías del artista Pablo Medina.
Durante el desfile de modas, Dominicana presentó la indumentaria “Que viva el Merengue”, caracterizado por el azul, el blanco y el rojo bermellón del traje típico dominicano.
Basado en el milenario cultivo de la yuca, Cuba, Haití, Honduras, República Dominicana y Venezuela, presentaron la conferencia “El Casabe: Orígenes y Tradiciones”, en apoyo al expediente de candidatura para inscribir la tradición de elaborar y consumir el elemento gastronómico, en la lista del Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad.
Dominicana también provocó una extensa fila, en el Festival Gastronómico, con su moro de gandules, carne de res desmechada, plátanos fritos, ensaladas y jugo de tamarindo, irresistible al paladar de las cientos de personas que se dieron cita al evento cultural.
Tras la clausura, se realizó un homenaje al merengue y la bachata, declarados por la Unesco como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, con la participación de la agrupación musical Grupo Olas, de Nota Musical.
Esta Semana de América Latina y el Caribe en la Unesco ha sido organizada por los países del Grupo de Países de América Latina y del Caribe (GRULAC), donde la República Dominicana participa en su calidad de Presidente, del citado órgano regional.