El Ministerio Público del Distrito Nacional depositó ante la Oficina Coordinadora de los Juzgados de la Instrucción la acusación formal contra las cuatro personas a las que investiga por supuestamente estafar a 283 personas de apellido Rosario.
Los fiscales, que formalizan la solicitud de apertura a juicio contra Johnny Portorreal Reyes, Miguelina Gómez Santana, Miguel de Oleo Montero e Hilario Amparo de la Cruz, establecen que los cuatro estafaron a las víctimas "utilizando maniobras fraudulentas y prometiendo el cobro de una supuesta e inexistente herencia de la familia Rosario".
Para requerir a cada Rosario la entrega de diferentes montos de dinero, la acusación dice que el grupo usaba la información falsa de que el dinero de la herencia había sido transferido al Banco Central y posteriormente al Banco de Reservas, desde el Santander, de España, y el Banco Zurich, de Suiza.
Los acusados les dijeron a sus víctimas que los recursos que les estaban requiriendo, y que les cobraban a través de la empresa La Central del Derecho LPR, SRL, tenían la finalidad de cubrir los montos requeridos para realizar trámites para su registro como herederos de los fallecidos Celedonio Rosario y María del Rosario.
Según la acusación, con el pago que realizaban las víctimas aportaban para la elaboración de un poder cuota litis, en el que se acordaba el pago de los honorarios, una rectificación de cuota litis y un pin, este último para ser utilizado en el banco al momento de retirar los fondos que iban a ser depositados.
Incluía también un supuesto código SWIFT en formato IBAN, el cual era de datos exclusivos para poder recibir los depósitos, desembolsos que eran entregados a Gómez Santana y Portorreal.
En tanto que De Oleo Montero y De la Cruz, según los fiscales, realizaban reuniones con el propósito de captar supuestos herederos de la familia Rosario para que les costearan viajes y las diligencias a Europa, en las sedes de los bancos internacionales.
En torno al caso, el órgano persecutor realizó diversos allanamientos en los que ocupó un gran número de documentos que supuestamente vinculan directamente a los acusados con la estafa.
La Fiscalía depositó más de 600 pruebas, entre ellas evidencias testimoniales y documentales.