El presidente Luis Abinader, pidió este miércoles al Consejo de Seguridad de la ONU aprobar una misión internacional para Haití de forma urgente porque "el tiempo se agotó".
"El problema de Haití ya no está en Haití, está en manos de la comunidad internacional", afirmó Abinader en su discurso en la 78 Asamblea General de Naciones Unidas en Nueva York, centrado en gran parte en la crítica situación en el vecino país y el actual conflicto bilateral por la construcción de un canal en el limítrofe río Masacre.
Por ello, respaldó la "postura responsable del presidente de Estados Unidos", Joe Biden, al respecto y demandó: "el Consejo de Seguridad tiene que autorizar de forma urgente la misión de seguridad (para Haití) respaldada por la ONU".
Esta eventual fuerza, pedida por el propio Gobierno haitiano y el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, con el objetivo de buscar "la paz y la estabilidad del pueblo haitiano" ante esta "tragedia anunciada", según Abinader, estaría encabezada por Kenia y contaría también con efectivos de Bahamas y Jamaica.
"Deseamos que todos los países que están considerando jugar un rol en este encomiable esfuerzo actúen con determinación", dijo Abinader, quien aseguró que lo que ocurre en Haití es una "ruptura del orden público por parte de elementos criminales sin ninguna reivindicación política o ideológica", por lo que dar el visto bueno a una fuerza se corresponde con el espíritu y la letra de la Carta de Naciones Unidas.
Si bien "República Dominicana ha dado muestras evidentes de incansable solidaridad con Haití", "nuestra principal responsabilidad es defender los intereses del pueblo dominicano (…) no hay ni habrá una solución dominicana al problema haitiano", cuya inestabilidad política y social puede convertirse en "una amenaza para toda la región".
Por otra parte, Abinader se refirió al actual conflicto entre los dos países por la construcción de un canal de "trasvase ilegal" en el río Masacre, a cargo de "un pequeño grupo de particulares haitianos", "una reducida elite económico-políica para lucrarse" con la venta de agua a pequeños productores de la zona, violando así los acuerdos fronterizos entre ambos países.
Ante este acto "ilícito", subrayó, el Gobierno dominicano "se ha visto obligado a tomar medidas contundentes como el cierre de la frontera con Haití (desde el viernes pasado), para garantizar la seguridad y el interés nacional", pero "no tenemos, ni deseamos ni buscamos una confrontación con el pueblo haitiano", solo se está haciendo frente a "los actores incontrolables que mantienen la inseguridad" en el vecino país.
En su intervención, Abinader abordó otras cuestiones, unos retos que afronta la humanidad y que "requieren acción", y en concreto se refirió a una reforma profunda de la arquitectura financiera internacional que "beneficie a todos los países de manera equitativa", así como del cambio climático y del sargazo que afecta al Caribe, con sus repercusiones económicas, sociales y medioambientales.
Además, llamó la atención sobre "la práctica del control de la oferta de los países exportadores para mantener elevados los precios del crudo" en perjuicio de los importadores y consideró importante "discutir y aprobar un mecanismo financiero que garantice la estabilidad" de esos precios a Estados importadores de renta media y baja, así como crear un mecanismo de financiamiento en condiciones favorables para que las naciones de renta media afronten el cumplimiento de los Objetivos de Desarrollo Sostenible.