El 15 de noviembre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) conmemora el “Día Mundial sin Alcohol” con el objetivo de concienciar a adultos, adolescentes y jóvenes de todas las regiones del mundo sobre los peligros asociados al consumo de alcohol.
Sin embargo, esta lucha enfrenta grandes desafíos debido al escaso interés de los gobiernos por implementar políticas efectivas para reducir el consumo, priorizando, en muchos casos, los ingresos fiscales generados por esta sustancia sobre la salud de las personas.
El alcohol es, junto con el tabaco, una de las peores drogas que consume la humanidad, generando enfermedades no transmisibles como hepatitis, cirrosis, cáncer de hígado, dolencias estomacales, esofágicas y daños en el páncreas. También afecta significativamente la salud mental, contribuyendo a trastornos como la depresión, ansiedad y la adicción al alcohol, que es una de las más prevalentes en la sociedad.
A pesar de ser una de las sustancias más dañinas, su consumo no se percibe con el mismo nivel de riesgo que otras drogas. En la República Dominicana, la Ley Nacional sobre Drogas (50-88) ni siquiera menciona al alcohol, lo que refleja la falta de atención al problema y la casi inexistente prevención.
Según Casa Abierta, las consecuencias sociales del consumo de alcohol son graves: problemas familiares, laborales y de convivencia, aumento de accidentes de tránsito y laborales, episodios de violencia y agresión.
En el marco de este Día Mundial sin Alcohol, Casa Abierta reafirma su compromiso con la prevención, lanzando dos cuadernillos educativos como parte de la campaña “Cuidar la Salud Mental, una Acción por la Vida”.
Estas publicaciones están dirigidas a adolescentes, así como a padres, madres, tutores, educadores y líderes comunitarios, con el fin de promover estrategias de prevención y sensibilización sobre el consumo de alcohol.