Varias decenas de personas salieron este jueves a las calles de Puerto Príncipe para exigir la renuncia del primer ministro, Ariel Henry, que se encuentra en Puerto Rico tras un fallido intento de volver a su país el martes.

La Policía Nacional de Haití (PNH), que no ha respondido a los intensos ataques recientes de las bandas armadas a instituciones y a sus propias comisarías, dispersó a los manifestantes con gases lacrimógenos mientras marchaban hacia la embajada de Canadá.

Los manifestantes levantaron barricadas en llamas en la autopista de Delmas, paralizando toda actividad en la zona y reduciendo al mínimo la circulación del transporte público.

A lo largo del trayecto, fueron desplegadas banderas de Rusia, por ser el primer país en reconocer la independencia de Haití, y de Palestina, en señal de apoyo a los habitantes de la Franja de Gaza, donde Israel y el grupo islamita Hamás están en guerra.

La manifestación fue convocada por el partido político Pitit Dessalines, dirigido por el exsenador Moise Jean Charles. Los manifestantes estuvieron acompañados por una banda de música tradicional haitiana que amenizó la manifestación.

Al grito de "fuera", "fuera", exigían la dimisión de Henry y de paso desafiaban su Gobierno, que ha prohibido las manifestaciones.

El Gobierno prorrogó este jueves por un mes el estado de emergencia en todo el departamento del Oeste, donde se ubica Puerto Príncipe, con el fin de intentar restablecer el orden y tomar las medidas adecuadas para recuperar el control de la situación.

Esta medida incluye la prohibición de manifestaciones en esa demarcación en la vía pública, además de un toque de queda que se extenderá desde este jueves al sábado.

La violencia aumentó a raíz de que el jueves de la semana pasada se conociera el compromiso del primer ministro de celebrar elecciones a más tardar en agosto de 2025.

Una mujer llora mientras camina cerca de la tienda de su marido que miembros de una pandilla armada prendieron fuego en Puerto Príncipe, Haití, el 7 de marzo de 2024. La problemática capital de Haití fue puesta bajo estado de emergencia por Otro mes más, el 7 de marzo, mientras las autoridades luchan por controlar a las bandas violentas que exigen la dimisión del primer ministro. El decreto, publicado en el boletín oficial, se produjo cuando las pandillas, que ya gobiernan partes importantes de Puerto Príncipe, ampliaron su control con nuevos ataques a las fuerzas del orden. (Foto de clarens SIFFROY / AFP)

Desde entonces, las bandas fuertemente armadas, que aseguran que persiguen la salida del poder de Ariel Henry, han incrementado sus ataques y se suceden los tiroteos en especial en la zona metropolitana de Puerto Príncipe.

El sábado pasado, el asalto a las dos principales prisiones en la capital por parte de los grupos armados permitió la huida de más de 3.000 presos.

La escalada de la violencia comenzó con Henry fuera del país tras asistir en Guyana a la cumbre de la Comunidad del Caribe (Caricom) y viajar a Kenia para abordar la misión multinacional de seguridad aprobada por la ONU y que liderará ese país africano.

Ahora Henry se encuentra en Puerto Rico, donde aterrizó el martes después de no poder hacerlo en República Dominicana y tras varios días en paradero desconocido.

Un hombre sostiene banderas y un cartel afuera del Courtyard by Marriott Isla Verde Beach Resort donde los manifestantes creen que el primer ministro Ariel Henry está residiendo en San Juan, Puerto Rico, el 6 de marzo de 2024.  (Foto de Jaydee Lee SERRANO / AFP)

 La violencia en Puerto Príncipe aumentó a "niveles extremos"

La violencia en la capital de Haití alcanzó "niveles extremos", según una encuesta sobre mortalidad de la organización humanitaria Médicos Sin Fronteras (MSF) con datos anteriores al empeoramiento de la situación que se vive actualmente en la zona metropolitana de Puerto Príncipe.

Este estudio retrospectivo de mortalidad en el barrio capitalino de Cité Soleil, que abarca el período comprendido entre agosto de 2022 y julio pasado, revela una "preocupante escalada de la violencia" en comparación con un trabajo similar de 2007 de MSF en la misma zona.

De acuerdo con la investigación, casi un 41 % de los fallecimientos estuvo vinculado a la violencia en ese barrio, con una tasa bruta de mortalidad de 0,63 defunciones por cada 10.000 personas al día.

Estos niveles son similares a los registrados en 2017 en los campos de Raqqa, en Siria, entre una población expuesta a los bombardeos de la coalición internacional contra el grupo Estado Islámico y al terror de este, así como entre la comunidad rohinyá en Myanmar durante los meses inmediatamente anteriores a la campaña de violencia contra ellos por parte del Ejército birmano.

Conforme al estudio, realizado por Epicentre (rama de epidemiología e investigación médica de MSF), además el 13 % de los residentes de Cité Soleil entrevistados declaró haber presenciado actos de violencia extrema, como asesinatos o linchamientos en la calle, y un 40 % de las mujeres afirmó que rechazó la atención prenatal debido a la inseguridad.

El número de muertes violentas contabilizadas en la encuesta superó las 2.300 sólo en Cité Soleil, cuya población representa el 9 % de la capital haitiana.

Estas cifras dan idea de la situación a la que se enfrentan los habitantes de Puerto Príncipe, marcada por la amenaza de las bandas y los enfrentamientos entre estos grupos armados, la Policía y las brigadas civiles de autodefensa, una violencia que ha empeorado en los últimos meses, en especial desde la escalada de la tensión que se vive desde el 28 de febrero, con decenas de heridos atendidos por MSF.

Según la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, enero pasado fue el mes más violento en más de dos años, con al menos 806 personas muertas, heridas o secuestradas en Haití.

Entre 2022 y 2023, conforme a datos de la ONU, los homicidios se duplicaron y los secuestros aumentaron un 83 por ciento.

Una situación a la que se refiere un miembro del personal haitiano de MSF: "Estoy acostumbrado a ver gente asesinada. Estoy acostumbrado a ver cuerpos en el suelo. Estoy acostumbrado a ver cuerpos quemados. Estoy acostumbrado a oír golpes. A veces es alguien que conoces".

"Cuando hablo de terror, hablo de violencia armada. Hablo de violencia física. Hablo de violencia psicológica. Hablo de miseria. Hablo de asesinatos. Hablo de violencia de bandas contra la gente", agregó.