Desde el anuncio del presidente dominicano Luis Abinader a principios de octubre de 2024, sobre la intensificación de las deportaciones de haitianos, se ha generado una serie de operativos masivos para repatriar hasta 10 mil personas por semana hacia Haití.

Esta medida, según el gobierno dominicano, busca reforzar el control migratorio en medio de una crisis humanitaria y de seguridad en Haití, marcada por la violencia de las pandillas y la inestabilidad política.

Las autoridades dominicanas justifican las deportaciones afirmando que muchas personas se encuentran en situación irregular en el país, mientras que también señalan preocupaciones sobre la presión que la migración masiva ejerce en los servicios públicos y la economía local.