Ex embajador haitiano en Santo Domingo Smith Augustin sugirió al presidente dominicano Luis Abinader y al primer ministro haitiano Ariel Henry un plan para resolver el diferendo ocasionado por el uso de las aguas del río Masacre o Dajabón.
Augustin sugiere primero a los gobernantes de República Dominicana y la República de Haití que descarten una solución mediante la Corte Internacional de Justicia (CIJ), la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya (CPA) o un centro privado de arbitraje internacional como el de Londres (LCIA), Estocolmo o Beijing.
Explica que se trata de mecanismos de alto costo.
Por el contrario, Augustin propone la vía de conciliación con miras a una solución pacífica. La propuesta cuenta de 7 puntos.
A continuación la carta completa:
Carta abierta al Presidente dominicano Luis Abinader y al Primer ministro haitiano Dr. Ariel Henry
Propuesta de un mecanismo de conciliación para la resolución pacífica del conflicto actual sobre el río Masacre
Señor Presidente,
Señor Primer ministro,
Tengo el honor de dirigirme a Ustedes con referencia al conflicto actual que divide los dos países sobre el uso de las aguas del río Masacre. Se trata de un tema que preocupa a todos, sobre todo porque esta discordia afecta considerablemente a ambos pueblos, mientras que ustedes todavía tardan en encontrar conjuntamente una salida pacífica y definitiva a la crisis.
Señor Presidente, Señor Primer Ministro, puedo imaginar lo difícil que resulta para ustedes optar por una solución razonable y justa que sea favorable a uno de los pueblos sin perjudicar al otro.
La opinión pública en ambos países está dividida sobre el método que permitiría salir de la crisis. Algunos piensan que los dos países deben recurrir al arbitraje internacional previsto en el Tratado de Paz, Amistad y Arbitraje del 20 de febrero de 1929 o recurrir a la acción judicial de la Corte Internacional de Justicia (CIJ), prevista por la Carta de las Naciones Unidas y el Pacto de Bogotá.
Si bien reconozco los méritos jurídicos del procedimiento de arbitraje y de la acción judicial internacional, también soy consciente de sus grandes inconvenientes que deberíamos evitar a los dos países. Por lo tanto, soy uno de los que creen firmemente que para salir de la crisis de manera sostenible y lo más rápido posible, debemos elegir la vía diplomática del diálogo y de la negociación bilateral.
En cuanto a la opción del procedimiento de arbitraje, al menos uno de los dos países podría efectivamente recurrir a un centro privado de arbitraje internacional o a la Corte Permanente de Arbitraje de La Haya (CPA). Sin embargo, contratar a un centro privado de arbitraje internacional como el de Londres (LCIA), Estocolmo o Beijing no sería lo más apropiado por la naturaleza del conflicto en cuestión y el hecho de que estos procedimientos son generalmente muy costosos ya que también se adaptan mejor a conflictos comerciales entre empresas privadas. De manera similar, según las Reglas de la CPA de 2012, el país demandante, el demandado o ambos están sujetos al pago de numerosos costos de arbitraje que generalmente son elevados para los honorarios y gastos corrientes tanto de los árbitros elegidos, como de los expertos consultados y de la oficina internacional del Tribunal.
Según el segundo párrafo del artículo 5 del Tratado de 1929, a falta de acuerdo mutuo sobre la elección del árbitro, los Estados haitiano y dominicano también pueden proceder a la constitución ad hoc de un tribunal arbitral. Desgraciadamente, el procedimiento propuesto para el Tratado es tan complicado para la creación de este tribunal como para su funcionamiento.
Además, según el Artículo 33 de la Carta de las Naciones Unidas y el Artículo 31 del Pacto de Bogotá, también sería legítimo recurrir a la acción judicial de la Corte Internacional de Justicia (CIJ). Sin embargo, a mi modo de ver, no sería ni justo ni prudente someter la paciencia de ambos pueblos a un procedimiento tan largo y complejo que pudiera durar dos años o muchos más.
Ahora bien, señor Presidente, señor Primer ministro, recordemos que recurrir a los tribunales internacionales sólo es posible en principio una vez agotados los canales diplomáticos. Confiado en que esta vía sigue abierta y que los dos países pueden contar todavía hoy, como en el pasado, con su voluntad y su capacidad para resolver sus posibles conflictos, permítanme proponerles una solución diplomática a través del método de la conciliación.
Dicha propuesta consistiría en crear una Comisión de Conciliación bilateral que, asistida por un agente conciliador internacional (representante de un tercer Estado o de una organización internacional de la que ambos Estados sean miembros), ayudaría a salir de la crisis en un proceso de siete etapas dentro de un plazo razonable –y realista, me atrevo a creer– de sesenta días.
La propuesta de conciliación: su método, sus actores y sus etapas
La propuesta de la vía de conciliación con miras a una solución pacífica y definitiva al presente diferendo entre la República de Haití y la República Dominicana respecto del uso de las aguas del Río Masacre:
1- Primer paso: República Dominicana responde positivamente a la invitación al diálogo del gobierno haitiano a cambio de una declaración de compromiso de este último que signifique su responsabilidad oficial total sobre el proyecto de construcción del canal. Los dos Estados eligen de común acuerdo al conciliador.
2- Segundo paso: Al aceptar regresar a la mesa de diálogo, el gobierno dominicano proclama el levantamiento TEMPORAL de sus recientes medidas (cierre de fronteras, interrupción de la emisión de visas a haitianos, prohibición de entrada a su territorio, etc.) y se compromete a no emprender ninguna obra paralela en el río Masacre en este momento. El gobierno haitiano decreta, por su parte, la suspensión TEMPORAL de los trabajos de construcción del canal en el mismo río para su evaluación.
3- Tercer paso: Los dos Estados crean una Comisión de Conciliación Bilateral (CBC) y designan a sus respectivos miembros. Dicha Comisión estaría integrada por 12 miembros, seis miembros de cada lado elegidos según sus respectivas contrapartes: (1) el jefe de la misión diplomática haitiana en la República Dominicana / su contraparte en Haití, (2) el secretario técnico/ejecutivo de la Comisión Mixta Bilateral Dominico-Haitiana, (3) el director técnico de fronteras (Haití)/director del departamento de Límites y Fronteras (RD), (4) un técnico superior en ingeniería hidráulica, (5) un técnico superior en estudios ambientales y (6) un jurista o abogado especializado preferentemente en derecho contencioso internacional.
4- Cuarta etapa: Apertura de los trabajos de la CBC bajo el auspicio del conciliador. Puntos principales de su agenda : a)- (re)definición conjunta del objeto de la controversia, de la sede de la comisión y de las reglas del procedimiento de conciliación incluyendo la firma de la declaración conjunta de compromiso de respeto y aplicación obligatoria de las decisiones o deliberaciones finales (artículo 6, tratado de 1929); b) elaboración de los Términos de referencia para la contratación de una firma internacional neutral (a fin de evitar cualquier conflicto de intereses) o la formación de un equipo binacional dominico-haitiano (Dirección de Evaluación de Impacto Ambiental en RD / Oficina Nacional de Evaluación Ambiental ( BNEE) del Ministerio de Medio Ambiente en Haití) para un estudio de evaluación de los impactos binacionales de carácter ambiental y social del actual proyecto haitiano y de todos los proyectos dominicanos existentes sobre el río Masacre.
5- Quinto paso: Segunda reunión de la CBC: Aprobación, con previa autorización de los dos gobiernos, de la contratación de la firma o del establecimiento del equipo evaluador binacional, validación de las actividades y del presupuesto del estudio.
6- Sexto paso: Realización del estudio en 30 a 45 días hábiles y presentación del informe final a la CBC. Puntos clave a cubrir en el informe: a) descripción y análisis del estado de los sitios; b) descripción y análisis de los proyectos; c) descripción y análisis de todos los elementos y recursos naturales y sociales afectados o que puedan verse afectados por la implementación de estos proyectos; d) indicación de las medidas previstas para evitar, reducir, eliminar o compensar los efectos nocivos; e) recomendación de un plan de construcción y manejo ambiental.
7- Séptimo paso: Tercera reunión de la CBC: Presentación de los resultados del estudio, discusiones, negociaciones y deliberaciones finales.
En fin, Señor Presidente, Señor Primer Ministro, les agradezco mucho su atención a mi propuesta. Obviamente, también reconozco que es su responsabilidad soberana decidir el camino a seguir y la solución final que consideren oportunos darle a este asunto. Sin embargo, era importante para mí hacer mi modesta contribución a lo que creo que es un deber cívico personal, como ex embajador de Haití en República Dominicana, uno de los actores principales entonces en la conducción de las relaciones dominico-haitianas, participar en la concepción de un mecanismo que pudiera conducir lo más rápidamente posible hacia una salida feliz, eficiente y responsable de la crisis.
Sin más, aprovecho esta oportunidad, Señor Presidente Abinader, Señor Primer ministro Henry, para renovarles las seguridades de mi más alta consideración.
Smith Augustin
Ex embajador de Haití en la República Dominicana
27 de septiembre de 2023