El trabajo doméstico ocupa más de 8 horas diarias, se percibe un salario igual o menor al monto mínimo, no se usa la formalidad de un contrato laboral y la mayoría de los que lo ejercen no tienen vacaciones pagas. Aún así, es la única opción de empleo para el 82% de mujeres que fueron encuestadas por investigadores de la Fundación Friedrich Ebert y la FLACSO en República Dominicana durante el año 2021 para un estudio sobre la salud colectiva de las trabajadoras.

La muestra del estudio fueron 120 mujeres de 15 a 75 años de nacionalidad dominicana y/o inmigrante con experiencia en trabajo doméstico. En el estudio no se incluyeron hombres, un aspecto que resalta cuando la misma investigación señala que “la expresión trabajador doméstico designa a toda persona, de género femenino o masculino, que realiza un trabajo doméstico en el marco de una relación de trabajo”.

Sin embargo, en el desarrollo explica que utiliza el enfoque de género, ya que “los sistemas de género-sexo históricamente conocidos colaboran con un sistema de opresión y explotación de las mujeres”, por lo que utiliza la teoría crítica feminista para desvelar ese hecho y desarrollar una teoría que pueda ayudar a las mujeres en sus luchas para superar la opresión y la explotación.

La proporción de trabajadoras que tienen al empleo doméstico como única opción fue del 82%, y la mitad de las encuestadas lo hace a tiempo completo con dormida y con una dedicación horaria donde 6 de cada 10 de las mujeres trabajadoras domésticas encuestadas laboran más de 8 horas (10-16).

El 85% de las trabajadoras encuestadas perciben un salario igual o menor al salario mínimo en la República Dominicana, registrado en 13 mil 482 pesos.

Casi en la totalidad de los casos no disponen de contrato laboral, y reconocen en la práctica la desprotección legal en el proceso de trabajo, con una carga de las labores donde el 79% trabaja cinco días durante toda la semana, con un 28% que no dispone de ningún descanso laboral semanal y con solo 63% de las mujeres que nunca tuvo vacaciones pagas.

Solo un 27% de las mujeres embarazadas logra una licencia por maternidad con pago salarial completo.

Los resultados de las trabajadoras domésticas encuestadas permiten describir una frecuencia de rango de edad donde el 60% es menos de 44 años, incluyendo que un 20% es menor de 24 años. El 67% de las trabajadoras domésticas proviene y reside en zonas rurales del país, aunque se desplace a las ciudades. Tres de cada diez mujeres tienen estudios primarios incompletos e, incluso, un 10% de las mujeres no sabe leer ni escribir.

En la tarea de cuidados, la duplicación de la jornada implica que la trabajadora doméstica (en un 32,5%) tiene que cuidar a los hijos y adultos mayores, así como realizar las tareas domésticas cuando vuelve de su empleo.

Una de las categorías que se describe dentro del perfil epidemiológico es la radicalización dentro de la afro descendencia de las trabajadoras domésticas dominicanas e inmigrantes.

Queda evidenciado que una proporción del 61% de las trabajadoras no tiene acceso permanente a los materiales de protección personal, para el uso y la manipulación de sustancias químicas dañinas para la salud.

Las grandes tareas descritas en el proceso de trabajo doméstico consisten en cocina (84%), lavado y planchado (81%); y limpieza (96%), con una proporción significativa en el cuidado de niños (55%).

En vista de todas las circunstancias laborales antes mencionadas, el 42% de las propias trabajadoras del hogar considera que la protección del Estado hacia el proceso de empleo doméstico es de mala a muy mala. Si se incluye la respuesta “regular”, se puede decir que el 76% de las mujeres trabajadoras, o sea 8 de cada 10 trabajadoras domésticas, percibe desprotección del Estado en su salud colectiva y seguridad social para la vida.