30 años después de una exitosa experiencia de control de la delincuencia barrial, la comunidad de la Loma del Chivo, en el barrio 27 de Febrero, vuelve a aplicar la misma estrategia para frenar el auge del pandillerismo y el microtráfico, y rescatar la seguridad ciudadana y la calidad de vida en el sector capitalino.
En el mes de agosto del 2022, varias organizaciones del barrio 27 de Febrero, en el Distrito Nacional, convocaron a una asamblea comunitaria para responder a la ola de delincuencia juvenil y al incremento visible de los puntos de drogas que operaban en la zona, principalmente en La Loma del Chivo.
Durante el encuentro, que incluyó la participación de los coroneles Jacobo Mateo Moquete, director de Deporte de la Policía; Diego Pesqueira, director de Relaciones; y Ricardo Alcántara, subdirector de la Policía Comunitaria y asistente del director general de la Policía Nacional, mayor general Eduardo Alberto Then, se acordó poner en práctica la misma estrategia que había adoptado la comunidad 30 años antes cuando las 600 y tantas familias residentes en el sector se debatían en el dilema de abandonar sus hogares para escapar al clima de inseguridad reinante o generar una respuesta social frente al problema.
Sorprendentemente, al igual que en el año 1993, la estrategia comunitaria con apoyo de las autoridades, comenzó a mostrar resultados notables en las primeras semanas, cuando se redujeron drásticamente los casos de raterismo en las calles, y los colmados y negocios extendieron sus horarios hasta después de las ocho de la noche.
La acción coordinada de los comunitarios y las autoridades policiales hizo posible también que de inmediato se ubicaran varios integrantes de una banda conocida como “Los Menores”, algunos de los cuales fueron detenidos, facilitando la incautación de por lo menos seis armas de fuego utilizadas en las prácticas delictuosas.
Al igual que en 1993, la asamblea comunitaria fue dirigida por el presidente de la Fundación Loma del Chivo, Andrés Mañón, con el apoyo del presidente del Club Los Astros del 27 de Febrero, Adalberto Moreta; el presidente de la Unión de Ligas de Baloncestos de la Circunscripción 3 del Distrito Nacional, Luis Reyes; el presidente del Club Loma del Chivo, Adriano Meregildo; y representantes de las juntas de vecinos del barrio,
Los oficiales Mateo Moquete, Pesqueira y Alcántara, en representación del director de la Policía Eduardo Alberto Then, se comprometieron a respaldar las iniciativas de la comunidad para enfrentar la delincuencia y abordar los factores que la estaban desencadenando, incluyendo promover opciones de recreación sana a través del deporte, la cultura y la educación.
Previo a este este encuentro, los comunitarios convocaron a una rueda de prensa donde los vecinos presentes identificaron a los integrantes de una banda conocida como “Los Menores” que operaba en el sector y ofrecieron detalles sobre diversos casos de asaltos y arrebatos practicados por el grupo, aunque pidieron a los medios no mostrar sus rostros por temor a represalia.
Una mesa de dominó en cada punto de drogas
En la asamblea comunitaria celebrada en la Escuela de La Loma del Chivo, los dirigentes sociales y las autoridades policiales acordaron actuar selectivamente en la persecución de los cabecillas del grupo delincuencial y organizar simultáneamente un torneo de dominó, tal como lo hicieron en el año 1993, para ocupar con la presencia de la gente del barrio los puntos conocidos de microtráfico.
El torneo se llevó a cabo durante 13 días corridos, período en el que desaparecieron de las calles los pandilleros y los puntos de drogas que operaban bajo su control en las áreas ocupadas por el torneo de dominó.
De acuerdo a Andrés Mañón, el objetivo de la actividad no era solo desbaratar el negocio del microtráfico, sino también mandar un mensaje claro de que toda la comunidad estaba involucrada en la lucha para frenar la delincuencia y recuperar la tranquilidad.
En ese sentido, ayudó mucho que el llamado a participar en el torneo de dominó se hiciera mediante una convocatoria entregada casa por casa por una comisión de los comunitarios acompañada del coronel Alcántara, quien además no desperdiciaba ninguna oportunidad de hacer presencia en el barrio para mostrar el apoyo de la Policía al proceso de empoderamiento asumido por las organizaciones sociales.
En las cuatro semanas que han transcurrido desde la celebración de la asamblea comunitaria, el cambio que se percibe en La Loma del Chivo y en todo el barrio 27 de Febrero, es impresionante.
Los atracos, arrebatos y actividades asociadas al microtráfico han dejado de reportarse como una práctica cotidiana y los negocios han vuelto a funcionar con toda normalidad. Los vecinos transitan por calles y callejones sin el notorio sobresalto que prevalecía antes de la iniciativa comunitaria.
Una nueva generación de relevo
El proyecto sostenible de autogestión comunitaria, inicialmente apadrinado por el padre Rogelio Cruz y por quien esto escribe, ha seguido fortaleciéndose con la participación de las organizaciones sociales y deportivas del barrio y de los viejos y nuevos padrinos que han acompañado el proceso de empoderamiento iniciado hace 30 años.
En los últimos años ha surgido una generación de relevo constituida por líderes juveniles formados en las últimas décadas, como es el caso de Luis Reyes, dirigente deportivo que ha extendido su labor de promoción del deporte por todos los barrios populares de la zona a través de la Unión de Ligas de Baloncesto de la Circunscripción 3, junto a otros 16 líderes jóvenes que están asumiendo la responsabilidad de darle continuidad al proceso de participación comunitaria con especial énfasis en la actividad deportiva y cultural.
Esta gestión ha logrado un gran impulso con el apoyo que han recibido los jóvenes y el movimiento comunitario de parte de la joven subdirectora del Programa Supérate, Melina Sánchez, nacida y criada en el barrio 27 de febrero y quien se ha convertido en la principal madrina del movimiento deportivo a través de la Unión de Ligas de Baloncesto.
Desde su fundación, a mediados del 2021, la Unión de Ligas de Baloncesto ha venido operando en el Club María Auxiliadora, donde igualmente funcionan escuelas de natación, de boxeo y un gimnasio, actividades que se han visto afectadas por la decisión del Ministerio de Deporte de cerrar parcialmente sus instalaciones por un conflicto suscitado por la legitimidad de la dirección de esta instalación deportiva.
Este impase también ha provocado la paralización de un programa de gestión artística y cultural, que incluye la creación de la Academia Dominicana de Ritmos Tropicales (ADORITMO), que actuaría como alternativa para el rescate y puesta en valor de la música y las danzas tradicionales del país y del Caribe, idea que desde un principio contó con el apoyo del presidente Luis Abinader, quien al ser informado sobre la iniciativa por el autor de estas notas respondió con las siguientes palabras: “De acuerdo, lo que necesiten”.
Los dirigentes comunitarios y deportivos decidieron impulsar la promoción de la música y las danzas dominicanas y caribeñas luego de constatar que una importante proporción de adolescentes y jóvenes de los barrios ya no saben bailar bachata y merengue por la fuerte incidencia de los ritmos conocidos como dembow y reggaetón, que generalmente no requieren una especial técnica de baile porque se apoyan, sobre todo, en el “perreo”, -un estilo que simula abiertamente el acto sexual- o simplemente en el movimiento de los manos y los dedos.
Esta misma iniciativa igualmente ha comenzado a promoverse desde la Casa de la Cultura del Club Villa Faro, en Santo Domingo Este, que además de contar con un vigoroso movimiento deportivo, ha venido trabajando “a mano pelá” en el desarrollo de un programa sociocultural que incluye un proyecto de cine y escuelas de música y danzas populares orientado a los jóvenes de la zona. (25 de septiembre 2022)