En una homilía en la que aludió a la ambición y sus consecuencias, monseñor Jesús Castro opinó que la reforma fiscal "debe ser equitativa y equilibrada, y es necesario que tanto los ricos como los pobres hagan sacrificios".
Sostuvo que "los que tienen más recursos deben asumir una mayor responsabilidad", y priorizó el capital sobre el trabajo al sostener que los más adinerados "son los principales generadores de riqueza en el país".
Monseñor Castro hace una crítica a la situación en la República Dominicana, señalando cómo la ambición y la corrupción han perjudicado el desarrollo del país. La falta de sacrificio y compromiso con el bien común impide la implementación de reformas que realmente beneficien a la población, sostuvo.
Es un llamado a la conciencia colectiva, instando a poner el bienestar del país por encima de los intereses individuales.