La Conferencia Dominicana de Religiosos y Religiosas (Condor) abogó por una salida dialogada al diferendo entre los gobiernos de la República Dominicana y la República de Haití, debido a la construcción en el lado haitiano de un canal en el río Masacre o Dajabón, lo que llevó al presidente Luis Abinader a disponer el cierre de la frontera, con las consecuencias negativas de esta medida.

La Condor exhorta a sus miembros a no prestarse a ninguna situación que implique envíos de vídeos y escritos que van apareciendo en las redes sociales y que atentan contra la fraternidad, la sororidad y buenas relaciones entre República Dominicana y Haití.

Considera que se debe ir más allá de los datos históricos o situaciones que se están viviendo, porque la misión de los religiosos debe implicar el respeto, el amor y las buenas relaciones entre las personas, y e los miembros de la Condor debe reflejar ese amor y cercanía como religiosos y religiosas.

"Abrir nuestros corazones y nuestras casas religiosas a la población migrante que nos necesita y que debemos expresarles nuestra misericordia y compasión ante las situaciones que experimentan", subraya.

En un comunicado de la Comisión de Justicia, Paz e Integración, de la Condor, se da continuidad a los recientes pronunciamientos de la congregación Compañía de Jesús y de la Conferencia Episcopal Haitiana , así como de organizaciones sociales y personas de buena voluntad, en el sentido de los problemas que se observan en la actualidad en la frontera no son nuevos, sino más bien cíclicos.

Y sobre la crisis interna que sufre Haití, convienen con los obispos haitianos, de que el pueblo grita fuerte por el abandonom y sufre por la violencia ciega de bandidos fuertemente armados, el cinismo y la indiferencia de los líderes políticos, y por las vacilaciones de la comunidad internacional.

A continuación el documento completo:

Comunicado de la Comisión de Justicia, Paz e Integración de la Creación de la Conferencia Dominicana de Religiosos y Religiosas (Condor)

En continuidad con los pronunciamientos de la Compañía de Jesús, del 09 de septiembre de 2023 y de la Conferencia Episcopal Haitiana, del 14 de septiembre de 2023 y de tantos sectores eclesiales, congregaciones religiosas, organizaciones sociales y personas de buena voluntad que se han manifestado sobre la construcción del canal, en Haití, y del cierre de la frontera, por parte de la República Dominicana, queremos reiterar las reflexiones y llamados que nos hacen nuestros hermanos de la Compañía de Jesús, de Dajabón, y de la Conferencia Episcopal Haitiana:

1. Que muchas de estas situaciones son cíclicas, ya que las dificultades no se viven ahora, sino que se han vivido en el pasado.

2. Se trata de hacer resonar, dicen los Obispos Haitianos, “el grito de todo un pueblo ante el abandono”, y vivimos con amargura y dolor el sufrimiento de nuestro pueblo causado por la violencia ciega de bandidos fuertemente armados, el cinismo y la indiferencia de los líderes políticos, y las vacilaciones de la comunidad internacional. El grito de nuestro pueblo, afectado hasta lo más profundo, resuena en nuestros oídos y en nuestro corazón de pastores.

3. Que debe de primar el diálogo en todas nuestras decisiones y actuaciones.

4. Que, al tomar una decisión, como ha sido la del Presidente Luis Abinader, hay que ver todas las consecuencias, como ha sido el impacto negativo al comercio y transporte de la zona.

En vista de la situación que estamos viviendo, queremos manifestar nuestra voz y en ese sentido, tomar conciencia de que como Iglesia y Vida Consagrada estamos obligados a:

1. No prestarnos a ninguna situación que implique envíos de videos y escritos que van apareciendo en las redes sociales y que atentan contra la fraternidad y sororidad y buenas relaciones entre ambas naciones.

2. Ir más allá de los datos históricos o situaciones que estamos viviendo, pues nuestra misión implica el respeto, el amor y las buenas relaciones entre las personas y en el caso nuestro, debemos de reflejar ese amor y cercanía como religiosos y religiosas.

3. Abrir nuestros corazones y nuestras casas religiosas a la población migrante que nos necesita y que debemos expresarles nuestra misericordia y compasión ante las situaciones que experimentan.

4. Estar atentos y atentas a cualquier signo de solidaridad y acogida a las diferentes congregaciones religiosas que están presentes en Haití y que necesiten de nuestro apoyo en el país.

5. Tener una actitud orante en nuestras comunidades religiosas y grupos eclesiales en favor del buen entendimiento y solución de la situación que estamos viviendo.

6. Acoger los llamados del Papa Francisco que de manera continua nos llama a construir un mundo más inclusivo, donde podamos acoger a todas las personas. En las diferentes celebraciones sobre las Jornadas de los Migrantes, encontramos materiales diversos sobre el tema, que nos pueden ayudar en nuestras oraciones y reflexiones.

7. Pedir al Señor de la Vida y de la Historia las fuerzas que necesitamos para abrir nuestros corazones al diálogo, a las exigencias de justicia y de paz, al igual que a la reconciliación que deben vivir y tener presentes en sus decisiones los gobernantes de ambos países.

Encomendamos nuestros deseos, nuestras reflexiones y la búsqueda de una solución a nuestra Madre la Virgen María, bajo las advocaciones de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, Patrona de Haití y Nuestra Señora de la Altagracia, Madre y Protectora del Pueblo Dominicano.