El Consejo Unificado de las Empresas Eléctricas (CUED) explicó que los apagones que se están registrando obedecen a suspensiones por mantenimiento programado, averías debido a la obsolescencia de la mayoría de los equipos de distribución y a fallas por accidentes de tránsito que con reiterada frecuencia están destruyendo postes del tendido de la energía, y se realizan programas para mejorar las redes de distribución
El presidente del organismo, Manuel Bonilla Dominici, aseguró que se están haciendo grandes esfuerzos, pero que para lograr la solución definitiva del problema eléctrico nacional pero se necesita “una inversión importante para el largo plazo, hay que sustituir transformadores, hay que cambiar muchas líneas, hay que instalar medidores”, y las empresas distribuidoras estatales han sido afectadas por “una falta de inversión notoria; que no es de ahora, es de hace décadas”.
Precisó que las tres Edes (Edenorte, Edesur y Edeeste) están suministrando entre el 98 y el 99% de la electricidad que se consume en el país. “Eso significa que no hay cortes de energía. Cuando a usted se le va la luz es por alguna avería de cualquier tipo, un mantenimiento que previamente se publica en los diarios y se avisa a la población”.
Muchas veces, -dijo- es una falla provocada por la “increíble, por la cantidad de accidentes de vehículos que se llevan postes, que arrastran, que tumban instalaciones. Entonces usted en su casa ve que se le fue la luz, pero usted no sabe de los accidentes, usted no sabe que cayó un rayo, usted no sabe qué pasó, usted simplemente dice: se me fue la luz”.
Bonilla destacó que los apagones que son principalmente por averías o por mantenimiento, y afirmó que también trabaja en los sistemas de comunicación de las Edes para informar oportunamente y crear conciencia en el público sobre la realidad del sistema eléctrico nacional.
Explicó que la demanda del sistema eléctrico nacional crece unos 200 a 240 megavatios al año y que desde principios de 2023 fueron incorporados 400 megavatios así como otros 1800 megavatios de energía renovable, con lo que a corto plazo mejorará la permanencia y calidad del servicio en todo el país.
“También hay un par de plantas más cuyo contrato se firmó recientemente, que son 800 megavatios en la Bahía de Manzanillo, que están programados para entrar a finales de 2027, principios de 2028. Todo eso, también tendrá un impacto en la rebaja de los costos de energía, porque las plantas grandes y modernas son más económicas en el tipo y uso de los combustibles”, agregó.
Dijo que el crecimiento de la demanda de energía es producto del desarrollo del país y reconoció que, sin embargo, en el sector no se ha mantenido el ritmo de inversión necesario. “Acompañando al crecimiento del desarrollo del país comenzamos a sobrecargar los sistemas que tenemos. Y eso produce varias cosas: se produce un déficit por el lado de generación, que tiene que mantenerse a la par con la demanda, y se produce un déficit en los sistemas de distribución, que incluyen las líneas, los transformadores y muchos otros equipos que tienen una capacidad limitada”.
“De forma, pues, que nosotros tenemos transformadores que están superando el 100% de su capacidad de forma continua. Eso significa dos cosas: que estamos perdiendo muchísima energía en forma de calor, y que estamos en peligro de que muchos de esos transformadores se quemen, exploten, se dañen y tengan que ser sustituidos. Y como eso ha sucedido durante muchos años, estamos en una situación en la que el sistema está llegando al tope y requiere mucha inversión”, manifestó.