A una semana de ser investido como presidente de Chile, el exlíder estudiantil y diputado izquierdista Gabriel Boric ha visto salpicado con tres hechos el último tramo del mandato de su antecesor, Sebastián Piñera.

Piñera, un empresario multimillonario que empezó en 2018 a gobernar con una aprobación superior al 50 %, se convirtió en 2020 en el presidente con menor respaldo de la historia democrática de Chile, con menos de un 10 % de aceptación ciudadana, según varias encuestadoras.

Esta cifra se dio en el marco de la crisis social que estalló en 2019, la mayor ola de protestas desde el fin de la dictadura de Pinochet (1973-1990), con manifestaciones que clamaban contra el Gobierno y la desigualdad.

Su reputación mejoró gracias a la gestión de la pandemia y al despliegue de uno de los procesos de vacunación más rápidos del mundo, pero volvió a caer en picado después de que el mandatario fuera señalado en los Papeles de Pandora por supuestas irregularidades y conflictos de interés en la venta en Islas Vírgenes de un megaproyecto minero.

Le arrojan agua en la cabeza

El primer hecho sucedió cuando una mujer vertió una botella de agua sobre la cabeza del aún gobernante conservador durante un acto oficial en el palacio presidencial de La Moneda, el jefe del Ejército cometió un inaudito desplante ante la Justicia que lo investiga por corrupto, al igual que sus antecesores, empezando por el dictador Augusto Pinochet.

Tras culminar un evento celebrado en el palacio de La Moneda y mientras Piñera se levantaba y se despedía de algunos de los invitados, una espectadora se le acercó y arrojó sobre su cabeza el contenido de una botella de agua, ataque condenado de inmediato por el jefe de Estado.

"Abrimos las puertas de la casa de todos para conmemorar y agradecer a los chilenos 2 años de lucha contra la pandemia. Terminó con una acción que daña nuestra democracia y sana convivencia", dijo el mandatario minutos después en su cuenta de Twitter, donde reveló que el abuelo de la mujer detenida por un grupo de escoltas oficiales mientras gritaba consignas ininteligibles se disculpó en su nombre.

 

Comandante del Ejército no acude a declarar por presunta corrupción

El segundo hecho tuvo lugar cuando el comandante en jefe del Ejército de Chile, general Ricardo Martínez, no se presentó este jueves a declarar ante la Justicia castrense por supuesta corrupción en una trama al interior de las Fuerzas Armadas conocida como "Milicogate" y se confirmó que la víspera prefirió renunciar al cargo.

El uniformado debió presentarse en la mañana para ser interrogado por la magistrada Romy Rutherford por supuesta malversación de fondos públicos. La jueza eventualmente iba a ordenar su encarcelamiento preventivo, como lo ha hecho con los otros antecesores del general Martínez.

General Ricardo Martínez.

Casi dos horas más tarde de la hora inicial de la citación ante los tribunales, Martínez presentó un "recurso de reposición" insistiendo en su petición de ser interrogado en su casa y en presencia de un abogado, algo que no está contemplado en la Justicia militar.

Según confirmaron a Efe desde el Poder Judicial, este documento debe ser formalmente revisado y resuelto por la Corte Marcial, que no se reunirá hasta el lunes, lo que aplazaría el interrogatorio hasta la próxima semana.

El ya ex comandante en jefe anunció su salida del cargo ante la plana mayor militar declarando: "Manifiesto enfáticamente al país mi inocencia en tales imputaciones", las que apuntan a malversación en gastos por viajes.

El abogado defensor, Juan Carlos Manríquez, expuso a medios locales que en el Ejército durante décadas rigió un protocolo que establecía que "la manera de ocupar los pasajes de avión era un derecho de cada persona. Si viajó como comandante en jefe o en misión oficial, lo hizo siempre como un acto administrativo, con los destinos, los fondos, sin cambiar montos ni pasajes ni quedarse con la diferencia", afirmó.

 

 

Sustituirá a Martínez la semana que viene el general Javier Iturriaga, nombrado el pasado noviembre por Piñera, y hasta que llegue, de forma interina, asume el puesto el general Rodrigo Ventura.

La renuncia tiene lugar en plena vigencia del Estado de Excepción en varias zonas del norte y sur del país, lo que implica de facto una militarización.

Dos años de pandemia con pacientes graves y muertes disparadas

El tercer hecho es la situación sanitaria de Chile, que cumplió este jueves dos años desde que se registró el primer caso de COVID-19 en momentos en que la variante ómicron ha elevado los pacientes graves y las muertes hasta cifras no vistas en meses.

"Quiero agradecer a todos y cada uno de los héroes anónimos que tanto les debemos. Gracias a todos quienes trabajaron tan duro durante este difícil tiempo de pandemia", dijo Piñera antes de ser mojado durante un acto en homenaje al personal sanitario.

El evento coincidió con una jornada en la que se registraron 272 fallecidos por COVID-19, una cantidad que no se da desde junio de 2020, cuando el país atravesaba los momentos más duros de la primera ola, con los hospitales colapsados y el 90 % de la población confinada.

La contagiosa variante ómicron disparó en enero y febrero los contagios hasta cifras nunca antes vistas en pandemia, rozando los 40 mil infectados diarios. EFE/ Alberto Valdés. Chile.