Haití pasa por su peor crisis de seguridad en décadas, con armamento -proveniente en su mayoría de EEUU- cada vez más numeroso y potente en manos de bandas criminales que utilizan la violencia para hacerse con el control del país, denunció hoy la ONU.
"El último repunte de las incautaciones de armas de fuego, junto con los informes de inteligencia y de las fuerzas del orden, sugiere que el tráfico de armas de fuego entre Estados Unidos y Haití está aumentando", informa la Oficina de Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD) en un informe difundido en Viena.
"Todos los indicadores de inseguridad, desde los homicidios a la violencia sexual y los secuestros, hasta los asesinatos de policías, están aumentando", agrega el reporte, titulado "Mercados delictivos de Haití: cartografía de las tendencias del tráfico de armas de fuego y drogas".
El documento señala que el contrabando de armas de fuego está alimentando la violencia, mientras que el país sigue siendo un punto de tránsito de drogas como la cocaína y las autoridades parecen sobrepasadas por la situación.
Haití lleva años inmerso en la crisis, situación que el magnicidio en julio de 2021 del entonces presidente Jovenel Moïse a manos de mercenarios, en su mayoría colombianos, solo ha agravado.
El actual Gobierno haitiano ha pedido en repetidas ocasiones desde octubre el envío al país de una fuerza militar internacional para combatir a las bandas armadas.
UNA VIOLENCIA DISPARADA
Los homicidios, secuestros y desplazamientos se están disparando en el país, que sufre la peor emergencia humanitaria y de derechos humanos en décadas, recalca la ONUDD.
Los homicidios se han duplicado desde 2019 hasta los 2.183 del año pasado, mientras que los secuestros han pasado de los 78 de 2019 a los casi 1.400 de 2022.
"Haití tiene unas fronteras porosas -con 1.771 kilómetros de costa y 392 kilómetros de frontera terrestre con la República Dominicana- que ponen a prueba la capacidad de las fuerzas de seguridad, que carecen de recursos y personal suficientes, y que a su vez son un objetivo de las bandas armadas", expone el documento.
Además, la violencia de los grupos armados agrava la situación del brote de cólera, aumentando la inseguridad alimentaria y causando el desplazamiento de miles de personas.
500 DÓLARES EN EEUU, 10.000 EN HAITÍ
La proliferación de pistas de aterrizaje para avionetas y la falta de recursos aduaneros en los puertos facilita la entrada de drogas y armas al país. El informe estima que en Haití podría haber alrededor de medio millón de armas de pequeño calibre, aunque "su cifra real posiblemente nunca se llegue a saber".
"La principal fuente de armas de fuego y municiones en Haití es Estados Unidos, y en particular Florida", asegura el informe, que indica que una pistola que se compra en EEUU por unos 400 o 500 dólares se puede vender en Haití por hasta 10.000 dólares.
Los fusiles automáticos de mayor potencia, como los AK 47, son los más demandados por los grupos armados. Las armas se adquieren a través de redes ilegales que incluyen a miembros de la diáspora haitiana en EEUU.
Los traficantes de armas se aprovechan de las laxas leyes de armas en EEUU, donde se pueden comprar en muchos estados fusiles automáticos de gran potencia sin mostrar ninguna documentación.
"Una vez adquiridas, las armas de fuego y la munición se transportan a Florida, donde se ocultan y se envían a Haití", señala la ONUDD.
Los envíos pueden salir en contenedores directamente desde los puertos del sur de Florida, con los artículos ocultos dentro de productos de consumo, forros de ropa o alimentos congelados, explican los expertos de la ONU.
Otras vías de entrada de armas a Haití es a través de la vecina República Dominicana y, en menor medida, Jamaica.
Como conclusión, el informe señala que las fuerzas de seguridad haitianas se encuentran superadas en número y potencia de fuego por las armas en manos de ciudadanos privados, incluidos grupos criminales.