La Conferencia del Episcopado Dominicano consideró que el diferendo entre los gobiernos de República Dominicana y la República de Haití por la construcción de un canal en el río Masacre o Dajabón, no debe convertirse en un conflicto entre dos pueblos hermanos.

En un documento escrito con motivo del tema en debate, los obispos católicos dominicanos envían un mensaje de paz y al mismo tiempo hacen un llamado al diálogo.

Afirman que la construcción de un canal en territorio haitiano para usufructuar las aguas del río Masacre o Dajabón no debe convertirse en motivo de un conflicto internacional entre dos pueblos hermanados por la fe en Jesucristo y la devoción a la Virgen.

"Tampoco debe usarse para revivir animadversiones del pasado que pudieran suscitar acciones que no tomen en cuenta los derechos fundamentales", expresan, al tiempo de recordar las palabras del Papa Francisco, sobre la necesidad de construir puentes y no divisiones entre los seres humanos.

Exhorta a que se sienten en la mesa del diálogo todas las voces, que incluyan a los campesinos y comerciantes populares que buscan el sustento de sus familias en el mercado binacional que tanto beneficia a ambas naciones.

También motiva al pueblo creyente a rezar por una solución razonable y pacífica del referido conflicto.

A continuación el texto completo del mensaje de los obispos católicos dominicanos:

Mensaje con motivo al conflicto por la construcción de un canal en el río Masacre

Como pastores del pueblo católico en la República Dominicana queremos enviar un mensaje de paz y
hacer un llamado a la cordura en estos momentos de inquietud nacional.

La construcción de un canal en territorio haitiano para usufructuar las aguas del río Masacre o Dajabón no debe convertirse en motivo de un conflicto internacional entre dos pueblos hermanados por la fe en Jesucristo y la devoción a la Virgen. Tampoco debe usarse para revivir animadversiones del pasado que pudieran suscitar acciones que no tomen en cuenta los derechos fundamentales.

El papa Francisco ha sido enfático en que debemos construir puentes y no divisiones entre los seres
humanos. En un mundo caracterizado por las migraciones masivas y la incertidumbre económica, los
argumentos del nacionalismo se activan hasta extremos peligrosos, exhibiendo con frecuencia tonos
que se alejan ciertamente de lo que manda la prudencia.

Contemplando la crisis internacional que se creó en el momento de enfrentar la pandemia de la covid19, el papa Francisco expresó un profundo deseo, como un lamento del alma:

“Ojalá que tanto dolor no sea inútil, que demos un salto hacia una forma nueva de vida y descubramos definitivamente que nos necesitamos y nos debemos los unos a los otros, para que la humanidad renazca con todos los rostros, todas las manos y todas las voces, más allá de las fronteras que hemos creado” (Fratelli tutti,No. 35).

En ese sentido, invitamos a todas las personas de buena voluntad a hacer suyo este deseo tan humano. Exhortamos a que se escuchen en la mesa del diálogo todas las voces, también las de campesinos y comerciantes populares que buscan el sustento de sus familias en el mercado binacional que tanto beneficia a ambas naciones.

Motivamos al pueblo creyente a rezar por una solución razonable y pacífica del referido conflicto. Pedimos a las autoridades de nuestro país que se mantengan dando señales claras de auténtica voluntad de diálogo, y a todos los ciudadanos, un sano compromiso por la vida, que se expresa especialmente en el cuidado de las fuentes hídricas y en el uso equitativo de las aguas.

Reciban nuestros cordiales saludos.

Consejo Permanente

Miércoles 20 de septiembre de 2023

República Dominicana.