El Día de la Mujer no es un día para celebrarse, sino para conmemorarse. Cada 8 de marzo se recuerda aquella trágica muerte de 146 mujeres dentro de una fábrica que dio paso a que el mundo empezara a reconocer la igualdad de derechos entre hombres y mujeres.
Este día tiene sus raíces al final del siglo XIX, después de la Revolución Industrial, cuando el 8 de marzo de 1908 unas 15,000 mujeres tomaron las calles de Nueva York para exigir un aumento de sueldo, menos horas de trabajo, derecho al voto y prohibir el trabajo infantil.
El eslogan que utilizaron fue “Pan y Rosas”. Ya que, el pan representaba la seguridad económica, y las rosas, una mejor calidad de vida. Pero una terrible tragedia ocurrió el 25 de marzo de 1911.
Más de 100 trabajadoras textiles, perdieron la vida en un incendio en la fábrica de Triangle Shirtwaist en Nueva York, la mayoría de entre 14 y 23 años de edad.
Aquellas mujeres murieron por asfixia, quemaduras y lesiones. Al no poder huir de las llamas, muchas saltaron por las ventanas de los pisos más altos.
¿Motivo? Hay versiones que dicen que el incendio fue causado por un supuesto fallo en el motor de una máquina de coser. Pero según el informe de los bomberos, el incendio fue provocado por una colilla mal apagada tirada en un cubo de restos de tela que no se había vaciado en dos meses.
Esto impulsó a las mujeres a continuar la lucha, tanto que en el año de 1975, las Naciones Unidas celebraron por primera vez el Día Internacional de la Mujer el 8 de marzo.
Este año el lema que acompaña la conmemoración de este día es “igualdad de género hoy para un mañana sostenible”.