Cerca de 3,000 feligreses de origen dominicano y otras nacionalidades acudieron a la misa que en honor a la Virgen de la Altagracia se llevó a cabo ayer domingo en la Catedral de San Patricio de esta ciudad.
La convocatoria al acto religioso estuvo a cargo del Cónsul Eligio Jáquez, en representación del Consulado General de la República Dominicana, teniendo como invitados especiales al congresista neoyorkino Adriano Espaillat, al senador estatal Luis Sepulveda, ambos del Estado de Nueva York, y a Margarita Pichardo, Cónsul en Montreal.
En su eucaristía, el obispo de la Catedral de San Patricio no solo destacó las virtudes de la Virgen de la Altagracia, considerada Patrona de los dominicanos, sino también los milagros que la madre Jesucristo, el hijo de Dios, sigue realizando a favor de los dominicanos en todo el mundo.
Destacó que la virgen de la Altagracia sigue haciendo historia con el pueblo dominicano y el pueblo latino en la arquidiócesis de Nueva York.
“No soy solo hijo de padres dominicanos nacido en Nueva York, soy también hijo de “Tatica” a quien agradezco por ayudarme a ser el primer obispo latino nacido aquí pero con raíces de la amada Quisqueya”, expresó el Obispo neoyorkino.
Hizo hincapié de que hay que asistir a la iglesia católica a comulgar, a recibir el cuerpo y la sangre de Cristo.
“Si usted no está comulgando, ni recibiendo el cuerpo y la sangre de Cristo, usted no está realmente en comunión con Dios en la iglesia”.
La Diócesis de Nueva York es el segundo templo más grande de América del Norte, se encuentra en la 5ta avenida y la 50 calle de Manhattan, muy cerca del Rockefeller Center, y tiene una capacidad para 3,000 personas.
En su eucaristía el obispo de la arquidiócesis de Nueva York criticó duramente a los padres por permitir la influencia de la música urbana en sus hijos y nietos.
Consideró que el auge de la música “rastrera” que escuchan los hijos es culpa de los padres quienes permiten “escuchar la música de Bad Bunny -el conejo malo- y otros artistas de ese género musical.
“¿Por qué sigue la gente a estos artistas y lo siguen nuestros hijos?”, se preguntó el obispo Espaillat.
“Porque les damos “like”, lo escuchamos y los aplaudimos, luego queremos culpar a los jóvenes porque escuchan esa música”, aseguró.
Luego de un estruendoso aplauso de los allí presentes, agregó que es por esa causa “que nuestros hijos y nietos prefieren escuchar una canción rastrera y no una canción religiosa”.
“Enseñamos a una niña a bailar “Dembow” y no le enseñamos a recitar el Santo Rosario”, reiteró.
Aseguró que el éxito está en hacer la comunión con Dios y con la iglesia, juntos en familia enseñando a nuestros hijos la grandeza de la Virgen de la Altagracia y su hijo Jesucristo.
El acto litúrgico se llevó a cabo al aproximarse la fecha de la celebración del día de la Virgen de la Altagracia, que se festeja el 21 de enero.
Al termino de la misa y ya fuera de la Catedral de San Patricio, el Cónsul Eligio Jáquez dijo sentirse muy satisfecho por la masiva asistencia de los feligreses dominicanos seguidores de la Virgen de la Altagracia que abarrotaron la iglesia en su totalidad.
La forma, la alegría, el patriotismo, el sentido dominicanista que le imprimió a su intervención nos hizo mantener una atención desde su inicio hasta el final porque tiene una virtud de avivar la fe en los cristianos.
Con respecto a su crítica a la música urbana dijo que para bien o para mal es la música del momento, un estilo que se está imponiendo hasta en la política.
“Inclusive, -dijo- hay políticos que han llegado a la presidencia en otros países utilizando el ritmo musical del Dembow, Reggaetón, entre otros ritmos urbanos”.