Un editorial aparecido en The Washington Times achacó esta semana al presidente Luis Abinader haber caído en manos de China y, como tal, ordenar la prisión preventiva, "herramienta favorita de dictadores", de dirigentes del primer escalón jerárquico del último gobierno del Partido de la Liberación Dominicana (PLD), el de Danilo Medina.

The Washington Times es definido en Wikipedia.org como un "periódico diario de gran formato publicado en Washington D. C., la capital de los Estados Unidos. Fue fundado en 1982 por el fundador de la Iglesia de la Unificación, Sun Myung Moon, y ha sido subvencionado por la comunidad de la misma. El Washington Times es conocido por su postura conservadora en temas sociales y políticos".

El editorialista Peter Roff, un ex corresponsal de la agencia de noticias norteamericana United Press International (UPI), efectuó su acusación proyectando a los lectores del The Washington Times la idea de que fue bajo los gobiernos de Joe Biden y de Abinader que República Dominicana rompió con Taiwán a favor de China y que ahora Abinader utiliza a la Justicia en su "inmerecido" empeño por mantenerse en el poder.

Bajo el título "En ausencia del liderazgo de EEUU, China está llenando el vacío en América Latina", Peter Roff no alude que es por sospecha de corrupción que se tramita el caso Calamar, un entramado supuestamente para obtener recursos de manera ilícita para la campaña electoral de Gonzalo Castillo.

En el caso Calamar figura como imputado el ex candidato presidencial del PLD Gonzalo Castillo, también ex ministro de Obras Públicas, junto a Donald Guerrero, pasado ministro de Hacienda, y José Ramón Peralta, ex ministro Administrativo de la Presidencia, entre otros.

Peter Roff sostiene que Biden "está del lado equivocado en la República Dominicana, donde el presidente Luis Abinader está empleando métodos de “prisión preventiva” para mantener su rodilla en la garganta de sus oponentes políticos", no con la finalidad de buscar castigar la corrupción y la impunidad.

"En lugar de ejercer presión, la administración de Biden ha designado a la República Dominicana como “un punto brillante para la democracia”, una designación que Abinader explota con fines propagandísticos que se burlan del compromiso de la administración con los derechos humanos".

"El Sr. Abinader está buscando otro mandato, que no se merece, el próximo año mientras los chinos fortalecen su posición en el país", expresa Peter Roff en su texto de opinión publicado en el Washington Times y cuya traducción no oficial Acento presenta a continuación.

 

En ausencia del liderazgo de EEUU, China está llenando el vacío en América Latina

Nuestra credibilidad destrozada necesita atención


Lo mejor que se puede decir sobre la agenda económica de la administración Biden es que hay una.

Las iniciativas del presidente, por ambiciosas que puedan ser, han producido frutos amargos, incluida una crisis de deuda inminente y el tipo de inflación que ningún consumidor estadounidense ha experimentado durante dos generaciones.

Para ser justos, la economía nunca ha sido su principal preocupación. Durante las décadas que pasó en el Senado y los ocho años que pasó como vicepresidente, su principal interés fue la política exterior.

Se suponía que el conocimiento que obtuvo y los contactos globales que estableció en el transcurso de esos 50 años serían un impulso invaluable para los intereses estadounidenses. Todavía estamos esperando que todo eso valga la pena.

No hay un nuevo acuerdo nuclear con Irán, y las naciones industrializadas del mundo no se han unido en un plan para reducir las emisiones de carbono y la amenaza del cambio climático.

Mientras tanto, China sigue ganando terreno en todo el mundo, aumentando su presencia militar y económica hasta nuestras fronteras. Sin embargo, no hay suficientes personas que presten atención a lo que sucede en América Latina.

China está construyendo relaciones importantes con nuestros vecinos del sur incluso cuando, según se informa, decenas de miles de personas que viven allí se dirigen hacia la frontera norte de México con la intención de cruzar a los Estados Unidos cuando lleguen a ella.

El Sr. Biden ha sido inconsistente en la política fronteriza desde el principio. Ahora, en el peor momento posible, la influencia de Estados Unidos en la región se está desvaneciendo. La Cumbre de las Américas de 2023, que Biden organizó en Los Ángeles, fracasó.

Estados Unidos está suavizando las sanciones contra enemigos declarados como el dictador venezolano Nicolás Maduro para obtener acceso a sus reservas de petróleo y atacando a aliados como el presidente salvadoreño Nayib Bukele por su guerra contra las bandas criminales.

La inconsistencia envía un mensaje de que vale la pena enfrentarse a Washington.

El Sr. Biden también está del lado equivocado en la República Dominicana, donde el presidente Luis Abinader está empleando métodos de “prisión preventiva” para mantener su rodilla en la garganta de sus oponentes políticos.

En marzo, más de una docena de figuras de la oposición fueron encarceladas sin cargos, incluido su oponente presidencial de 2020. Muchos de ellos permanecerán encerrados hasta después de las próximas elecciones.

Según la Oficina Nacional de la Defensoría Pública, una agencia de asistencia legal pública dominicana, hasta el 70% de los detenidos actuales están tras las rejas como resultado de las tácticas de detención preventiva del Sr. Abinader.

Un informe que el grupo dio a conocer en abril dice que la mitad de ellos sigue tras las rejas a pesar de haber vencido la fecha de su orden de prisión preventiva, en clara violación de las normas internacionales sobre el debido proceso.

Peor aún, se informa que las prisiones dominicanas están al 164% de su capacidad, lo que lleva a lo que el director del grupo, Rodolfo Valentín Santos, calificó de “trato cruel, inhumano y degradante y falta de acceso a atención médica”.

En lugar de ejercer presión, la administración de Biden ha designado a la República Dominicana como “un punto brillante para la democracia”, una designación que Abinader explota con fines propagandísticos que se burlan del compromiso de la administración con los derechos humanos.

El Sr. Abinader está buscando otro mandato, que no se merece, el próximo año mientras los chinos fortalecen su posición en el país.

Las políticas fallidas de EEUU en la región han dejado a Washington para observar desde un costado cómo China ha persuadido sistemáticamente a los países de América Latina, incluidos Guyana, Honduras y Panamá, así como a la República Dominicana, para que rompan relaciones con Taiwán a favor de un abrazo y asistencia financiera de Pekín.

En 2021, el almirante Craig S. Faller, quien dirige el Comando Sur de los EEUU, advirtió: “Estamos perdiendo nuestra ventaja posicional en este hemisferio y se necesita una acción inmediata para revertir esta tendencia”. En ausencia del liderazgo de Estados Unidos, China está llenando el vacío.

No se equivoquen: la prisión preventiva es una herramienta favorita de dictadores y aspirantes que temen que la gente los saque del poder si tienen la oportunidad. En ese sentido, hay poca diferencia entre China y República Dominicana. Los líderes de ambos países temen que la democracia real los haga prescindibles.

Estados Unidos solía hacer frente a esos matones en lugar de inclinarse ante ellos.

Ahora, la falta de credibilidad de Washington y su incapacidad para aplicar constantemente influencia, incluso en países que aún dependen económicamente en gran medida de los EEUU, ha abierto la puerta para que China plante su bandera firmemente en todo el hemisferio. Las consecuencias en términos de inestabilidad e inseguridad seguirán aumentando hasta que se haga un cambio en la política y la visión.

Peter Roff es miembro de varias organizaciones de políticas públicas con sede en Washington y ex escritor y columnista de U.S. News & World Report y United Press International. Se le puede contactar por correo electrónico a RoffColumns@gmail.com. Sígalo en Twitter y TruthSocial @TheRoffDraft.