Méjico Ángeles-Lithgow, el primer dominicano en la Presidencia de la minera Pueblo Viejo de Barrick Gold, relató en una carta, que tituló "Para que conste", cómo el ahora condenado exembajador de EEUU Manuel Rocha, que admitió ser espía de Cuba, lo indispuso el año 2018 ante el entonces presidente Danilo Medina y la plana mayor de la empresa canadiense en su matriz en Toronto al punto de que fue despedido al año de asumir el cargo.
Pese a ostentar una especialidad en Estudios Geopolíticos y sendas maestrías en Defensa y Seguridad Nacional, el administración de empresas -que al cabo de diez años de mando medio en Pueblo Viejo escaló hasta llegar a ser el titular en marzo de 2017, precisamente como sucesor de Rocha, que entonces fue nombrado vicepresidente senior corporativo, con oficinas en EEUU-, no fue capaz de anticipar su suerte en la empresa.
Méjico Ángeles-Lithgow revela en su carta a John L. Thornton, presidente de Barrick Gold Corporación, y con copia a Mark Bristow, presidente y CEO de la minera, que le tomó medio año descubrir que Rocha le llenó los oídos a Danilo Medina con palabras mentirosas en su contra, como que lo detestaba y lo tenía de "enemigo jurado", y luego trasladar la versión a Canadá de que era el entonces presidente dominicano el que no quería que un compatriota con tales sentimientos siguiera al mando en Pueblo Viejo.
"Así fue como Manuel Rocha cortó mi carrera… y soporté la pérdida y el daño a mi reputación y mi carrera…", dice el expresidente de Pueblo Viejo en extractos de su misiva.
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Sr. John L. Thornton
Presidente
Barrick Gold Corporación
Re.: Para que conste, sobre Manuel Rocha
Estimado señor Thornton,
Quizás me recuerdes de las pocas veces que coincidimos en eventos de la empresa en Toronto, Nevada y en República Dominicana durante la renegociación forzada del Pueblo Viejo. Contrato de Arrendamiento Especial.
En diciembre de 2016 fui ascendido a Ejecutivo Director/Presidente de Pueblo Viejo, y luego sustituí efectivamente a Manuel Rocha en febrero de 2017.
Con una carrera productiva en Pueblo Viejo, desarrollada durante los 10 años anteriores, asumí orgulloso el nuevo rol culminante como dominicano, trabajando para una empresa acreditada no solo de altas capacidades técnicas, sino también con prácticas éticas sólidas y férreos sistemas de cumplimiento: la empresa que contribuyó decisivamente a que mi país obtuviera enorme valor social y económico de uno de sus recursos naturales.
No pude sentirme más orgulloso y con más ganas de superar logros profesionales previos ya que, después de todo, trabajar para la empresa de Barrick Gold Corporación en República Dominicana era lo mismo que servir a mi país.
Fue un rápido avance hasta marzo de 2018, cuando se designó a Greg Walker para darme la noticia de que Toronto había tomado la decisión de despedirme. Él lo hizo y yo lo acaté. Siempre le agradeceré el haberse adelantado a Manuel Rocha y evitar que este viniera a regodearse con mi salida.
Este despido vino completamente de la nada, razones entonces insospechadas por mí. No tenía ni idea, aunque siempre tuve claro que Manuel Rocha estaba tras bambalinas.
La conversación con Greg proporcionó algunas pistas parciales.
Soporté la pérdida y el daño a mi reputación y a mi carrera, y seis meses más tarde había reconstruido el cómo, basado en el testimonio privado de un hombre real, testigo de que Rocha se había reunido con el presidente Medina, en un momento clave de la cadena de acontecimientos.
Con motivo de la sentencia de Manuel Rocha el viernes pasado (15 años de prisión por espionaje), pensé que era un momento apropiado para llamar su atención sobre uno más de sus “grand slams”, y cómo usted, desprevenido, fue engañado.
Te ahorraré detalles sobre las motivaciones (de Rocha para boicotearlo) y otras dinámicas, pero dicho en términos simples esta es la secuencia de los dos pasos que dio:
Primero, durante su visita al presidente Medina a mediados de febrero de 2018 aprovechó la oportunidad para decir que el entonces presidente en ejercicio de Pueblo Viejo (yo) era un “enemigo jurado” suyo (una completa invención), pero que él iba a tomar medidas para asegurarse de que quedara fuera de juego y fuera reemplazado por alguien con el que él (el presidente Medina) realmente podría trabajar bien.
En segundo lugar, a su regreso a Toronto, Rocha informó que el Presidente Medina le había dicho algo así como que él (el presidente Medina) estaba realmente disgustado conmigo o que no le agradaba en absoluto, o algo por el estilo.
Rocha se basó confiadamente en el razonamiento de que usted no consideraría llamar al Presidente Medina para preguntar o confirmar tal versión – no había ninguna razón para ello.
No debiste creerle a Rocha, aunque la decisión empresarial y la acción lógica a emprender era complacer prontamente al presidente Medina, cosa que en su momento entendí.
Así fue como Manuel Rocha cortó mi carrera. Como se señaló al inicio de esta carta, mi motivación para escribir sobre esto después de seis años es simplemente poner esto en el registro.
Les agradezco su atención y les deseo lo mejor, siempre.
Atentamente, Méjico Ángeles-Lithgow,