"Repliegue todas estas fuerzas, es una orden", le gritó en la cara el presidente Luis Arce al general Juan José Zúñiga en las puertas del palacio Quemado, sede del Ejecutivo.

El militar obedeció y dio la orden a los uniformados que comenzaron a retirarse.

Esa fue la última orden que recibió el general, que luego fue destituido junto a otros altos mandos.

El presidente Arce posesionó casi de inmediato a los nuevos altos mandos, entre gritos "los golpistas no pasarán".

La Fiscalía General del Estado de Bolivia anunció a su vez que abrirá una "investigación penal" en contra del ahora destituido general Zúñiga y todos los militares que participaron en la movilización "irregular" de soldados fuertemente armados que ingresaron "por la fuerza" a la sede del Gobierno de Bolivia en La Paz.

"Ante los últimos acontecimientos suscitados en la ciudad de La Paz", sede del Gobierno y del Legislativo, el fiscal general del Estado, Juan Lanchipa, "dispuso el inicio de todas las acciones legales que correspondan para el inicio de la investigación penal en contra del Gral. Juan José Zúñiga y todos los demás partícipes en los hechos suscitados y que se constituyen en ilícitos penales", señaló la Fiscalía en un comunicado.

Tanques y militares fuertemente armados llegaron este miércoles a la sede de Gobierno de Bolivia bajo el mando de Zuñiga, lo que Arce denunció como un "intento de golpe de Estado".

Minutos más tarde, Zuñiga y sus tropas armadas se retiraron, después de que el presidente Arce encarara a Zuñiga en la puerta de la Casa Grande del Pueblo, sede del Gobierno (Palacio Quemado), y que fue tumbada por un tanque militar, y le ordenó "replegar" a los militares que lo acompañaban.