"Ni gané, ni perdí sólo me marcho tranquila", así se manifestó la Procuradora General de la República, Miriam Germán Brito, en el acto de presentación de las Memorias de Gestión 2020-2024.

Destacó que “si algo me ha caracterizado en estos 4 años ha sido la capacidad de dejar hacer”, a pesar de esto calificó sus memorias con altas y sus bajas.

La magistrada recordó que, el inicio de su gestión, se dio en un momento institucional complejo, “cargado de muchos cuestionamientos que proyectaban hacia afuera un órgano carente de legitimidad y con tachas éticas que tuvieron como resultado procesos todavía en curso”.

Dijo que la transparencia y otras cosas fueron un poco más difícil de lo que esperaba, a razón de que eso significaba asumir el reto de conductas adquiridas y arraigadas. Mencionó como ejemplo el proceso de compras, las que ha procurado que sean lo más directas posibles.

Germán Brito destacó las obras y logros alcanzados bajo su liderazgo, subrayando el compromiso del Ministerio Público con la legalidad y la justicia, pese a que “su visión de conducir esta institución no es compartida por todos y no puede serlo”.

Otra de sus prioridades fue empoderar y dignificar la función de los fiscales, a cuales se les aseguró condiciones justas y una pensión digna.

En el tema de la violencia de género, la procuradora detalló que se abrieron espacios para atender a las víctimas, para avanzar en la labor de erradicar este problema social.

También agradeció la colaboración de las instituciones bancarias, como Banreservas y el Banco BHD, las cuales la apoyaron en diversas iniciativas durante su gestión.

Miriam Germán Brito finalizó su alocución reafirmando su compromiso con la justicia y el bienestar de la sociedad dominicana.

Su vida

Germán Brito nació el 8 de diciembre de 1948, en Salcedo. Es abogada y fue jueza de la Suprema Corte de Justicia. Desde el 16 de agosto del 2020 fue designada como procuradora General de la República Dominicana.

Desde temprana edad mostró interés por el derecho y la justicia, lo que la llevó a involucrarse activamente en el sistema judicial de su país. En 1986 pasó a ser jueza presidenta de la Primera Cámara Penal del Juzgado de Primera Instancia del Distrito Nacional y en 1998 jueza de la Primera Sala de la Corte de Apelación del Distrito Nacional.

Posteriormente, en 2011, ascendió a presidir la Cámara Penal de la Corte de Apelación de esa jurisdicción. Ha cursado estudios complementarios en Derecho Penal y Criminología, Normativa Internacional sobre Derechos Humanos.

Por más de diez años impartió docencia en Derecho Procesal y Derecho Penal Especial en la Facultad de Ciencias Jurídicas y Políticas de la Universidad Autónoma de Santo Domingo (UASD), en la cual llegó a desempeñarse como vicedecana.

Entre sus aportes a la actividad jurídica nacional, cuenta su participación en la Comisión redactora del Proyecto del Código Procesal Penal, designado por el Comisionado de Apoyo a la Reforma y Modernización de la Justicia.

En el campo social, ha formado parte del Centro Dominicano de Asesoría de Investigaciones Legales (Cedail) y de la organización de desarrollo comunitario Ciudad Alternativa.

Su desempeño en la vida profesional, social y jurídica ha sido exaltado con varias distinciones, como el Galardón del V Premio al Mérito Judicial, otorgado por la Comisión Iberoamericana de Ética Judicial en 2016; Reconocimiento a la “Integridad y Lucha Contra la Corrupción”, otorgado por el movimiento cívico Participación Ciudadana, en ese mismo año, y “Medalla al Mérito de la Mujer”, otorgado por la Presidencia de la República Dominicana, en marzo de 2018.