WASHINGTON, EEUU.– El G7, el grupo de las siete naciones más poderosas del planeta (EEUU, Alemania, Francia, Japón, Reino Unido, Italia y Canadá), apoya la suspensión temporal del servicio de la deuda para los países más pobres, entre ellos Haití en América. Pero además de no pagar, estos y otros países requieren recibir…

Estas potencias industriales son partidarias de una suspensión temporal del servicio de la deuda de las naciones más pobres del mundo, pero siempre que los gobiernos del G20 también están de acuerdo, afirmaron el martes los ministros de finanzas del G7.

Los miembros del G7 "están listos para proporcionar una suspensión temporal de los pagos del servicio de la deuda (…) si se unen todos los acreedores bilaterales oficiales en el G20 y según lo acordado con el Club de París", dijeron en un comunicado tras una reunión por videoconferencia.

Además, señalaron que apoyan el trabajo del G20, integrado entre otros por China y Rusia, con el Instituto de Finanzas Internacionales (IIF, la asociación global de instituciones financieras), "para pedir a los acreedores privados que brinden un tratamiento comparable, de forma voluntaria".

ADEMÁS DE NO PAGAR, PAÍSES DEBEN RECIBIR

En las últimas semanas, el Fondo Monetario Internacional (FMI), que insólitamente ha dicho ser partidario de condonaciones de deudas, ya ha recibido de la mitad de los 189 países que lo componen solicitudes de asistencia financiera de emergencia.

Kristalina Georgieva, directora gerente de la institución, advirtió que si bien la pandemia está afectando tanto a países avanzados como en desarrollo, regiones como Latinoamérica, África o Asia tienen mayor riesgo debido a sus frágiles economías y sistemas de salud.

De hecho, subrayó que "en los últimos dos meses han salido flujos de capital de los mercados emergentes por valor de 100 mil millones de dólares, un volumen más de tres veces mayor que en el mismo periodo de la crisis financiera global.

CHINA E INDIA EN UN EXTREMO, R. DOMINICANA EN LA MITAD 

En sus más de 75 años de historia, el FMI no ha lanzado unas proyecciones semejantes: la economía mundial caerá un 3 % este año debido al impacto de la pandemia, lastrada por la contracción que tendrá EEUU (-5,9 %), la Zona Euro (-7,5) y Japón (-5,2).

"Es muy probable que la economía global experimentará la peor recesión desde la Gran Depresión (de 1930), sobrepasando la crisis financiera global de hace una década", explicó Gita Gopinath, la economista jefe del FMI, en rueda de prensa.

Como comparación, precisó, la crisis financiera de 2009 provocó una caída del crecimiento económico global de apenas el 0,1 %.

"Mucho peores resultados en el crecimiento son posibles y puede que incluso probables (…) La magnitud y la velocidad del colapso de la actividad no se parece a nada de lo que hemos visto en nuestras vidas", agregó Gopinath, al alertar sobre el "elevadísimo nivel de incertidumbre".

El escenario base del Fondo contempla una gradual recuperación a partir del segundo semestre del año, con un crecimiento estimado del 5,8 % para la economía global, a medida que la pandemia comienza a retroceder.

Pero, por ahora, las previsiones son de un derrumbe económico generalizado en todo el planeta: el producto interior bruto del Reino Unido caerá un 6,5 %; en Rusia, un 5,5 %; en Sudáfrica, un 5,8 %; Turquía retrocederá en un 5 %, y Arabia Saudí un 2,3 %.

Solo mantendrá un crecimiento neutro República Dominicana (0%) y levemente positivo, aunque con revisiones contundentes a la baja, los dos grandes gigantes asiáticos: China, que crecerá un 1.2% este año, e India, que se prevé lo haga un 1.9%.

El organismo bautizó la crisis como "El Gran Cierre" debido a las medidas de confinamiento y restricciones de movilidad en gran parte del mundo para contener la pandemia.

Asimismo, recalcó que "hay un cierre de facto de una porción significativa de la economía" y que "las alteraciones domésticas se extienden a través de los socios comerciales por los vínculos de intercambio y la cadena de valor, lo que se suma a los efectos generales macroeconómicos".

Gopinath, a la par, advirtió sobre las modificaciones económicas estructurales de cara al futuro que dejará esta crisis.

"El paisaje económico se verá alterado de manera significativa mientras dure la crisis y posiblemente después, con una mayor participación de los gobiernos y los bancos centrales en la economía", anticipó.

La evolución dependerá, no obstante, de "los cambios en el comportamiento de los consumidores, el drástico ajuste de los mercados financieros, las pérdidas de productividad, la confianza de los consumidores, y la extrema volatilidad de las materias primas". Con informaciones de EFE y AFP