El imputado Miguel Cruz, autor confeso del asesinato del ministro de Medio Ambiente, Orlando Jorge Mera, solicitó este miércoles a la fiscalía que le permitan hablar con la prensa para dar su versión sobre los hechos relativos al homicidio del funcionario el pasado 6 de junio.
Según explicó en declaraciones a los periodistas el abogado Ivo René Sánchez, la defensa de Cruz ha depositado una solicitud de proposición de diligencias en este sentido a la Fiscalía del Distrito Nacional.
Su representado les ha pedido "de manera enérgica que quiere que la sociedad y los medios de comunicación escuchen la versión que él tiene de lo sucedido", y la defensa ha solicitado autorización para realizar una entrevista "en el recinto carcelario" o en un lugar donde los medios puedan acudir a recoger el testimonio de Cruz.
Los abogados del imputado también están solicitando mediante proposición de diligencias que les entreguen copia de la entrevista que se le hizo al imputado después del homicidio del ministro.
Asimismo, la defensa reclama copias de los videos que se grabaron en el interior y exterior del Ministerio cuando ocurrió el suceso y copias de todas las conversaciones de Whatsapp del teléfono del imputado desde los tres días previos al crimen hasta que entregó su teléfono a las autoridades.
La versión oficial del Ministerio Público
Según el expediente del Ministerio Público, Cruz se presentó en la sede del Ministerio de Medio Ambiente la mañana del lunes 6 de junio quejándose de que Jorge Mera rechazó otorgarle un permiso para exportar 5,000 toneladas de baterías usadas que había solicitado a nombre de su empresa Aurum Gavia, en investigación.
El documento indica que cuando Cruz se disponía a entrar en el despacho del ministro este manifestó que no necesitaba seguridad para recibirlo y, pocos minutos después, el imputado disparó sobre el funcionario, alcanzándolo seis veces y provocándole tanto heridas a distancia como de contacto.
Tras asesinar a Jorge Mera, Miguel Cruz salió del ministerio por la puerta principal y se refugió en una iglesia donde le entregó el arma homicida al sacerdote, a quien confesó que había matado a alguien, aunque sin especificar a quién.
Horas más tarde se entregó a las autoridades tras recibir garantías, por parte de una fiscal con la que se comunicó por teléfono, de que no atentarían contra su vida.
Jorge Mera era hijo del expresidente Salvador Jorge Blanco (1982-1986) y esposo de la embajadora dominicana en Brasil, Patricia Villegas.