Una monja de Torrance (California, EEUU), acusada de desfalcar más de 835 mil dólares del colegio católico en el que trabajaba para apostarlo en Las Vegas, fue condenada a pasar un año y un día en una cárcel federal y restituir casi todo el dinero.

Mary Margaret Kreuper, de 80 años, se declaró culpable de un cargo de fraude electrónico y uno de lavado de dinero. El versículo "Dios preveerá" no la convenció.

Durante 28 años la monja fue la directora de la Escuela Católica St. James de Torrance, en el condado de Los Ángeles. Una auditoría efectuada en 2018 develó el desfalco ocurrido por cerca de 10 años.

El Departamento de Justicia explicó que, como directora, Kreuper era responsable del dinero que la escuela recibía de los curas para pagar la matrícula y las mensualidades, así como también de las donaciones.

La monja también controlaba las cuentas en una cooperativa de crédito, incluida una cuenta de ahorros para la escuela y una establecida para pagar los gastos de manutención de las monjas empleadas por el plantel.

Kreuper desvió fondos de las dos cuentas “para pagar gastos que la orden no había aprobado”, incluidos grandes gastos de juego en los que incurrió en casinos de Las Vegas y ciertos cargos de tarjetas de crédito”, según documentos judiciales.

La religiosa también falsificó informes mensuales y anuales para encubrir su conducta fraudulenta y ordenó a los empleados de la escuela que alteraran y destruyeran registros financieros durante la auditoría.

Las pérdidas totales que Kreuper causó a la Escuela Católica St. James fueron de 835 mil 339 dólares, de los que tendrá que restituir 825 mil 338, según el Departamento de Justicia.

Lamenta mucho cualquier daño por pecar

Después de que se presentaron los cargos, los abogados de Kreuper dijeron que ella sufría “una enfermedad mental que nubló su juicio y la llevó a hacer algo que de otro modo no habría hecho. Ella lamenta mucho cualquier daño que haya causado”.

Kreuper también usó parte del dinero para financiar viajes a lujosos hoteles en Lake Tahoe, una estación balnearia en la frontera entre los estados de California y Nevada donde los turistas esquían durante el invierno boreal y pasean durante el verano, en la Sierra Nevada.

“Sé que he pecado, que he violado la ley, no hay disculpas”, declaró Kreuper ante el tribunal, de acuerdo con el periódico Los Ángeles Times.

Kreuper reconoció que sus crímenes atentaron contra sus votos, “los mandamientos, la ley, y contra toda la confianza sagrada” depositada en ella por los responsables del colegio.

Los Ángeles Times reportó también que cuando fue confrontada por la Arquidiócesis local, Kreuper argumentó que los padres recibían mejores salarios que las monjas y que pensó que merecía un aumento.

Mark Byrne, abogado de Kreuper, pidió que le fuera permitido servir su condena en el convento donde ella estaba desde que los crímenes fueron expuestos a la luz pública, en 2018.

El profesional también resaltó que la religiosa se había vuelto adicta a las apuestas.

“Esto no es una disculpa para lo que ella hizo. Es apenas una explicación”, declaró al periódico.

El juez de distrito Otis D. Wright II le confesó a Kreuper que había pensado mucho la decisión a tomar y le reconoció que había sido una excelente maestra por muchos años. “Pero en algún punto, se salió completamente del camino, y creo que lo comprende. Espero que lo comprenda”, expresó el magistrado.

La monja Lana Chang, que fuera maestra en esa escuela durante dos décadas, también fue acusada en este caso, al parecer como cómplice beneficiada. (Con informaciones de EFE y otros servicios)

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