Desde que tocó aguas dominicanas, primero en la costa de La Romana y ahora en el puerto Don Diego, el lujoso yate Flying Fox ha navegado también como fuente de noticias, entre especulaciones y datos extraoficiales que no terminan de aclarar las razones de una investigación que lo mantiene anclado hace ya diez días.

La confirmación de que el Ministerio Público destaca entre las instituciones estatales que forman parte de las requisas del Flying Fox deja entrever que se detectó un hecho de carácter penal que, además, involucra un manejo de carácter diplomático ya que también se encuentra inmiscuida la Cancillería. 

La consultora en derecho marítimo y portuario Lludelis Espinal explica que, por razones de seguridad nacional, las autoridades están en todo el derecho de retener una embarcación, por ejemplo, cuando hay un riesgo de daño al medio ambiente. También menciona que se puede retener una embarcación inmersa en algún proceso de carácter privado, como una deuda que la involucre o algún accidente,  siempre y cuando exista la respectiva orden de un juez.

"Si el Ministerio Público está involucrado (es porque) hay una violación a la ley social, a la sociedad, o hay una violación (que entraña un) delito penal. Hay algún (indicio de) un delito criminal que se está investigando ahí o hay un tema de seguridad nacional. Pudieran ser muchísimas  razones….", enfatiza Espinal, quien hace un análisis partiendo de casos generales, pues con el Flying Fox todavía no hay información oficial sobre las razones de la investigación.

Una investigación del Ministerio Público debe estar avalada en una de las causales del Código Penal ¿Cuáles pueden ser? Que si encontraron drogas, un muerto…", Lludelis Espinal.

La tripleta de instituciones que forman parte de esta investigación la completa la Dirección General de Aduanas (DGA). Al igual que la Cancillería y el Ministerio Público, todas consultadas al respecto, la DGA no suelta prenda que permita conocer algún detalle del proceso que mantiene en puerto a la embarcación de lujo.

Se ha atribuido su estadía a la posibilidad de una petición de Estados Unidos, como parte de las sanciones que ha implementado el país norteamericano contra oligarcas rusos, por la guerra desatada por Rusia en Ucrania, a propósito de la vinculación del Flyin Fox con el multimillonario ruso Dmitry Kamenshchik.

Pero República Dominicana, como posición de país, solo ha rechazado la intervención bélica a Ucrania sin adoptar una línea de involucramiento en las sanciones contra Rusia como, en cambio, sí lo ha hecho Estados Unidos y algunos países de la Unión Europea lo que, entre otras cosas, ha motivado la retención en puertos europeos de embarcaciones rusas.

No comment

ACENTO cuestionó a la embajada de Estados Unidos sobre si tiene una investigación propia o forma parte de la abierta por las autoridades dominicanas en torno al yate Flying Fox. La respuesta de la  legación diplomática fue: "Por el momento no tenemos comentarios sobre este tema".

Lludelis Espinal, que también es académica del área de derecho marítimo, resaltó que la República Dominicana tiene serias deficiencias en esta materia, pues carece de una ley que regule apropiadamente las operaciones marítimas. "Tampoco somos parte de ningún convenio internacional sobre embargo y arresto de buques", detalló.

Cuando un barco visita aguas dominicanas es porque la Autoridad Portuaria y la Armada dominicana han dado el respectivo visto bueno. El barco Flying Fox fue visto en el país el pasado 12 de marzo en la costa romanense y desde entonces ha sido noticia, incluyendo el hecho de que al momento de su llegada todos los requisitos de entrada y estadía estaban en orden.

Ayer en la tarde el Flying Fox cumplió 18 días desde que fue avistado en el país por primera vez. En el puerto Don Diego, en aquella embarcación no se veía tripulantes ni pasajeros. Una obra majestuosa desamparada.