El Capítulo Dominicano de la Asamblea de los Pueblos del Caribe envió hoy al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Antonio Guterres, una carta en la que expresa su rechazo a una nueva intervención militar en Haití, escudándose en "cualquier subterfugio".

Esta instancia popular aboga por la visibilización de las fuerzas políticas y sociales haitianas que conforman el llamado Acuerdo de Montana, el que ha sido puesto de lado para darle poder a quienes  siguen el "guion que viene aplicando Estados Unidos, Francia y Canadá, en el que la desarticulación institucional del país ocupa lugar destacado".

El texto enviado a Guterres, entregado por representantes de la Asamblea de Pueblos del Caribe en la sede de la ONU en República Dominicana, recuerda que el Acuerdo de Montana fue una iniciativa formalizada el 30 agosto del 2021 por "418 organizaciones de la sociedad civil, 105 organizaciones populares, 85 partidos y movimientos políticos, y 313 personalidades".

Todos ellos "firmaron una salida haitiana en el Acuerdo de Montana, contentivo de la conformación de un Consejo Nacional de Transición", pero "los colonialistas representados en el CoreGroup impusieron y mantuvieron a Ariel Henry en la Primatura hasta que les fue útil".

Santo Domingo, D.N., República Dominicana
21 de marzo 2024.

Señor:
Antonio Guterres
Secretario General
Organización de Naciones Unidas

Vía: Sr. Mauricio Ramírez
Coordinador Residente en Rep. Dominicana.

El Capítulo Dominicano de la Asamblea de Pueblos del Caribe, ante la grave crisis en desarrollo en Haití y las políticas implementadas por la llamada “comunidad internacional”, nos permitimos, por su intermedio, llamar la atención de ese alto organismo en el sentido que indicamos a continuación:
La gravedad de la situación creada en Haití, como resultado de las políticas de dominación y control por las potencias colonialistas e imperialistas, no puede ser más patética en virtud de los asesinatos, saqueos y toda forma de violencia de que es víctima el pueblo, especialmente los moradores de barrios populares.

Los acontecimientos en curso, responden al guion que viene aplicando Estados Unidos, Francia y Canadá, en el que la desarticulación institucional del país ocupa lugar destacado, tal y como se confirma en el derrotero seguido al golpe de Estado contra el gobierno encabezado por Jean Bertrand Aristide en 1991.

En todos estos años, ellos organizaron farsas electorales e instalaron gobiernos de facto apoyados en la corrupción y el narcotráfico.

En el momento actual especulan con la organización de una supuesta transición, al tiempo que continúa el flujo de armas hacia las llamadas pandillas, las bandas paramilitares.

Los imperialistas fingen estar ayudando a construir la seguridad en el país, mientras debilitan seriamente a la Policía Nacional Haitiana promoviendo la emigración de más de 3,000 policías solo durante el año 2023.

El compromiso de las potencias imperialistas con la crisis actual se confirmó cuando, tras el vil asesinato del presidente de facto, Jovenel Moïse, el CORE GROUP mediante un twitt autorizó a Ariel Henry a convertirse en primer ministro, y esa fue su única legitimidad ante la llamada “comunidad internacional”.

A pesar de las reiteradas y masivas manifestaciones populares contra los gobiernos de facto del PHTK y contra la decisión de 418 organizaciones de la sociedad civil, 105 organizaciones populares, 85 partidos y movimientos políticos, y 313 personalidades que el 30 agosto del 2021 firmaron una salida haitiana en el Acuerdo de Montana, contentivo de la conformación de un Consejo Nacional de Transición, los colonialistas representados en el CoreGroup impusieron y mantuvieron a Ariel Henry en la Primatura, hasta que les fue útil.

Ahora dicen que supuestamente quieren promover una transición que estabilice el país, el mismo que ellos ayudaron a desestabilizar, y además tienen que rubricarle la entrega de la soberanía del país, y hoy el Comando Sur de EEUU no descarta la intervención militar en Haití.

En ese sentido la proyectada intervención bajo cobertura de la ONU, mediante Resolución del Consejo de Seguridad S-2023-709, invocando el capítulo VII de su Carta, no aportará solución a la crisis. Como sucedió en el pasado reciente, esa aventura solo contribuirá a su agravamiento.

Consideramos que el sostenido proceso de descrédito que afecta en los últimos tiempos esa otrora respetada institución, tiene puntal importancia en el reconocido desastre en que culminaron sus últimas Misiones en Haití; ante lo cual resulta contraproducente que ese alto organismo se embarque en nuevas aventuras sin haber realizado el balance serio y adoptado las medidas de saneamiento y compensación que corresponden. Se impone una revisión crítica de la experiencia de las misiones de la ONU en Haití.

Advertimos que facilitar el paraguas de la ONU para camuflar políticas intervencionistas de potencias imperialistas en terceros países profundizará el desprestigio en que ha caído esa Institución y prolongará los sufrimientos del pueblo haitiano.

No es cierto que en Haití las pandillas, delincuentes, narcotraficantes y políticos anti nacionales sean los únicos actores; frente a eso, como ya hemos referido, están las invisibilizadas organizaciones políticas, sociales democráticas y personalidades que suscribieron el Acuerdo de Montana. Esa coalición democrática, articulada al calor de las grandes manifestaciones de calle producidas ese año, ha sido víctima de una campaña de manipulación, corrupción y división montada para reducir la fuerza que representa.

Proclamamos nuestro rechazo a una nueva intervención militar con cualquier subterfugio en Haití; demandamos respeto a la soberanía de este pueblo para que decida por sí, acerca de la situación actual y su futuro.

Atentamente,

Asamblea de Pueblos del Caribe APC, Capítulo Dominicano

Solidaridad Dominicana con Haití